foto antigua de la coral de bilbao

La fiesta de un milagro

22/09/2016. Palacio Euskalduna. Bilbao. Obras de Juan Crisóstomo Arriaga, Franz Xaver Biebl, Camile Saint-Saëns, Fernando Velázquez y Anton Bruckner. Marta Ubieta (soprano), Marifé Nogales (mezzosoprano), Mikeldi Atxalandabaso (tenor), Fernando Latorre (bajo), Daniel Oyarzabal (órgano), Coro de Niños, Coro Euskeria, Sociedad Coral de Bilbao y Orquesta Sinfónica de Bilbao. Dirección musical: Eric Nielsen

Que una institución musical cumpla en este país 130 años no es motivo de celebración sino un verdadero milagro. Que esa institución sea privada y, al mismo tiempo, popular ya nos lleva a la consideración de gran milagro. Y que la misma institución tenga voluntad y determinación para continuar unos 130 años más, digno de reconocimiento y aplauso.

La Sociedad Coral de Bilbao es la que celebra este 2016 sus primeros 130 años y con motivo de la onomástica se ha organizado un concierto que ha servido para enseñar presente y futuro. Presente con el centenar largo de voces mixtas que componen dicha masa coral; y futuro porque el coro de niños/niñas y el coro Euskeria (paso intermedio entre la escolanía y la Coral propiamente dicha) también ha formado parte de la fiesta.

En este tipo de conciertos suele primar lo emocional a lo artístico, lo que es lógico. Sin embargo, que la obra central fuera un exigente Te Deum, de Anton Bruckner daba al concierto mayor empaque y obligaba a mirar el mismo con otros ojos. No es este Te Deum una obra fácil de escuchar y es de agradecer el esfuerzo y la oportunidad. Además el cuarteto solista era totalmente autóctono, lo que subraya el momento dulce que pasamos en Euskadi en esto de las voces líricas solistas.

En la interpretación de la obra principal destacaron las voces agudas, especialmente la bien timbrada y proyectada de Mikeldi Atxalandabaso, a pesar de alguna apretura. Las voces graves tienen una papeleta más ingrata, especialmente la mezzosoprano. El coro destacó por entereza y contundencia vocal aunque un poco más de contraste a través del matiz y mayor esmalte en las voces sería de desear. En cualquier caso, una interpretación adecuada como final de fiesta.

Antes se produjo el estreno de la cantata Kantatu, landu, ikasi (Cantar, trabajar, aprender), trinomio que hace referencia al triple origen de la Sociedad Coral, a saber, la misma Sociedad Coral (kantatu), la Cámara de Comercio de Bilbao (landu) y la Universidad de Deusto  (ikasi). Intuyo que esta cantata será de difícil interpretación en el futuro pues exige coro infantil, masa coral, órgano y orquesta sinfónica, lo que no es baladí

Su autor, el conocido compositor de bandas sonoras Fernando Velázquez ofrece un lenguaje cercano por melódico y su obra, de unos dieciocho minutos de duración, es entretenida. Hubo serías dificultades para seguir el texto, íntegramente en euskera y obra del escritor Unai Elorriaga.

Completaba el programa la Obertura de Los esclavos felices, del inevitable en este tipo de conciertos Juan Crisóstomo Arriaga, el Ave María, de Biebl que se interpretó por los tres grupos corales dispuestos tanto en escenario como en el patio de butacas, creando un efecto sonoro agradable; y finalmente el segundo movimiento Maestoso Allegro de la Sinfonía nº 3, con órgano, de Camile Saint-Saëns, donde destacó la labor de Daniel Oyarzabal como solista.

Un programa ecléctico que fue completado con los típicos bises fiesteros. Lo mejor, que la institución quiere seguir aportando a la música bilbaína y vasca otro siglo y pico de música, lo que es de agradecer. El reconocimiento también se expresó con un Palacio Euskalduna lleno a rebosar pues fácil es de imaginar que muchos bilbaínos han pasado y colaborado, de una u otra forma, con esta institución a lo largo de tan prolongado tiempo. Zorionak!!