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Voces blancas para Bach

Barcelona. 20/03/17. Palau de la Música Catalana. Temporada ibercamera. J.S. Bach: Misa en Si menor. Windsbacher Knabenchor. Akademie für Alte Musik Berlin. Núria Rial, soprano. Rebecca Martin. contralto. Markus Schäfer, tenor. Thomas Laske, bajo. Dirección: Martin Lehmann.

La tradición de los coros de niños en Alemania es una realidad que aúna tradición y excelencia, como demostraron los Windsbacher Kanabenchor. La preparación y exigencia artística están fuera de toda duda y eso los lleva a poder afrontar un repertorio tan grandioso como es la Misa en si menor de Bach, con una solvencia más que destacable. Para empezar, contar con un coro de voces, casi ochenta, formada por niños de 7-8 años hasta los 14-16, deja en evidencia que los bajos y barítonos no sonarán tal y como está acostumbrado el público de los grandes coros profesionales y adultos. Es algo lógico puesto que la formación y colores de los timbres masculinos no están del todo desarrollados y se pudo comprobar como los barítonos que no bajos y los tenores, tenían una coloración tímbrica muy cercana y por lo tanto poco contrastada. Graves más bien delineados que marcados y una falta de profundidad expresiva evidente en algunos momentos como los archiconocidos Et incarnatus est o el Crucifixus

A favor del conjunto, la calidad deslumbrante de afinación, pureza de sonido y homogeneidad colectiva de todas las secciones, destacando las voces blancas de los niños soprano, siempre afinados y con una luz especial que los hicieron brillar desde el Kyrie inicial. Un equilibrio que compensó las carencias vocales propias de la edad y madurez de la voz masculina. 

Gran parte del mérito lo tiene la dirección de Martin Lehmann quien desde el podio afinó y marcó con dinámicas y expresivas gesticulaciones faciales en todo momento al coro de niños, con una efectividad y pureza de resultados que fue imposible no caer rendido ante la calidad y belleza del discurso. Si en el Et incarnatus faltó hondura tímbrica por las razones antes mencionadas, se compensó con una búsqueda de colores y dinámicas adecuadas al coro infantil, brillando de la querencia virtud. Lehmann sorprendió asimismo con el tempo del Crucifixus, muy marcado, casi marciale, encontrando un efecto rítmico de atractivo resultado teatral. La claridad expositiva del Gloria arrojó un luminoso arroyo de colores desde un coro maleable y perfecto, o el explosivo Et resurrexit, donde un canto pulido y cincelado pero de una frescura contagiosa sumió al público en las delicias insondables que esta gran misa católica, escrita por un luterano, compendio de lo mejor y más grande que el corpus bachiano pudo ofrecer. 

Los solistas quedaron algo eclipsados por la labor rica e impoluta del coro, y solo Núria Rial, en sus solos y dúos volvió a demostrar por qué es una artista encumbrada y muy querida en este repertorio, del que domina el estilo, la claridad de articulación merced a un canto legato cuidado con elegante perfección. Su timbre cálido y hedónico sedujo a pesar del contraste con el timbre incisivo del reconocido tenor, un Markus Schäfer, de potencia operística pero algo áspero en su cometido solista. Thomas Laske demostró buena linea de canto pero evidenció falta de graves. Su tesitura baritonal solo brilló en la zona media-aguda, con un Quoniam ajustado y un Et in Spiritum Sanctum algo más desahogado. La cantante Rebecca Martin cuesta reconocerla en la tesitura de contralto, pues su evidente falta de proyección, timbre descarnado y correcta solvencia no dieron al emocionante Agnus Dei final el valor y colofón solista que todo el mundo espera. 

Hablar de las excelencias del sonido de la Akademie fur Alte Musik de Berlin es disfrutar en todo su amplio cometido orquestal. Sus solos obligados, oboes, flautas, violín-concertino…la flexibilidad, riqueza de contrastes, elegancia de las cuerdas, excelencia del metal, con unas trompetas incandescentes y una trompa solista que a pesar de algún desajuste en su dificilísimo Quoniam con el barítono, demostraron el nivel y la exigencia de una de las mejores orquesta de instrumentos originales del mundo. 

Una feliz velada, donde triunfó la calidad y el estilo de unas formaciones de merecida fama en una obra imperecedera ideal de cara a la entrada de este Semana Santa 2017.