Arteta Peralada 2017

Recordando a Victoria

Peralada. 04/07/2017. Festival Castell de Peralada. Obras de Giacomo Puccini y Pedro Pardo. Ainhoa Arteta, soprano. Orquesta Victoria de los Ángeles. Dir. musical: Pedro Pardo.

La emoción fue la nota dominante en el homenaje que el Festival de Peralada dedicó a la gran Victoria de los Ángeles en la preciosa Iglesia del Carmen, el recinto que acoge la sección camarística de su programación. Y quien si no Ainhoa Arteta, vinculada personalmente a la soprano catalana, para protagonizarlo. Arteta, que contó en primera persona su relación personal con la cantante en los últimos días de su vida, interpretó arias de Puccini, compositor que le va como anillo al dedo y que fue, como es bien sabido, uno de los caballos de batalla de De los Ángeles. Pero el momento de máxima emotividad fue la parte final, en la que interpretó dos nuevas composiciones de Pedro Pardo a partir de poemas escritos por la propia soprano en una faceta hasta ahora desconocida.

Este estreno hay que enmarcarlo en la excelente e inagotable labor de la Fundación Victoria de los Ángeles liderada por Helena Mora, quien descubrió estos poemas que ahora se han dado a conocer. Para darles relieve, la propia Fundación encargó a Pedro Pardo musicar estos textos que el propio Pardo dirigió  al frente de la Orquesta Victoria de los Ángeles, conjunto impulsado por la Fundación que, en líneas generales, tuvo un rendimiento muy remarcable.

Empezó el concierto con el delicado Crisantemi, de Puccini, en el que la orquesta mostró la calidad de las cuerdas y un buen trabajo de transparencia y progresión dramática. A partir de ese momento, una Ainhoa Arteta, muy comprometida con el proyecto, se apropió del escenario con alas de ángel, para interpretar algunas de las grandes páginas para soprano de Puccini. Tu che di gel sei cinta, de Turandot; Sì, mi chiamano Mimí, de La bohème, obra a la que el nombre de Victoria estará siempre vinculado; Sola, perduta é abbandonata, escena de Manon Lescaut que Arteta canta con gran elocuencia y eficacia dramática y, finalmente, un espléndido Vissi d'arte dicho con una sencillez expositiva extraordinaria, algo que quizás se echó en falta en las piezas anteriores, demasiado intensas desde el principio, lo que limitó la progresión dramática que estas piezas de Puccini piden a gritos. Es posible que, en este sentido, la emoción del recuerdo de De los Ángeles se apoderase en exceso de la soprano pero, en cualquier caso, Arteta se mostró, como en los últimos tiempos, en un estado de forma excepcional, con un centro cálido y abundante y un registro agudo bien resuelto.

Las canciones de Pedro Pardo parten de dos poemas de Victoria, el primero lleva el título de Oriental, en referencia a Japón (y seguramente a Madama Butterfly, obra fetiche de De los Ángeles) y el segundo, de carácter más dramático, titulado A ti. Ambas obras poseen una estructura similar, con un elaborado prólogo orquestal y una línea melódica clásica (quizás en exceso) que, por momentos, recuerda al propio Puccini, con gran vuelo lírico e intensidad dramática. Sin duda la más interesante a nivel musical es la segunda, sobretodo por la efectiva introducción, plena de urgencia dramática, que me trajo a la memoria el estilo de Bernard Hermann, culminada por un solo de violonchelo de gran impacto.

Llegados a este punto, hay que elogiar el nivel de la joven orquesta, que mostró un sonido bello y empastado, y que lució sobremanera en las partes solistas, con excelentes intervenciones de la Concertino Laia Pujolassos y, sobretodo, de un Ferrán Bardolet espectacular por sonido e intensidad, que en la segunda canción prácticamente interpreta un dúo con la soprano. 

La emoción contenida durante toda la velada se desató con las propinas (un arreglo del propio Pardo de la popular El Cant Dels Ocells, tan quierida por Victoria, y la repetición de A ti) y la entrega, por sorpresa, de la Medalla de Honor del Festival a una Ainhoa Arteta que agradeció, con lágrimas, el gesto.