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No se ha reparado en gastos

La primera grabación de la NDR Elbphilharmonie de Hamburgo

Brahms: Tercera y Cuarta Sinfonías. Thomas Hengelbrock. NDR Elbphilharmonie Orchester. Sony. CD + DVD.

Sony se viste de gala, como la ocasión merece, con una caja que contiene, además del CD con la primera grabación de la NDR Elbphilharmonie Ochester, un DVD con el documental “La Elbphilharmonie: de la visión a la realidad”, que recoge el proceso de construcción del genuino edificio a lo largo de sesenta minutos de duración, así como un juego de cinco postales y un libreto de más 50 páginas nutrido de fotografías y numerosos textos. No se ha reparado en gastos del mismo modo que no se reparó al erigir la sala que como bien saben a estas alturas, terminó por decuplicar su presupuesto inicial. Me pregunto cuántos gritos pegaríamos los “clásicos” si en lugar de una sala sinfónica se hubiera invertido ese dinero en un museo, por ejemplo, mientras las pequeñas salas sinfónicas languidecen víctimas de los recortes gubernamentales, como a la inversa ha sucedido, pero ese, supongo, es otro tema.

Para dar a conocer al mundo a la formación de la casa, se ha querido alejar esta primera grabación de batutas más mediáticas que pudieran de alguna manera eclipsar el protagonismo debido y merecido de la NDR Elbphilharmonie Orchester en el que es ya su debut discográfico. Thomas Hengelbrock se sitúa al frente de la formación para hacerse cargo de las dos últimas sinfonías de Brahms, escuchando no obstante la Cuarta en primer lugar, por aquello seguramente de ser más conocida que su hermana mayor la Tercera, y enganchar desde el primer momento a los posibles oyentes más verdes en el magisterio brahmsiano, lo cual es una absurda incoherencia cuando en el libreto del disco Hengelbrock explica que nada podría haber seguido al último movimiento de la Cuarta, tal es su efecto, en referencia a una posible quinta sinfonía de Brahms.

La nueva NDR Elbphilharmonie Orchester, formada por atriles de la NDR Symphony Orchestra de Hamburgo y de la Orquesta Sinfónica de la Radio de la ciudad, regala un color cálido, suntuoso en la cuerda a una visión de Hengelbrock más clásica, más clara y liviana no obstante en ambas sinfonías, que no llegan a los tiempos y formas de las versiones referenciales, en coordenadas a todas luces más románticas, o al menos lo que entendemos por mayor romanticismo en el uso de tiempos y dinámicas. No hay demasiada nostalgia ni contemplaciones, sí flexibilidad y suavidad en los balances. Hengelbrock se permite además, en su labor musicológica, recuperar el inicio para la Cuarta que el propio Brahms desechó, una elección cuestionable que no empaña la buena labor de la batuta en sus, ya digo, tiempos más ligeros. No es un inicio espectacular, pero es un inicio muy digno… e histórico.