mozart y salieri

Dando a conocer repertorio

Treceño. 13/08/2017. Festival Internacional de Santander. IX Noches Líricas del Palacio de Hualle. Nicolai Rimsky-Korsakov: Mozart y Salieri. Ivan Stanchev (Salieri), Pablo García López (Mozart). Dirección de escena: Rita Cosentino. Dirección musical: Borja Mariño.

Por segundo año Platea Magazine ha tenido la oportunidad de asistir a las noches líricas del Palacio de Hualle y, una vez más, este modesto ciclo ha apostado por el pequeño formato (lógico, dadas las dimensiones del recinto en la que se ofrece) y por un título nada fácil de ver y escuchar por estos lares. En este caso se apostaba por un compositor siempre interesante como es Nicolai Rimsky-Korsakov y su obra Mozart y Salieri. Tal y como ocurrió el año pasado la obra se pudo programar por la colaboración generosa de la Fundación Juan March.

Durante toda la semana Cantabria, como todo el norte peninsular, había sido azotada por una borrasca que había provocado importante bajada de temperaturas y abundante presencia de lluvia. Por suerte, coincidiendo con la primera función –de las dos previstas y en días consecutivos- el sol, sin abusar, dio una pequeña tregua. Aun y todo el frescor era más que evidente durante la representación y no dejaba de ser curioso ver a muchos de los espectadores cubrirse con mantas. Por cierto, la función comenzó con media hora de retraso, sin que nadie de la organización se diera la menor explicación pública.

Con respecto a la ópera que nos ocupa bien conocida es la leyenda que circula en torno a la relación entre ambos músicos, una relación condicionada por la supuesta envidia entre un músico notable y otro que, en realidad, no pertenece a este mundo. Esta leyenda alcanzó enorme popularidad a través de la película Amadeus, de Milos Forman; hoy en día pocos apuestan por el envenenamiento de Wolfgang Amadeus Mozart por la mano de Antonio Salieri pero hemos de suponer que para algunos es más fácil alimentar la leyenda que atenerse al rigor histórico. Dada lo infrecuente de su programación este cronista anima a buscar el vídeo de la grabación que Ivan Kozlovsky y Mark Reizen, dos voces soviéticas legendarias, realizaron en 1951. Una referencia absoluta.

La obra es breve, apenas cuarenta minutos, y ya se ha dicho que solo intervienen dos voces. La voz dada a Salieri es la grave y en este caso fue el bajo búlgaro Ivan Stanchev quien lo encarnó: una voz tronante y excesiva, una ausencia evidente por el matiz y un abuso por el sonido frente a la caracterización vocal es un resumen de su actuación. El tenor cordobés Pablo García López fue un Mozart muy bien caracterizado y que apostó por un canto más sentido, más intencionado. La voz no es muy grande pero dadas las circunstancias escénicas fue más que suficiente.

La escena, propuesta por Rita Cosentino, se desarrollaba aprovechando la arquería de una de las fachadas del palacio y en la pared situada al fondo de la misma se proyectaban algunas imágenes que ayudaban a contextualizar la obra. También se contó con la participación actoral de un narrador –un sirviente de Salieri- que ayudaba a entender mejor la obra dado que se cantó en el ruso original y no se dispone de la pertinente traducción simultánea.

La responsabilidad musical, realizada desde el piano, era de Borja Mariño que llevó con acierto la representación. La reacción del público fue bastante sobria. Es de agradecer el esfuerzo de la Asociación de Amigos de la Lírica del Palacio de Hualle que, aun siendo en pequeña medida, palia la ausencia de la ópera en el Festival Internacional de Santander desde hace ya varios años.