Lorengar portada libro

Diva en silencio

Publican la primera biografía sobre la soprano aragonesa Pilar Lorengar

Al hilo de la exposición que sobre la soprano aragonesa Pilar Lorengar ha organizado el Gobierno de Aragón, cuando se cumplen los veinte años del fallecimiento de la cantante, y que comentaba hace unos días en estas mismas páginas, Sergio Castillo y Alejandro Martínez, comisarios de la exposición y miembros de la Junta Directiva de la Asociación Aragonesa de la Ópera “Miguel Fleta”, han publicado una exhaustiva biografía de la gran artista zaragozana. La bibliografía sobre Lorengar, como bien se indica en el prólogo del libro, es escasísima (sólo se reseña “Pilar Lorengar. Ein Portrait” de Elsner W. y Busch M. Ed. Stapp Verlag. Berlin 1985) y es de admirar el trabajo de investigación que los autores han hecho, buceando en hemerotecas de Aragón, España y Alemania, aunque también hay referencias de medios como el New York Times, el Herald Tribune o el The Times, entre otros. Fundamental ha sido también la información aportada por el archivo personal de la cantante depositado, a su muerte, por su marido, el odontólogo alemán Jürgen Schaff, en la Academia de las Artes de Berlín, donde fue clasificado y ordenado en 2015. También diversos particulares y familiares de la artista han aportado material e información muy interesante para completar el retrato profesional de una cante única.

Los distintos capítulos del libro hacen un pormenorizado recorrido por la trayectoria vital, pero sobre todo profesional, de Lorenza Pilar García Seta: desde sus principios en cafés-cantante y teatros zaragozanos a su traslado a Madrid (hacia 1946) lo que supone un impulso decisivo en su carrera. Durante varios años, con una agenda agotadora, su actividad se centra, sobre todo, en la zarzuela (con un amplio catálogo discográfico) destacando el estreno de “El canastillo de fresas” del maestro Jacinto Guerrero. Pero también debuta en los escenarios operísticos (concretamente en Orán con “Maruxa” de Amadeo Vives) y hace dos incursiones en el mundo cinematográfico. Es una época de afianzamiento y de progresivo reconocimiento como uno de los valores líricos más importantes del momento. A partir de la mitad de los años 50 del pasado siglo Lorengar se lanza a una carrera operística fuera de España que le reporta los primeros éxitos en teatros como La Monnaie de Bruselas o el Covent Garden londinense y festivales del prestigio de los de Aix-en-Provence y Glyndenbourne. En este último conoce al director artístico y empresario Carl Ebert que le propondrá el viajar a Berlín para participar en la temporada de la Städtische Oper (predecesora de la actual Deutsche Oper) donde era administrador general. Este será un paso fundamental en la vida de Lorengar. En Berlín su carrera tomará una dimensión internacional que ya no acabará hasta su retirada en 1990, precisamente en este escenario y con uno de los papeles en los que es referencia: Tosca. El Metropolitan de Nueva York, la Scala de Milán, la Ópera de San Francisco o el Covent Garden serán, además de la ya mencionada Städtische Oper, teatros donde habitualmente cantará papeles tan diversos como Butterfly, Elsa, la Condesa o Pamina. En todos estos roles la vemos en la impresionante galería fotográfica que acompaña el texto y que es un testimonio gráfico de la vida y carrera de la soprano.

A lo largo del libro, de los diversos y cuantiosos testimonios que se aporta, queda claro una característica muy notable de Pilar Lorengar: su sencillez, la ausencia de divismo. Indudablemente, y así lo reconoció crítica y público, la cantante aragonesa fue una auténtica estrella operística, con una calidad fuera de cualquier duda y con una agenda que, como ya hemos visto, la llevó a los mejores escenarios. Pero ella fue una diva en silencio, sin alharacas ni impacto mediático, más allá de los medios musicales. Por eso (además de por haber desarrollado el grueso de su carrera fuera de España) no es tan conocida como otros cantantes de su generación, junto a los que recogió el Príncipe de Asturias de las Artes en 1991. Prologado por Plácido Domingo y con un epílogo del director Jesús López Cobos el libro se completa con la detallada discografía de Lorengar y una cronología de fácil consulta.

Ya era hora que alguien saldara la deuda que Aragón tiene con la memoria de su cantante lírica más insigne y esta biografía, junto la exposición del museo Pablo Serrano, es un paso muy importante en este merecido reconocimiento.


“Pilar Lorengar. Una aragonesa de Berlín”. Sergio Castillo y Alejandro Martínez. Ediciones de la Universidad de Zaragoza.