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Selección Platea Magazine: Lo mejor de 2016. Artistas, Lives y Editorial

Platea Magazine ha seleccionado para vosotros los mejores artistas, espectáculos en vivo y productos editoriales de 2016.

¡Esto es lo que opinan nuestros redactores!

 

Lo mejor de 2016 por ENRIQUE BERT:

MEJOR PRODUCTO EDITORIAL 2016. Crudo Amor, Forma Antiqva. 
Enfrentarse a un mundo nuevo. Tratar de descubrir obras de compositores que por azares de la historia parecen haberse quedado encerrados en un cajón, bajo siete llaves. Encontrar un grupo de curiosos que investiguen el valor de la música, y que esos curiosos se transformen en temerarios al grabar y tratar de vender en este mundo de prisas y ritmos fáciles para que no pensemos en exceso un disco con música de Agostino Steffani. Al menos han conseguido que este adicto al siglo XX le dedique un tiempo de vez en cuando, que este mismo adicto se acerque a sus conciertos en directo y disfrute como pocas veces. La música, las más de las veces, es fruto de la curiosidad. El problema es que la curiosidad produce frustración al darte cuenta cuanto y cuanto te queda por conocer. Esto es lo que me provoca Crudo amor, el disco de Forma Antiqva.

MEJOR LIVE 2016. 3ª Sinf. de Mahler. BFO, Ivan Fischer, Quincena Musical.
Poco podía imaginar el pasado 21 de agosto, dentro de la Quincena Musical, que aquel concierto iba a marcarme tanto: la Budapest Festival Orchestra e Ivan Fischer abordaban, junto al Orfeón Donostiarra, la Sinfonía nº 3, de Gustav Mahler. Una obra que parece no conocer final y una interpretación que lejos de efectismos gratuitos nos/me colocó al borde del abismo, como si el mar que golpea el Kursaal nos llamara a gritos. Todo encajó como una pieza: orquesta, coro, solista,… y por encima de todos la batuta clarividente de Fischer. Y como muestra del logro obtenido ese silencio tras el último acorde, ese silencio que es resultado de la imposibilidad de expresar con la voz lo que sentimos dentro. Un gran concierto de una magna obra de un compositor que parece enamorado de Donostia.

MEJOR ARTISTA 2016. Carlos Chausson.
¡Qué suerte ir a la ópera y encontrarte con un artista! ¿Artista digo? Ar-tis-ta-zo. De esos que cuando abren la boca sabes que te van a cantar algo distinto. Lo que pone en la partitura, sí, pero dicho con arte, con sabiduría, con experiencia, con saber estar, con compañerismo, con alegría, con ganas de trabajar, con magisterio. Y con humildad. Pensando en estas cosas al final me entraron las dudas. No sabía si había ido a escuchar Il barbiere di Siviglia o al mismísimo doctor Bartolo; si había ido a escuchar Don Pasquale o al gruñón homónimo. Al final, me he decidido por aceptar que, en el fondo de mi corazón, obtuve en ambos casos lo que quise: escuchar a un grande de la lírica, a don Carlos Chausson. 

  


 Lo mejor de 2016 por JUAN JOSÉ FREIJO:

MEJOR PRODUCTO EDITORIAL 2016. Instrumental, James Rhodes.
No ocurre cada año que un libro sobre la vida de un músico, un pianista de clásica, se convierta en un éxito de ventas y llegue a inspirar un programa de televisión en prime time. El brutal relato catártico sobre los abusos sexuales sufridos durante su infancia y su conexión con la música como una tabla de salvación interesa a expertos y profanos por igual. Un libro atípico para un músico inusual que, más allá de su obsesión por la chacona de Bach, tras su aspecto desaliñado y sus modos estrella rocanrol, desprende un profundo, inmenso y torturado amor por la música.

MEJOR LIVE 2016. Elektra, The Metropolitan Opera, Nueva York.
Elektra en The Metropolitan Opera con Nina Stemme, Adrianne Pieczonka y Waltraud Meier. Dirección de escena de Patrice Chéreau y dirección musical de Esa-Pekka Salonen. En el Metropolitan de Nueva York existen todavía repartos perfectos, carteles con los que otros teatros solo pueden soñar. Este es el caso de la Elektra que se programó durante los meses de abril y mayo, una producción que además es historia por ser la obra póstuma de Patrice Chéreau, un creador imprescindible en la historia de la escena contemporánea.  Una producción sobrecogedora que se enfoca en el aspecto más neurótico de la protagonista, en una Elektra inestable que vive en permanente estado de contradicción, enamorada de su propia desgracia y de su fijación con la idea de la venganza, más allá de la venganza misma. Una violencia atronadora y un exquisito trabajo de orfebrería en la batuta experta de Esa-Pekka Salonen, y la demostración en directo de la máxima de Breton: “La belleza será convulsiva, o no será”.

MEJOR ARTISTA 2016. Javier Camarena.
Tras convertirse en el rey de los bises en el Met de Nueva York y en casi cualquier otro teatro que visita, este mexicano se ha convertido en rey del bel canto, con permiso de Juan Diego Florez. En su visita a Madrid para I Puritani ofreció una exhibición de canto extraordinaria, una interpretación que será recordada largo tiempo, posiblemente la mejor actuación del año en el Real. Su calidad vocal soporta la comparación con cualquier grabación y en directo supone una de esas experiencias que por sí solas justificarían la existencia del género. Su canto es una inusitada combinación de potencia y perfecta técnica belcantista, con un control del instrumento que conmueve en cada note. Nadie debe perderse la experiencia de escuchar en directo a quien canta con ese dominio y esa hermosura.

 


Lo mejor de 2016 por GONZALO LAHOZ:

MEJOR PRODUCTO EDITORIAL 2016. Trascendental, Daniil Trifonov.
Servidor siempre está a vueltas con una de las cuestiones que parecen haberse vuelto fundamentales en el pianismo contemporáneo: el virtuosismo. El virtuosismo técnico quiero decir, el insultante manejo a placer de la partitura, sea tan endiablada como sea para el intérprete. Su resolución pavorosa y en tantas ocasiones fría y distante, técnica, valga la redundacia; como quien se dispone a pasar la ITV del piano. ¿Han pasado ustedes alguna vez una ITV? ¿Puede haber algo más mecánico y desangelado que una ITV? Hoy en día muchos jovenes al piano parecen enfrentarse ante la bestia negra en una continua revisión de sus facultades técnicas sin imprimir a sus lecturas un ápice de expresión propia, de nervio interior, de sentimiento. Pero siempre hay una excepción y esa excepción suele ser tan contundente que nos calla la boca a todos los escépticos. Siempre hay una Nueva esperanza (perdóname George, que yo te perdoné) y esta, en 2016, lleva el nombre y apellido de Daniil Trifonov. Para muestra su maravilloso y fulgurante Transcendental dedicado a Liszt. Me permito hasta el fácil juego, venga: Trascendentales Etudes d'execution trascendante. Esta todo lo que Liszt escribe: hay virtuosismo, por supuesto, perfecto además, claro y luminoso, y hay fuego interior y preponderancia de la expresión y el discurso sobre todo ello. Magnífico Trifonov. Él será el pianista por el que nos demos de tortas todos, creyentes, propios, extraños, modernas, papistas y agregados por conseguir escucharle en vivo.

MEJOR LIVE 2016. ¡Cómo está Madriz!, Teatro de la Zarzuela.
Por revolucionar la Zarzuela y conseguir que todo el mundo hablase de ella, el mejor Live ha de ser para Miguel del Arco y sus kamikazes, entrando como elefantes sin compasión en la cacharrería de la Calle Jovellanes con ¡Cómo esta Madriz!, la genial revisión de la mítica obra de Chueca. ¡Y cómo se lo agradecimos todos! Todo el mundo se subió a esta carroza que consiguió poner a la Zarzuela en el punto de mira de cada noticiero y en todos los mentideros de palacio. Una vuelta a todo para estar de vuelta de todo, con mucho color y gran energía escénica. Como dice Voltaire en esta versión a través de Machado: Los españoles sabemos hacer bien tres cosas: el amor, la guerra y el tonto. Y en esta versión se ha puesto mucho amor y mucha guerra para hacer muy bien el tonto. ¡Y el tonto es un poco lo que mejor le viene a la Gran Vía! ¡Qué se lo digan a Carmena! Pura y llana alegría de vivir decía, que debería repetirse cada temporada, como la magistral obra de Chueca, que deberíamos cantárnosla todos los madrileños al salir de casa cada mañana.

MEJOR ARTISTA 2016. Martha Argerich.
Y tras decir todo esto de Trifonov, la mejor artista de 2016 es Martha Argerich. ¡Vieja gloria deportiva! me espeta más de uno, que ya lo estoy viendo, pero de vieja nada, de derportiva poco y de gloria todo. Argerich es la reina del piano actual y así se lo estamos reconociendo últimamente. Ella que siempre ha demostrado ese carácter "difícil", pero a la que queremos más que a nadie. El Kennedy en Estados Unidos y el Bellas Artes aquí, en nuestra patria, bien lo avalan. Y si hasta nuestro Ministerio de (Des)Educación y (Des)Cultura ha sido capaz de verlo y reconocerlo, ¿no vamos a serlo nosotros?

 


Lo mejor de 2016 por JORDI MADDALENO:

MEJOR PRODUCTO EDITORIAL 2016. Rossini, Franco Fagioli.
Rossini por Franco Fagioli con Armonia Atenea y la dirección musical de George Petrou. Que los contratenores hoy en día asumen de alguna manera, el protagonismo novedoso de las voces del siglo XXI, es una evidencia que se puede apreciar viendo el reparto de las óperas del barroco y clasicismo de los teatros de ópera europeos. Dueños de una técnica cada vez más depurada, con la que consiguen sonidos de hedónica belleza, sumado a una homogeneidad tímbrica inaudita hasta hace poco años en su cuerda, viven una edad de oro histórica, a la vez que protagonizan una apasionante barroco-renaissance. Entre figuras consagradas como David Daniels o Alfred Scholl, los valores emergentes capitaneados por un inconmensurable Philippe Jaroussky, arrasan entre los acólitos barroqueros. De entre estos Farinellis del nuevo milenio, brilla con luz propia el argentino Franco Fagioli, primer contratenor en ser artista exclusivo del histórico sello DG, con quien ha grabado un recital debut dedicado a Rossini que no tiene desperdicio. Coloraturas impecables, fraseo detallista, hermosura vocal y generosidad interpretativa para un cd imprescindible.

MEJOR LIVE 2016. Lohengrin, Semperoper, Dresde.
Lohengrin en la Semperoper de Dresden, mayo 2016, con el doble debut-rol de Piotr Beczala (Lohengrin) y Anna Netrebko (Elsa) y la avasalladora Ortrud de Evelyn Herlitzius bajo la batuta de Christian Thielemann. No siempre un acontecimiento operístico con los ingredientes apriorísticos de este Lohengrin, se cumplen con el resultado de estas funciones. La producción, de un clasicismo demodé casi caricaturesco, dejó todo el protagonismo a la estelar pareja y a un Christian Thielemann clarividente. El titular musical de la Semperoper asumió con la mejor de las lecturas: brillante, intimista, mágico, el comando de una Staatskapelle de Dresden estratosférica, respetando el trabajo vocal de dos debutantes en estado de gracia. Anna Netrebko demostró, por si a estas alturas hace falta, porqué es la topdiva de hoy en día, con una Elsa deslumbrante, rubricada por la pureza de una voz lírica plena con ribetes oscuros y una dicción alemana más que digna. A su lado el Lohengrin lírico casi áureo del tenor Piotr Beczala, seguramente la voz de tenor eslava más hermosa de los últimos años, triunfó con un canto redondo y brillante, sin forzar nunca un instrumento maleable y técnicamente perfecto. La Ortrud telúrica y poderosa de Evelyn Herlitzius redondeó unas funciones que se esperan como agua de mayo en una futura grabación en vivo para el sello DG.

MEJOR ARTISTA 2016. Evelyn Herlitzius.
Por su Ortrud en el Lohengrin de Dresde con Anna Netrebko y Piotr Beczala (mayo 2016) y por su Elektra en el Liceu (diciembre 2016). A Evelyn Herliztzius hay que verla y vivirla en vivo, en el escenario, como a las grandes personalidades de la lírica con el aura de históricos. No es por la belleza de su voz, ciertamente grande, impactante y de timbre y color característicos, como un relámpago que atraviesa las salas de ópera con la fuerza de una tormenta eléctrica. Tampoco es por su personalidad artística, lejos del glamour de otras divas contemporáneas o del pasado, su porte, presencia, pero sobretodo caracterización nunca dejan indiferente al espectador. Intensa, abrumadora, electrizante, una actriz de raza que reina en el escenario como pocas y que como Ortrud regaló una escena inolvidable en su dúo con la Elsa debutante de Anna Netrebko en Dresde, pero que sobretodo, arrasó como un ciclogénesis vocal en una Elektra en el Liceu que ha quedado para los anales de la historia del teatro.

 


Lo mejor de 2016 por ALEJANDRO MARTÍNEZ:

MEJOR PRODUCTO EDITORIAL 2016. Sobre la música, Alfred Brendel.
Pocos músicos pueden hacerse valer también como intelectuales. Es el caso, casi la excepción incluso, del pianista Alfred Brendel que lleva años escribiendo artículos de opinión en la prensa norteamericana y ensayos sobre música y humanidades. Retirado de la actividad concertística desde , dos libros editados por Acantilado nos invitan a descubrir su faceta como un brillante y preclaro ensayista. Aunque publicado originalmente en 2007, esta editorial presenta ahora Sobre la música, un conjunto de artículos por los que desfilan Mozart, Beethoven, Schubert o Busoni. Este libro se suma a la traducción y edición en 2013, también en Acantilado, de De la A a la Z de un pianista. Un libro para amantes del piano.

MEJOR LIVE 2016. El ángel de fuego, Prokofiev, Bayerische Staatsoper, Múnich.
La Bayerische Staatsoper de Múnich es sin duda el teatro de referencia en nuestros días. Cabría citar al menos media docena de representaciones memorables allí durante el año que se cierra: Tosca con Petrenko, Harteros, Kaufmann y Terfel; Die Meistersinger von Nürnberg con Petrenko, Koch y Kaufmann ; Un ballo in maschera con Mehta, Harteros y Beczala; La juive con Roberto Alagna; Les Indes Galantes con Bolton y Cherkaoui; Lady Macbeth de Shostakovich con Petrenko, Kupfer y Kampe. Pero quizá el espectáculo más redondo y apabullante haya sido la recuperación de El ángel de fuego de Prokofiev bajo la batuta de Vladimir Jurowski, en una producción firmada por Barrie Kosky. Dirección musical extraordinaria del ruso y sobrecogedor espectáculo en escena.

MEJOR ARTISTA 2016. Kirill Petrenko.
El flamante nuevo director de los Berliner Philharmoniker -cargo que asumirá en la temporada 2019/2020- continúa imponiéndose como el músico de referencia en nuestros días: todo lo que toca lo convierte en oro. Ningún repertorio se le resiste: seguramente desde Karajan y Abbado nadie había dejado esa sensación de estar ante alguien irrepetible. En Múnich cuenta por descontado con un público rendido a sus pies y que le echará mucho de menos cuando Petrenko parta para Berlín. En 2016 ha dirigido varías producciones memorables en la Bayerische Staatsoper: Die Fledermaus (J. Strauss), South Pole (Srnka), Tosca (Puccini), Los maestros cantores de Nuremberg (Wagner), Der Rosenkavalier (Strauss), Lady Macbeth (Shostakovich). En lo que resta de la temporada 2016/2017 tiene previsto dirigir de nuevo su monumental Die Frau ohne Schatten (Strauss) con dirección de escena de Warlikowski y una nueva producción de Tannhäuser (Wagner) con la firma escénica de Castellucci y que promete ser memorable. Tan memorable al menos como los conciertos que dirigirá en marzo a los Berliner Philharmoniker, con obras de Mozart, Adams y Tchaikovsky.

 


Lo mejor de 2016 por JAVIER DEL OLIVO:

MEJOR PRODUCTO EDITORIAL 2016. Biografías sobre Pilar Lorengar y Alicia de Larrocha.
Pilar Lorengar, una aragonesa de Berlín y Alicia de Larrocha, notas para un genio. Vuelve a haber empate en este apartado porque es difícil destacar una sobre otra las dos obras que sobre dos grandes artistas han aparecido este año. Conmemorando el XXV aniversario de la gran soprano zaragozana Pilar Lorengar, Sergio Castillo y Alejandro Martínez han elaborado una concienzuda y detallada biografía que repasa toda la trayectoria de esta artista única. Complementada por gran cantidad de fotografías, podemos seguir sus pasos desde su Zaragoza natal hasta sus éxitos internacionales, sobre todo en la Ópera Alemana de Berlín donde sería la indiscutible reina durante varias décadas. Especial también ha sido el homenaje que Mònica Pagès ha hecho a la excepcional pianista barcelonesa Alicia de Larrocha. También es este libro un amplio y pormenorizado recorrido por una carrera llena de éxitos y que tuvo como único objetivo rendir homenaje a la Música con mayúsculas. Dos obras imprescindibles si se quiere conocer la historia musical de España en la segunda mitad del s. XX.

MEJOR LIVE 2016. Moses und Aron (Teatro Real) y Die Meistersinger von Nürnberg (Múnich)
Difícil elegir la mejor función que he visto en año en el que ha habido varias muy destacables. Casi a la misma altura de las dos ganadoras ex aequo, podrían estar un espléndido Pelléas et Mélisande del Festival de Aix o la Elektra de Barcelona. Pero por distintos motivos las dos señaladas han sido especialmente impactantes. El Real presentó una producción redonda, atractiva e inquietante a la vez, de la ópera inacabada de Arnold Schönberg, responsabilidad de Romeo Castellucci en lo escénico y de Lothar Koenigs en el foso y que se complementó con dos grandes protagonistas: Albert Dohmen y John Graham-Hall. La nueva producción de Los maestros cantores que ha estrenado la Ópera estatal de Baviera también merece el calificativo de extraordinaria, sobre todo por la dirección musical de un Kiril Petrenko en estado de gracia. Es todo un espectáculo ver dirigir a este maestro que disecciona para nuestro deleite la maravillosa partitura de Wagner. Le acompañan un plantel muy solvente de cantantes, sustentado todo en una dirección escénica magnífica de David Bösch.

MEJOR ARTISTA 2016. David Afkham.
El joven director alemán se ha consolidado como director principal de la Orquesta y Coro Nacionales de España, notándose en este 2016 su sello personal en los conciertos que ha dirigido. Destacaría la excelente prestación de la Orquesta y el Coro en la gran versión que Afkham brindó de El holandés errante de Richard Wagner, y que incluía nombres de tanto prestigio como Bryn Terfel o Ricarda Merbeth, donde hizo gala de la madurez de su batuta, siempre clara y precisa, con unos tempi llenos de vida que realzaron el romanticismo y el vigor de esta gran ópera wagneriana. También espectacular su versión del Requiem alemán de Johannes Brahms con el que se clausuró la temporada 15/16. Todo parece indicar que este gran director llegará muy lejos y es una suerte tenerlo dirigiendo una de nuestras mejores orquestas.