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MÁQUINAS QUE PRODUCEN SONIDOS, MÁQUINAS QUE CREAN SUEÑOS

Los instrumentos musicales, música en el tiempo. Alessandro Pierozzi. Alianza Editorial. Madrid 2018.

Muchos de los aficionados que acudimos a las salas de conciertos indudablemente identificamos los instrumentos que forman la orquesta (nos vamos a centrar como hace el autor en esta agrupación musical), pero nuestro o, voy a ser más concreto, mi conocimiento de cada uno de los instrumentos es bastante básico. Quizá de alguno, como el violín, sepamos algo de sus orígenes, la fama de Cremona y sus luthiers, la diferencia entre las agrupaciones llamadas “historicistas” y las conocidas como “clásicas”. Y poco más. Por eso libros como el que Alianza Música y que firma Alessandro Pierozzi cubren un espacio en la bibliografía musical que no está suficientemente cubierto. Sobre todo porque el lenguaje, la metodología por Pierozzi lo hace muy asequible y ameno y lo convierte en un manual muy práctico para introducirse en el mundo de esas “máquinas que producen sonidos”.

Pierozzi estructura su trabajo (después de un prólogo y una introducción donde declara sus intenciones a la hora de escribir) en dos partes. En la primera hace un repaso (que él califica de express, como no podía ser de otra manera por el espacio abarcado) por la historia y la sucesiva aparición de “aparatos” que producen sonidos, que abren a la humanidad a la música y del interés que siempre se ha tenido por la clasificación y organización de instrumentos. Partiendo de la etapa prehistórica se hace un recorrido por las diferentes etapas históricas y la relación que la música ha tenido con distintas actividades humanas, desde las lúdicas hasta las religiosas. Ese camino llega hasta el Renacimiento, esa época fundamental para tantas artes y cómo no, para la música.

En la segunda parte el autor ya se centra directamente en un estudio más pormenorizado de cada uno de los instrumentos, que de forma más común constituyen una orquesta con los parámetros actuales. Empieza, cómo no, con los de cuerda y con su representante más conocido y, me atrevo a decir, versátil: el violín. La estructura del estudio de éste nos puede servir de guía para el resto de instrumentos, aunque es verdad que Pirozzi, lógicamente por la historia e importancia del violín dentro de la orquesta, se explaye más con él. Parte de una descripción física (incluido un esclarecedor dibujo diseccionado del instrumento, con el nombre de todas sus partes debidamente numeradas y señaladas) donde se explica de forma profesional pero clara su función y su encaje dentro de las estructura general del violín, del que se repasa también la historia y evolución, las diferentes escuelas de luthiers y también las diferentes escuelas de interpretación, repaso que llega hasta nuestros días y que no olvida a las grandes figuras que han destacado como solistas, incluido nuestro Pablo Sarasate. Seguimos con el resto de instrumentos de cuerda, pasando después (con la misma estructura expositiva que con el violín) a repasar los de viento (madera y metal) para rematar el camino con la percusión, con especial estudio de los timbales.

Es un viaje amplio y ameno, y que debería tener algún tipo de continuidad, con la misma forma de trabajo, repasando instrumentos solistas de gran tradición como el piano, el órgano o la guitarra. Puede que esté en la mente del autor y la editorial. Mientras tanto, felicitar a los artífices de “Los instrumentos musicales. Música en el tiempo”, porque han creado un libro de evidente interés para un amplio público.

Foto: Alianza Editorial.