West Side Story OBC 

La Isolda de Bernstein

Barcelona. 13/1/2017, 19:00 horas. Auditori de Barcelona, Sala 1 Pau Casals. West Side Story. Banda Sonora original (1957). 1ª audición. Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. Dirección: Ernst van Tiel.

Imposible no sucumbir a la fuerza, inspiración y espíritu arrollador de la música de West Side Story compuesta por Leonard Bersntein. Estreno en la sala gran de L’auditori de la partitura de 1957, la correspondiente a la BSO original de la película, por la OBC en un ambiente de gran expectación que supuso un ideal inicio de la celebración por el centenario del nacimiento del compositor de la ópera Candide (1956). Un Auditori lleno, con cartel de sold out los tres días de la proyección, la película entera proyectada en pantalla grande, y la OBC tocando en directo para un programa que duró casi tres horas (con casi hora y media de música en vivo), supuso un triunfo artístico a pesar de ciertos problemas técnicos.

Proyectar el film y que la orquesta tenga que estar pendiente del tempo impuesto por los fotogramas y las voces grabadas de la misma, supuso en algún momento descuadres de ritmo y alteraciones de tempo (inicio de la segunda parte). Y eso que el eficiente Ernst van Tiel tenía una pantalla delante del podio con las indicaciones de entradas de la orquesta durante la proyección de la película, pero hay que reconocer que técnicamente es una prueba de dificultad más que compleja.

Tampoco ayudó mucho una amplificación, se entiende para equilibrar el audio de la película con la música en vivo interpretada por la OBC, que sonó demasiadas veces en forte, menoscabando el gran trabajo de la orquesta, siempre atenta y en el espíritu de una partitura rica, llena de vida y de ritmos endiablados. Mención de honor para los percusionistas, metales y vientos, con un trabajo filigranesco y exigente, Bernstein explota la paleta sonora del famoso mambo, pero también de un fluir musical de dinámicas siempre vívidas, llenas de colores y espíritu frenético. Xilófono, trompetas, arpa, piano/celesta, batería, saxofones o la guitarra y guitarra eléctrica, brillan aquí con una fuerza inusitada e hicieron justicia a una partitura que mantiene hoy en día una frescura envidiable. 

Fue reconfortante el inicio de la obertura con los famosos títulos de crédito del gran Saul Bass y eso planos en zenital de Manhattan donde suenan los principales leitmotiv de la partitura (Mambo, Maria, Tonight…) y que la OBC interpretó con impecable fuerza interpretativa, pues la partitura, valga la redundancia es muy exigente para todas las secciones y no da respiro. Vinieron a la memoria la música del gran John Williams quien no escapó a la influencia de uno de los musicales más importantes de la historia firmado por el gran Bernstein. Momentos álgidos fueron además de la obertura la danza el el Gimnasio (con el irresistible Mambo como estelar hit), el nocturno y dulce lirismo de María, el icónico número de América o ese dúo imperecedero que es Tonight, además los cuatro números seguidos, seguramente la mejor parte del musical. ¡Qué inspiración la del gran Lenny!. 

Destacaron en la segunda parte, con un público absolutamente rendido desde el minuto uno, I feel Pretty, Somewhere, de nuevo Tonight ahora en el quinteto y el finale.

Un musical de referencia obligada no solo para cualquier cinéfilo, sino además para cualquier amante de la música del siglo XX. Un hermoso homenaje al director y compositor Leonard Bernstein, cuyas composiciones deberían estar más presentes en las programaciones de los auditorios de hoy en día. Sin duda la celebración este 2018 de este centenario del natalicio de Bernstein hará justicia a un músico que fue mucho más que uno de los mejores directores musicales de la historia. La OBC volverá a homenajearlo los días 16, 17 y 18 de febrero con un concierto titulado Centenario Bernstein donde el director titular de la formación, Kazushi Ono y el estimable violinista Nikolaj Znaider ofrecerán un programa donde destaca con luz propia la sinfonía núm 3 de Bernstein, que será interpretada por primera vez por la OBC. 

La escena final de West Side Story con la inolvidable Natalie Wood llorando la muerte de Tony en brazos, tiene la grandeza urbana y USA no solo de una Julieta del siglo XX, sino que además Bernstein, insigne director e intérprete, con la aportación indispensable del director de la película Robert Wise, convierte a la joven portorriqueña en una suerte de Isolda moderna de dignidad insondable que no muere y renace cual Ave Fénix. 

El éxito de estos tres días de la proyección del film fue incontestable, puede ser que el Auditori vuelva a programarlo, si se lo perdieron, ni se les ocurra volver a perder esta oportunidad de oro, ¡Bernstein bien lo merece!