camarena manuelgarcia decca 1

Javier Camarena: "Manuel García está a la misma altura que Bellini, Rossini o Donizetti"

Con la presentación de su nuevo disco Contrabandista, que ha tenido lugar hoy mismo con el Festival de Salzburgo como marco, completamos nuestra conversación con el tenor Javier Camarena, actual portada del mes de agosto de Platea Magazine. Pueden leer el inicio de la entrevista aquí. El mexicano, que se encuentra en un momento dulce de su carrera, acabando de debutar Edgardo de Lucia di Lammermoor en el Teatro Real y a punto de abrir temporada en el Gran Teatre del Liceu con I Puritani, ha dedicado su grabación a acercarnos la figura del mítico tenor, compositor y empresario español Manuel García.

¿Quién es Manuel García?

Es un personaje fascinante al que desafortunadamente se ha comido el tiempo. Como a muchos otros que valdría mucho la pena explorar, sobre todo belcantistas. Fue una persona de gran trascendencia, no sólo por su descendencia: la Malibrán, la Viardot y su hijo Manuel García, padre de la foniatría. Sevillano nacido a finales del siglo XVIII, le tocó vivir ese periodo de transición entre la parte del belcantismo y el romanticismo. Un empresario además muy importante, director del Teatro de los Caños, lo que ahora es el Teatro Real, y compositor y tenor importantísimo, que debutó muchos roles de Rossini y óperas de renombre. Fue, además, embajador de la música europea en América. Él llevó a Nueva York los estrenos de Don Giovanni, La Cenerentola, Il Barbiere di Siviglia

Vivió también en México, donde ejerció como empresario y pasó una época importante de su vida, componiendo entre seis y ocho óperas en cuatro años. Entre ellas una Semiramide. Hizo allí carrera como cantante en una época complicada, en 1824 me parece que fue cuando llegó, recién independizado México de España. Todavía había un veto sobre los españoles en el país. De hecho se corrió de allí a todos los españoles… menos a él. ¿Por qué? Pues porque tenía un gran prestigio. Encontrarme con su música y su historia ha resultado un proyecto fascinante.

¿Qué queda de Manuel García en la ópera de hoy en día?

(Piensa) Creo que si realmente se hiciese una recopilación y un análisis serio de la obra de Manuel García, le tendríamos en el mismo lugar, a la misma altura que Bellini, Rossini y Donizetti. Nos encontraríamos que de las 50 y pico óperas que compuso, además de canciones, incursiones de zarzuela, misas, sinfonías… tendríamos un buen puñado de obras que se representarían asiduamente. Y cosas además muy interesantes: hay pocos monólogos hoy día en la ópera. La voix humaine y desconozco si alguno más… pero El poeta calculista es un monólogo completo que sería muy interesante realizar.

Hay que tener en cuenta que cuando García escribía sus óperas, escribía al mismo tiempo una especia de guía. Y al ser un artista consumadísimo, muy conocido por su capacidad de improvisación y ornamentación, sobre esa guía construía sus melodías. No todo estaba escrito en sus partituras. Valdría mucho la pena zambullirse a investigar sus obras.

¿Cómo llega usted a Manuel García?

Pues llego a través de casualidades y conversaciones. Hace un par de años tenía ganas de grabar un disco dedicado a un solo compositor, rescatando obras con piezas conocidas y no conocidas. Para ello necesitaba musicólogos que pudieran echarme una mano… y a este respecto ¿quién mejor que Cecilia Bartoli? En un Rigoletto en Barcelona, donde ella vino a verme, le expliqué que cuando hago un disco, no me gusta que sea el típico álbum-catálogo de arias para tenores, donde grabe por enésima vez Una furtiva lagrima o La donna è mobile. Cuando todo el mundo lo ha cantado, ¿qué más puedo ofrecer yo?

¡Hombre, su punto de vista seguro que tiene algo que aportar!

Sí, claro, puede ser, obviamente. Pero… además de eso, ¿qué puedo aportar? Yo lo que quiero es grabar historia. Una historia que dejar también como legado, algo que a la vez del disfrute, haga crecer al público en repertorio, en conocimiento. Cecilia no vende discos, vende historia. ¡Y además la musicaliza! (Risas). Al poco tiempo Cecilia me preguntó qué me parecería hacer un disco dedicado a Manuel García… y yo realmente sabía muy poco sobre él. Pero me puse a investigar… y su historia fue reveladora en muchos sentidos para mí. Sus carencias, su periodo de oro, su crecimiento… ¡todo era fantástico! Pero el problema era encontrar su música.

¿Qué música contiene el disco, pues?

Mi primera idea fue homenajearle como intérprete, donde habría cosas muy conocidas porque él fue muy conocido por sus interpretaciones en Così fan tutte, Il Barbiere di Siviglia, Don Giovanni… Pero a medida que iba encontrando repertorio escrito por él, el disco ha terminado por balancearse, por crearse un mix entre su interpretación y su composición. Por supuesto tenemos las dos arias de su obra más conocida, El poeta calculista, con “Formaré mi plan”, muy divertida y el polo “Yo que soy contrabandista”. ¡Es el Bolero de Ravel en chiquito! (Risas). Otro descubrimiento maravilloso fue encontrar la música de Florestán, una de sus obras más conocidas en su tiempo… y el disco tiene además una joya que es el número que creo que más me gusta de todo el disco: La muerte de Taso, con una reflexión del poeta hacia la muerte que es hermosa, hermosa, hermosa. Con corno y arpa… maravilloso y nostálgico. Además, a petición mía, encontramos El gitano por amor, que es una de las óperas que escribió estando en México.

¿Cómo ha sido interpretarlas?

Si encontrarlas ha sido un reto, interpretarlas ha sido otro mucho mayor. No hay referencias, pero sí que está su método de canto y sus guiones de ornamentación. Ha sido un reto muy grande también escribir variaciones acordes a su estilo, a lo que él habría interpretado. En El gitano por amor, por ejemplo, nos encontramos una línea melódica super simple acompañada por otra que va siempre sobre el mismo motivo, sin ser ostinato, pero repitiéndose durante 16 compases. Cantar todo el rato igual no tiene sentido y por eso son necesarias las variaciones. Un universo completamente distinto. Ha sido muy interesante constatar su desarrollo como compositor, viendo las influencias: Mozart, Rossini... en las que sin embargo siempre te encuentras una parte en la que te dices: ¡Esto es García! Inconfundible. Y luego su época de madurez, con Taso o Florestán, donde todo suena completamente suyo.

Y en su faceta como intérprete, ¿qué encontraremos?

Encontramos la ópera Giulieta e Romeo, de Zingarelli, que él estreno, con un aria maravillosa de color mozartiano, incluso previo a Mozart sin llegar a ser barroca, con una fuerza brutal. Un aria muy emocionante… y el resto son Rossini. No podría faltar el "Cessa più di resistire", de Il Barbiere di Siviglia… o el "Si, ritrovarla io giuro" de La Cenerentola. Está además Ricciardo e Zoraide con el rol de Ricciardo; y de la ópera Armida canto un dúo con Cecilia. Creo que he logrado no hacer el típico catálogo de arias y que llenaremos de conocimiento sobre García a todo aquel que quiera escucharlo… ¡Y es cantar en español!

Descubrirnos a alguien a quien aquí todos deberíamos conocer…

¡Sí! ¡Presentar esa parte de la historia! ¡Poner el foco de atención sobre un personaje de total trascendencia en la ópera! Estoy muy contento y muy satisfecho de que este proyecto pueda hacerse…

¡A mí ya me ha dejado con las ganas! (Risas) ¿Quién más le acompaña en el disco?

Les Musiciens du Prince, con dirección de Gianluca Capuano. Hace un trabajo extraordinario, creando la atmósfera rossiniana como pocos. Conoce el estilo y juega con todas esas dinámicas… Es un trabajo muy bonito que hice con muchísima fe y con mucho, muchísimo amor.

Lo que se hace con amor, se recibe con amor. ¿Lo siguiente, un Donizetti?

¡Sí! ¡Sí! ¡Eso espero! (Risas).

¡No te pierdas la primera parte de esta extensa entrevista con Javier Camarena!