KarelMarkChichon Gerardo Ojeda 

Karel Mark Chichon: "En Gran Canaria no solo hay mar y playas, sino también una orquesta de gran nivel"

Desde la llegada en 2017 de Karel Mark Chichon como nuevo director titular de la Filarmónica de Gran Canaria, la formación isleña ha dado un evidente salto hacia adelante. Su proyección creciente, su versatilidad con diversos repertorios y la contrastada acogida que encuentra entre el público local son factores que confirman el lema escogido para la temporada 2019/2020, bautizada como Nuevos horizontes

Y es que la Filarmónica de Gran Canaria busca reivindicarse como una formación seria y esforzada, volcada en su trabajo con cada director invitado y en plena sintonía con el espíritu que marca su maestro titular, el británico Karel Mark Chichon, quien ha asumido también la labor de director artístico. Con más de 1.100 abonados, la formación grancanaria ha planteado una ambiciosa temporada cuajada de artistas y batutas de primer nivel. 

Llegó a la Filarmónica de Gran Canaria hace ahora tres años, aunque en realidad no puede hablarse de una temporada propiamente suya sino ahora, con la 19/20.

La presente temporada es mi tercer año con la orquesta, aunque habría que recordar que llegué a la primera temporada de forma bastante precipitada. Me designaron para el cargo en mayo de 2017 y entré a trabajar con regularidad aquí ya en septiembre de ese mismo año. Lo ideal hubiera sido contar con un año de margen para poder programar con más antelación, pero la situación era un tanto urgente y así se hizo. Digo esto porque en realidad esa temporada 17/18 no  la programé yo; y de algún modo tampoco la 18/19 puede considerarse fruto directo de mi trabajo, porque ya había muchas cosas apalabradas y atadas con anterioridad. Así que es la actual, la 19/20, es la primera temporada que siento como mía, en la medida en que he podido contar con los artistas que yo quería traer a Las Palmas, como Charles Dutoit, Trevor Pinnock, Jean-Claude Casadesus, etc.

¿Cómo estaba la orquesta cuando usted llegó a ella y qué necesidades más acuciantes identificó en ella?

La orquesta estaba en un momento de cierto desanimo. Había tenido bastantes problemas, algunos de ellos de índole política y sobre todo carecían de un líder. Verá, cuando me invitan a trabajar con una orquesta, en los primeros veinte minutos de ensayo con los músicos se puede percibir si tienen o no un maestro titular. Y también percibo de inmediato si ese titular trabaja o no con ellos de manera regular, si tienen un buen entendimiento. Es una cosa un tanto mística, porque la existencia de un maestro titular debe notarse en una orquesta precisamente cuando él no está, con los directores invitados. Pero se trata de eso, de que deje un sello. Y esto no estaba en Las Palmas cuando yo llegué. Me encontré con una orquesta con muchas ganas de crecer, pero sin motivación, sin alguien que tirase de ese empuje. Digo esto porque sinceramente yo no hice tanto para cambiar la situación, en términos de plantilla, refuerzos, cambios, etc. Era una cuestión de actitud, de comunicación. Yo llegué con seriedad, con honestidad y con ganas de trabajar. Y en apenas dos o tres meses todo empezó a coger otra dinámica. Tengo que dejar claro que la orquesta no estaba en un bajo nivel, técnicamente hablando. La plantilla es magnífica, muy digna, pero sobre todo había un problema de motivación, que es lo que yo identifiqué de inmediato al poco de llegar aquí.

Lo más complicado para una orquesta es lograr tener una personalidad propia, un sonido definido e identificable. ¿En qué trabaja la Filarmónica de Gran Canaria para que su proyecto sea singular y reconocible?

Son varias cualidades las que hacen singular a esta orquesta. En el aspecto humano se trata de una orquesta muy abierta, generosa y seria, disciplinada. Muchos maestros invitados no se lo creen hasta que llegan aquí y todos me han confirmado que la actitud es impecable, muy seria. Por otro lado, tenemos desde hace muchos años un gran enfoque pedagógico, con una larga tradición de conciertos escolares. La orquesta fue pionera en esto y el compromiso con esto sigue siendo muy alto. No obstante, para mí, una de las cualidades que más identifican a esta orquesta es su disciplina, su calidad humana y su tremenda seriedad y entrega desde el primer minuto de ensayo hasta el último minuto del concierto. Alcanzar un sonido propio es algo que se logra con el paso de mucho tiempo y es fruto del trabajo conjunto de un director y una orquesta. En ello estamos trabajando, intentando lograr un sonido más homogéneo pero flexible, porque hay que recordar que es una orquesta que hace sinfónico, ópera y zarzuela, al mismo nivel. 

En términos de repertorio, ¿había alguna cuenta pendiente? ¿Ha identificado algunos autores o períodos a los que deba dedicar más espacio en la programación?

Más que una cuestión de repertorio, por épocas, creo que lo que había era una cierta tendencia a interpretar el repertorio clásico siguiendo criterios hoy ya un tanto superados. Me refiero a que no hay ya ninguna orquesta moderna de cierta categoría en Europa que afronte Mozart, Haydn o Beethoven sin considerar las prácticas históricas, en una medida u otra. Es por esto que vamos a hacer el ciclo completo de las sinfonías de Beethoven, por ejemplo, algo que no se había hecho nunca antes en esta orquesta. También la elección de los directores invitados y el repertorio que van a trabajar aquí se enmarca en esta idea, para ir orientando poco a poco a la orquesta hacia estas nuevas prácticas, hoy tan asumidas y lejos de lo que yo llamo el “vibrato histérico”, como buscando siempre un sonido lo más transparente posible.

 

KarelMarkChichon OFGC Jesús de Leon

 

De la temporada 19/20 me llama la atención la presencia de Carlos Kalmar, un director bastante desaparecido en España desde que dejó la Sinfónica de RTVE. Y también me parece destacable la presencia de Josep Pons, un maestro tan reconocido en nuestro país. ¿Qué maestros invitados  y artistas destacaría usted?

Sin duda, además de los que ya mencionaba antes, como Dutoit, Casadesus o Pinnock, me parece muy oportuno destacara a Kalmar y Pons. Mire, en la profesión todos sabemos que hay dos tipos de directores invitados. Lo digo en tono de broma, pero es verdad: están los directores que vienen con la idea de que les vuelvan a invitar, intentando hacerse populares entre los músicos, sin elevar el listón; y están los directores invitados que vienen a hacer su trabajo, no a hacer amigos, intentando contribuir en algo al nivel de la orquesta, estén predispuestos los músicos o no. Yo me siento más próximo al segundo modelo y ese es también el tipo de maestros que invito a Las Palmas. Eso no quiere decir que yo no me equivoque: en las últimas temporadas hemos tenido a algunos directores que no han funcionado bien, a pesar de que tenían buenas credenciales con otras orquestas. Pero al final la química entre las personas es complicada y no siempre funciona como quisiéramos. Josep Pons es un ejemplo de maestro trabajador y planificado; ensaya muy bien y con enorme seriedad, y eso es primordial. Lo mismo en el caso de Carlos Kalmar, un trabajador nato.

Usted no solo es el maestro titular de la Filarmónica de Gran Canaria. Es también su director artístico.

Para mí es muy importante ser al mismo tiempo el maestro titular y el responsable artístico de la Filarmónica de Gran Canaria. Cuando fui director titular en Saarbrücknen, no era así y yo no podía elegir a los maestros invitados. Elegía a mis artistas y mis programas, pero yo no era el responsable de los maestros que trabajaban con la orquesta cuando no estaba. Y en muchas ocasiones la orquesta bajaba de nivel con muchos de ellos. Aquí en Las Palmas mi objetivo es claro: quiero que la orquesta suba su nivel con cada director invitado, que su presencia sea un estímulo para los músicos. Ningún gerente puede comprender mejor las necesidades y la sensibilidad de una orquesta que su maestro titular. Por eso pienso que es lógico que confluyan ambas funciones, como sucede aquí en Las Palmas.

De la programación de este año destaca la gala con música española que interpretarán en Navidad, primero en Las Palmas y después en el Festival de Baden-Baden. Creo que es una noticia muy relevante que una orquesta española visite un festival tan relevante en esas fechas.

Sí, agradezco que lo destaque porque creo que es una cita muy importante para nosotros. El Festival me había invitado para hacer ese concierto y cuando se decidió que íbamos a interpretar música española, no dude en proponer que fuésemos allí con la Filarmónica de Gran Canaria. Estoy seguro de que va a ser un éxito, porque la orquesta tiene sin duda el nivel necesario para actuar allí en una cita tan emblemática.

La primera edición del Concurso Internacional de Dirección de Orquesta Martín Chirino se ha visto anulada. ¿Cuáles son los motivos?

Ha habido muchos rumores pero lo cierto es que la decisión ha sido mía. Cuando tuvieron lugar los trágicos incendios de este verano en Gran Canaria, empecé a pensar en algún tipo de concierto solidario. Somos una orquesta pública y tenemos una obligación de servicio para la comunidad en la isla. Tenemos que dar ejemplo y no me parecía razonable gastar miles de euros en un concurso cuando ha habido 9.000 personas evacuadas y 10.000 hectáreas afectadas. Ahora hemos anunciado un concierto benéfico que tendrá lugar el día 30 de octubre. 

De cara al futuro, ¿cuáles son los principales retos y proyectos de la Filarmónica de Gran Canaria?

Mi principal deseo después de lo artístico es la estabilidad administrativa. En los últimos años han pasado por aquí muchos gerentes y se han ido acumulando varios problemas, algunos de ellos de difícil solución. Yo querría dar estabilidad a la orquesta para que el trabajo de los músicos tenga más seguridades. 

Por otro lado estamos pensando en varias giras, seguramente una por Alemania y otra por Medio Oriente. Además, querría grabar con ellos algunos CD. Tengo pendiente la segunda parte de mi integral de Dvorák con Naxos y tengo la intención de grabarla con la Filarmónica de Gran Canaria.

La orquesta tiene 1.150 abonados para los diecinueve conciertos de abono que tenemos. Es una cifra muy alta y tenemos que hacer valer esa complicidad y entrega del público local. Pero al mismo tiempo tenemos que ser capaces de proyectar la orquesta hacia el exterior, para que seamos capaces de hacer ver que en Gran Canaria no solo hay mar y playas sino también una cultura extremadamente rica y una orquesta de un gran nivel.

 

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