la guirlande

 Luis Martínez Pueyo: "La Guirlande es, ante todo, un lugar donde disfrutar de la música"

Con compromisos esta 2020 en Murcia (MusaE - Museo Nacional de Arqueología subacuática), Madrid (Festival de Arte Sacro - Capilla del Palacio Real) y Épila (Festival de Música Antigua de Èpila - Palacio del Conde Aranda), La Guirlande, con su director Luis Martínez Pueyo al frente, acaba de lanzar nuevo disco al mercado: Spanish Travelling Virtuosi Vol.1, con el que pretenden recuperar y difundir el patrimonio musical español del siglo XVIII. De sus inicios, su presente y este nuevo trabajo, hablamos con Pueyo.

¿Cómo surge La Guirlande? ¿Por qué La Guirlande?

El surgimiento de La Guirlande tiene dos fases muy destacadas. El primer momento en el cual aparece la idea de crear mi propio grupo es en el verano de 2012, durante el Curso de Música Antigua de Daroca. Allí conocí y tuve el placer de tocar con el clavecinista Alfonso Sebastián, con quien hubo una química perfecta desde el primer momento. Ya hablé con él en ese mismo momento que esa química había que aprovecharla y que teníamos que hacer algo juntos. Más tarde, cuando comencé mis estudios en la Schola Cantorum Basiliensis, comprendí que era el momento para dar ese paso, y en 2016 me lancé a crear el grupo.

Quería que el nombre tuviera relación con el rey Luis XIV, ya que durante su reinado se produjo una gran revolución en la construcción de los instrumentos de viento, de la cual la flauta se vio enormemente favorecida. La Guirlande (o Guirnalda en español) es uno de los principales símbolos del dios Apolo, deidad con la que era relacionado el monarca francés. 

¿Cómo definiríais su proyecto? ¿Qué hace única a La Guirlande?

La Guirlande es ante todo un lugar en el que hacer música con y entre amigos, un espacio en el que poder disfrutar de la música, y en el que todos los músicos aportan sus ideas y opiniones para, en definitiva, perfeccionar la interpretación de las obras. Además, aunque el grupo sea eminentemente español, contamos con gente de nacionalidades tan dispares como Holanda, Suiza, Ucrania y Australia, lo que enriquece nuestras interpretaciones gracias a las diferentes culturas y experiencias vitales de cada uno de los músicos. 

¿Cuáles son sus objetivos?

Desde los inicios de La Guirlande me he marcado varios objetivos muy claros para el grupo. El primero, es la recuperación patrimonial de repertorio olvidado, tanto español como de otros países europeos. El segundo, llevar a cabo conciertos con temáticas bien definidas en los cuales, salvo pequeñas excepciones, realizamos explicaciones a lo largo del mismo sobre las obras y compositores que tocamos. De esa manera el público tiene una mayor conciencia de lo que está escuchando. Y, en tercer lugar, intentar llevar la música antigua a lugares en los que no se suele escuchar para aportar nuestro pequeño grano de arena a la sociedad. Para ello, ya hemos creado un pequeño festival en Épila, provincia de Zaragoza, y tenemos algunos otros proyectos en mente para el futuro. 

¿Cómo surgió la idea del disco que acaba de lanzar al mercado?

Desde el primer momento que nos marcamos el objetivo de realizar una grabación discográfica con mi amigo y también colaborador de La Guirlande, Joan Boronat, teníamos claro que queríamos grabar un CD exclusivamente de música española, ya que nosotros consideramos que somos los músicos y grupos españoles los primeros que tenemos que poner en valor nuestro patrimonio musical. En cuanto a la temática, por aquel entonces estaba leyendo el libro “The flute” de Ardal Powell. En éste hay un capítulo magnífico en el que habla de los flautistas virtuosos que en la segunda mitad del siglo XVIII comenzaron a viajar por toda Europa para ganarse la vida con sus interpretaciones, y me pareció una buena idea extraer esa temática, centrándola en músicos españoles de diferentes instrumentos. 

¿Qué músicos españoles son esos?

Sin lugar a dudas, la figura más importante del disco es la de Joan Baptista Pla, del cual incluimos tres triosonatas. Joan Baptista, junto con su hermano Josep, son probablemente los virtuosos españoles del siglo XVIII más reconocidos a nivel internacional.  Eran considerados unos grandes virtuosos del oboe, y el hecho de que su música continuara siendo interpretada en aquellos centros por los que pasaban incluso después de su partida, demuestra que era muy apreciada por la audiencia. Sus numerosos viajes les llevaron a lugares tan diversos como París, Londres, Lisboa, Stuttgart, Madrid y el norte de Italia, cosechando un gran éxito allá por donde pasaban.

Joaquín Nicolás Ximénez Brufal era un violinista alicantino que en 1763 se dirigió a Londres en busca de éxito y un ambiente musical más enriquecedor que el de su Alicante natal. Sería en esta ciudad donde publicaría sus Six solos for a Violin. Composed and humbly Dedicated to the Right Honourable the Earl of Sandwich, una obra que pone de manifiesto el elevado nivel técnico y musical que el propio Nicolás Ximénez debía de atesorar. 

Sobre Felipe Lluch desafortunadamente se conocen pocos datos de su vida. Además, existe una cierta controversia sobre sus orígenes, ya que es más que probable que se trate de Filippo Ruge, conocido flautista italiano que participó en Les Concerts Spirituels de París en 1753, que publicó algunas de sus obras en el propio París y en Londres, y del cual conservamos obras en el Palacio Real de Madrid.   

Con Giacomo Facco queríamos introducir un músico que hubiera hecho el camino en sentido contrario. Es decir, un músico extranjero que hubiera venido a España en busca de fama y reconocimiento. Nacido en la Serenísima República de Venecia en 1676, Facco llega a Madrid en 1720 con la intención de marchar a la corte de Lisboa. Sin embargo, su calidad musical no pasó desapercibida para los miembros de la corte de Felipe V, y tras superar una prueba fue contratado como violinista de la Capilla Real y como maestro de música del Infante don Luis. Facco perteneció a la corte de los Borbones hasta el último día de su vida en 1753.

Por último, no encontramos con Joan Cabanilles, del cual se sabe poco antes de su nombramiento como organista de la catedral de Valencia en 1665. Aunque algunas fuentes aseguran que Cabanilles viajó en varias ocasiones a Francia para tocar en diversas fiestas religiosas, no existen datos que confirmen dichas hipótesis. No obstante, aunque no podemos asegurar la presencia de Cabanilles en ningún país extranjero, sí que se puede confirmar la presencia de composiciones suyas en diversos países europeos e incluso en las Américas.

Creo que algunos de ustedes son musicólogos; ante la controversia de “Felipe Lluch”, ¿qué papel juega aquí la musicología?

En verdad ninguno de nosotros es musicólogo propiamente dicho. No obstante, un músico dedicado a la música antigua debe ser un músico muy bien informado, que lea continuamente tanto textos originales de la época, como nuevas investigaciones que llevan a cabo auténticos musicólogos. Eso no quita para que tengamos que realizar nuestras pequeñas investigaciones, sobre todo, en la búsqueda de nuevos e interesantes repertorios que tocar y recuperar. En este sentido, creo que es bueno que haya una colaboración muy estrecha entre intérpretes y musicólogos. 

La mayoría de obras que recoge el disco son primeras grabaciones mundiales, ¿cómo ha sido la labor de recuperación de este patrimonio?

En primer lugar, uno tiene que leer todo lo que pueda sobre los compositores que va a grabar, para recabar toda la información posible sobre las diferentes fuentes existentes, así como los lugares en los que se encuentran. Una vez recabada toda esta información y elegido el material que quieres utilizar, hoy en día es algo tan fácil como ponerte en contacto con el archivo en cuestión vía telefónica o correo electrónico, y pedir que te manden una copia digitalizada del documento. ¡Algo bueno tenía que tener la era de la digitalización!   

¿Prestamos la atención necesaria en nuestro país a nuestro patrimonio musical?

En mi opinión, históricamente en nuestro país no se ha prestado la atención necesaria a nuestro patrimonio musical. No obstante, es cierto que desde hace unos años han aparecido una serie de grupos y de musicólogos que están luchando mucho y haciendo un gran esfuerzo por sacar a la luz este repertorio, el cual estaba injustamente denostado y que cada vez más pone de manifiesto que en el siglo XVIII también en España se hacía buena música.

Ya no para triunfar, sino para darse a conocer, o para poder vivir de la música, ¿se ha de seguir saliendo fuera de España?

No necesariamente. Sí que creo que salir de España, al menos durante un tiempo, te aporta una serie de experiencias vitales que nunca tendrás si no sales, como aprender otras culturas, otros idiomas, otras formas de ver y de afrontar la vida, etc. También es cierto, y no lo niego, que en otros países de Europa la cantidad de trabajo que hay como músico es muchísimo mayor. 

Al título del disco: “Spanish Travelling Virtuosi”, le sigue un esperanzador Vol. 1… ¿qué nos espera en el futuro?

Este año vamos a grabar nuestro segundo disco, el cual estará enfocado hacia música sacra y música instrumental en diferentes capillas de la España del siglo XVIII, para el cual contaremos con la colaboración de la cantante Alicia Amo. Tenemos un par de proyectos más para 2021, por lo que es probable que volvamos con el Vol. 2 de “Spanish Travelling Virtuosi” en 2022 con algunos nuevos compositores que no aparecen en este disco, así como algunos que repetirán. 

Foto: Noah Shaye.