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Boris Berezovsky: "Para comprender realmente a un compositor debemos conocer su obra al completo"

El pianista ruso visita Madrid el próximo 20 de marzo, en el Auditorio Nacional, con el Ciclo Goldberg. Acompañado por la Orquesta Sinfónica Estatal Rusa, Berezovsky, uno de los mejores pianistas en activo de su país, interpretará nada más y nada menos que tres conciertos para piano de una forma singular: Prokófiev, Tchaikovsky y Shostakovich, en sus partituras no tan conocidas, que sin duda no dejarán indiferente a ninguno de los melómanos que se acerquen al Auditorio. 

En su próximo concierto, aquí en Madrid, usted interpretará el Primero de Prokófiev, el Segundo de Tchaikovsky y, según tengo entendio, ¿también un Shostakovich?

Sí, así es, además del Concierto número 1 de Prokófiev y el Segundo de Tchaikovsky, cerraremos la noche con el Concierto para piano nº2 de Shostakovich, ¡Tres conciertos en una sola noche! ¡Vamos a darlo todo!

Y por si no fuera suficiente, ¿usted además los va a dirigir?

Bueno, esto no es exactamente así, aunque entiendo el malentendido. ¡Qué más quisiera que dirigir y tocar a la vez, pero me temo que hacer eso en el caso de Tchaikovsky, de Prokófiev, es imposible! ¡Tendría que dividirme! (Risas). Tampoco es que vaya a haber en este concierto la figura de un director de orquesta como tal, sino que la orquesta y yo trabajaremos las obras como uno solo, desde los ensayos, para que todo fluya solo durante el concierto.

De hecho, iba a preguntarle a continuación ¡Cómo iba a ser capaz de dirigirlos!

(Risas). Bueno, sin ser conciertos de Mozart, de Beethoven, es una fórmula que he empleado en otras ocasiones, con otros compositores como Stravinsky, Brahms... y siempre ha funcionado muy bien. Además, confio mucho en esta orquesta.

En cualquier caso, ¿por qué el programa escogido? Son conciertos menos conocidos que algunos de sus "hermanos"...

Bueno, ¡simplemente porque son conciertos maravillosos! Son obras maestras, aunque no se toquen muy a menudo. Sobre todo en el caso de Tchaikovsky, su Segundo concierto para piano ha quedado muy a la sombra del mucho más conocido Primero del compositor; pero la belleza de un compositor está en el conjunto de su obra. Para comprender realmente a un compositor debemos conocer su obra al completo.

¿Qué tipo de pianista se ha de ser para tocar estos conciertos? ¿Un virtuoso técnico, un virtuoso del color...?

Sencillamente tienes que ser músico por encima de todo. Un buen músico. Se ha de ser, además, un buen profesional. Hay mucha gente que toca bien, pero no son profesionales. Quiero decir, pierden la parte emocional de la música. Sí, tocan muy bien, muy rápido, pero no hay conexión. Al menos conmigo. Siempre que me subo a un escenario, desde hace mucho tiempo, no me tengo que preocupar de cómo tocar el piano, pensar en la técnica no es algo difícil para mí (Risas).

Para muchos usted es el sucesor de la tradición rusa del piano; ¿qué significa la tradición rusa hoy en día?

¡Vaya! ¡Esta es una pregunta muy complicada! Por supuesto hay una parte muy positiva de la tradición, con todos los grandes nombres del piano que usted ya conoce detrás de mí, a lo largo de muchos años, que han creado una imagen de lo que es el piano en Rusia, pero también hay una parte que no me gusta, vinculada a los años de la Unión Soviética, donde se forzaba a los niños a tocar y tocar sin descanso, con una competitividad muy alta. Sea como fuere, el piano siempre ha sido algo muy popular en mi país, con grandes nombres como Rachmaninov y Scriabin, por ejemplo, que además de grandes compositores para el piano, han sido grandes pianistas... ya le digo que tengo sentimientos encontrados con lo que significa la tradición rusa.

Por terminar, tengo entendido que a usted le gusta mucho el jazz y a menudo, grandes pianistas, desde Buchbinder a Lang Lang, me dicen que los mejores pianistas son los pianistas de jazz. ¿Qué opina usted?

Sí, soy un gran amante del jazz, me encanta, pero no creo que podamos considerar a los pianistas de jazz como los mejores pianistas de la historia, sencillamente porque lo que ellos hacen, o hacían, son cosas bien diferentes a lo que hacemos los pianistas clásicos. Simplemente no puedo compararlos para saber quiénes son mejores, porque no tengo con qué hacerlo. Por supuesto me encantan Oscar Peterson, Art Tatum, Chick Corea... y en mis clases, que doy a muchos jóvenes, siempre les animo a tocar jazz, porque con el jazz se permiten disfrutar más que con la clásica, son más libres.

 

Foto: Juri Bogomaz.