BalloMaschera saioa hernandez javier del real 1

Cualidades de diva

Madrid. 25/09/2020. Teatro Real. Verdi: Un ballo in maschera. Ramón Vargas (Riccardo). Saioa Hernández. (Amelia). George Petean (Renato). Silvia Beltrami (Ulrica). Elena Sancho Pereg (Oscar). Tomeu Bibiloni (Silvano). Daniel Giulianini (Samuel). Goderdzi Janelidze (Tom). Jorge Rodríguez-Norton (Juez / Siervo) Coro Intermezzo. Orquesta Sinfónica de Madrid. Gianmaria Aliverta, dirección de escena. Nicola Luisotti, dirección de orquesta. 

Un baile de máscaras… ¡qué idea más divertida! Hace apenas unos meses nadie creía que la normalidad sería salir a la calle con una mascarilla. Ahora todo es diferente, hemos llegado a un momento en el que la música hace bailar a una sociedad repleta de máscaras, que lucha por seguir adelante y sobrevivir a todas las tormentas que le caen encima. Pero hay que saber que detrás de cada máscara hay una persona, con sus intereses, ideologías y pensamientos… No es de extrañar que, dada la situación actual, algunas personas aprovechen para atacar a la cultura (cosa que nunca conseguiré entender). Ya sea desde los altos cargos, retrasando subvenciones, hasta casos particulares, como los que interrumpieron en la velada del pasado 20 de septiembre la función del Ballo en el Real. Un grupo reducido de personas intervino en la noche de ópera con el fin de poder cambiar sus localidades; reforzándose en un argumento bastante vago y cuestionable como el de acusar al Teatro de no cumplir las necesarias medidas de seguridad. Con la imposibilidad de discutir tales respuestas, por no armar un escándalo en medio de la apertura de la temporada, el coliseo madrileño canceló dicha función y emitió un mensaje notificando la reducción de aforo a poco más de la mitad del mismo.

Tal limitación da mucho que pensar. ¿Cómo van a recaudar fondos los teatros para poder asumir los costes de la temporada?. En muchos comercios han decidido subir el precio de los productos para asumir las deficiencias, pero si se sube más el precio de las representaciones (contando con el IVA cultural) supondría el fin de la vida teatral. Otros han optado por terminan la temporada y esperar a que todo vuelva a la “normalidad”. Por eso creo que debemos ayudar a los teatros, museos y auditorios para que no podamos vernos en un futuro luchando por rescatar a la cultura. Enhorabuena al Teatro Real por la rapidez de actuación y la transparencia con la que comunicó la incidencia.

A pesar de las nuevas limitaciones de aforo y el impacto que tuvo la noticia en el mundo de la cultura, el Real ha conseguido continuar con las representaciones de la obra verdiana. Entre el gran elenco que conformaban la velada del 25 de septiembre hay que destacar la Amelia de Saioa Hernández. Una soprano con una voz penetrante, cálida y con una gran paleta de matices, capaz de emocionar en los momentos de mayor intensidad y de mantener un sutil filo vocal en los momentos más íntimos. Demostró grandes cualidades de diva en “Ecco l'orrido campo” y “Ma dall’arido stelo divulsa”, donde superó con creces a la exigencia de su personaje. En el papel del marido de Amelia se escuchó la ruda voz de George Petean, barítono de voz imponente, con gran voluptuosidad en el registro medio y agudo. Estuvo brillante en momentos de gran carácter y reflexión como “Il sangue tuo…Eri tu”.

Como protagonista de la obra tenemos al conde Riccardo, un papel con un alto grado de lirismo y sentimentalismo. Es un personaje complejo y lleno de diferentes gradaciones, que en lo dramático asume su destino y muere ante todos los invitados del baile de máscaras. El tenor mexicano Ramón Vargas asumió el liderazgo del papel con elegancia y distinción. Hay que decir que en algunos momentos su voz se apreciaba un tanto escasa de proyección, pero en general interpretó el papel del conde con la cortesía requerida. A ellos se unió la voz de la soprano de coloratura Elena Sancho, quien interpretó un “Volta la terrea” ligero y brillantísimo, con portamentos bien conseguidos y acentos precisos. Destacar también al magnífico papel en las voces graves de Tomeu Bibiloni (Silvano), Daniel Giulianini (Samuel), Goderdzi Janelidze (Tom); así como la oscura voz de Silvia Beltrami en el papel de Ulrica.

En el foso, el maestro Nicola Luisotti supo equilibrar el escenario y la orquesta, conduciendo a una brillante Sinfónica de Madrid, que armonizó perfectamente el acompañamiento a los cantantes. Una vez más, el coro del Tetro Real dsemostró grandes cualidades en los tuttis vocales.

La propuesta escénica de Gianmarina Aliverta tuvo su estreno en la pasada temporada de la Fenice de Venecia. A pesar de que no hayamos contado con la escenificación completa, por circunstancias de seguridad, no es que sea una propuesta muy innovadora. La trama gira en torno a la abolición de la esclavitud, los conflictos políticos que causaron las nuevas leyes progresistas y la aparición del grupo de extrema derecha Ku Klux Klan. Sin embargo, la producción tiene algunos elementos difusos. No se sitúa en un espacio en concreto, puesto que no sabemos si la historia ocurre en Boston, como Verdi escribió, o en cualquier otro estado de los Estados Unidos. También hay algunos errores cronológicos. En el último acto aparece la estatua de la libertad, pero esta no se construyó hasta 1886, y la puesta en escena gira en torno a los años posteriores a la Guerra de Secesión Americana (1861-1865), época de mayor activismo del grupo radical fascista KKK.

A mi entender, algunas de las nuevas propuestas escénicas que se presentan hoy en día se desvían mucho del drama orginal en torno al que gira la obra. Ideas escénicas exclusivas y adaptaciones a las nuevas tecnologías acaban lastrando muchos de los rasgos simbólicos de la obra. Una representación operística no es sólo la música y las coreografías, sino que las escenas conforman un 50% del argumento. Muchas veces, sin embargo, las escenas contradicen tanto al texto como a la psicología de los personajes. Que las propuestas escénicas se ciñan lo mejor posible al libreto no debería ser una opción... Y al salir del teatro, el baile de máscaras seguía en la calle.

Foto: Javier del Real.