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Jan Raes, Director General de la Royal Concertgebouw Orchestra: “La música combate el populismo”

El belga Jan Raes es el Director General de la Royal Concertgebouw Orchestra desde 2008.

 

RCO meets Europe. La música sin fronteras

El 20 de febrero la Royal Concertgebouw Orchestra de Ámsterdam visita Madrid y actuará con la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid, en el marco de su programa RCO meets Europe

A lo largo de dos años, entre 2016 y 2018, la Royal Concertgebouw Orchestra de Ámsterdam se ha propuesto visitar los 28 estados miembro de la Unión Europea, en una extensa gira cuya ambición es no sólo musical sino identitaria. Bajo el patronato de la UNESCO y con el respaldo de la Comisión Europea, a través de su Presidente Jean-Claude Juncker, esta iniciativa persigue escenificar a través de la música lo que significa la unión en la diversidad. Y es que hay un paralelo evidente entre lo que significa tocar juntos una partitura, cada atril con una voz distinta, y lo que supone el proyecto europeo. La polifonía, cuentan los responsables de la RCO, condensa en su concepto este espíritu, la consonancia de voces dispares que forman algo valioso y con sentido precisamente cuando suenan al unísono.

No obstante, el principal atractivo de este empeño radica en la iniciativa Side by Side, que reúne a los miembros de la Royal Concertgebouw Orchestra con intérpretes de las jóvenes orquestas de los países anfitriones. Ha sido el caso, en los últimos meses, de la Joven Orquesta Nacional de Alemania, en Berlín; la Joven Orquesta de Rumanía, en Bucarest; o la Zuglói Filharmónia, en Budapest. En España será el turno de la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid. De forma complementaria, varios miembros de la formación holandesa ofrecen clases magistrales a los jóvenes músicos de cada país visitado en esta extensa gira europea.

 

¿Cuándo y cómo nació la idea de este RCO meets Europe?

Hace tres años buscamos un proyecto de largo recorrido que nos diera relevancia y proyección como orquesta y sobre todo como comunidad. Pero no buscábamos sólo un escaparate, también queríamos vivir algo extraordinario, dar y recibir a través de la música, en un plano humano, participando de un espíritu europeísta que sentimos como propio en la orquesta. Creemos firmemente que la música puede cambiar las cosas. No hay que ser naíf, por supuesto, pero lo cierto es que una buena orquesta es una orquesta que escucha, que se percibe a sí misma como una comunidad, no como una suma de instrumentos solistas. Para hacer música juntos hay que ser consciente de algo más. Y lo mismo sucede si hablamos de política a nivel europeo. No existe la pureza identitaria y la música es un lenguaje que lo demuestra porque está plagado de influencias, citas y diálogos. La música combate el populismo, de un modo casi natural e inmediato. Con RCO meets Europe se trata pues de celebrar la diversidad, la pluralidad, lo que significa estar juntos siendo diferentes, resumido en la música. 

La orquesta misma es una comunidad plural, doy por hecho.

Atesoramos 25 nacionalidades en el seno de esta orquesta, de modo que estamos orgullosos de nuestra propia multiculturalidad. Como tantas otras orquestas en el mundo, somos un ejemplo de cómo es posible hacer algo en común desde la diversidad. La idea de este proyecto, por cierto, surgió antes de que eligiéramos a Daniele Gatti como nuestro nuevo director titular. Y debo decir que el abrazó el proyecto de forma inmediata, involucrándose en todo ello con enorme apasionamiento.

¿Cuál es la conexión entre la música y el europeismo al que ustedes apelan con este proyecto?

Queríamos sumarnos al debate abierto sobre el futuro de Europa, al hilo de la crisis, los movimientos migratorios, etc. Queríamos proponer una reflexión al respecto, pero enfocada desde la música, desde nuestra experiencia en los atriles. La naturaleza misma de la música sinfónica participa de las mismas bases que han animado y sostenido el proyecto europeo. De ahí que hayamos retomado la idea de la polifonía como lema para nuestro empeño.

Una seña de identidad del proyecto es la idea de trabajar con jóvenes músicos en los países que visitan.

Queríamos legar algo a las próximas generaciones. Somos una orquesta europea, hemos vivido las transformaciones del continente durante el siglo XX, incluyendo dos duras guerras mundiales. Vivimos en una sociedad políglota y multicultural. Nos sentimos orgullosos de esto y queremos que la música sea el modo para compartirlo y mostrarlo a los más jóvenes. Por eso nos propusimos tocar juntos, algunos músicos de nuestra orquesta junto a músicos de las jóvenes orquestas locales.

¿Cómo se sostiene este proyecto? 

Nunca hemos pedido el apoyo de la Comisión Europea como tal. Sí contamos desde el principio con el apoyo económico y humano de 28 familias que han ido tejiendo una red de relaciones para hacer más fuerte el proyecto. Finalmente la Comisión Europea es nuestro patrón, lo mismo que la UNESCO. 

Una vez completado este proyecto, en 2018, ¿cuál es el siguiente paso que quieren dar?

Nos gustaría dar el salto más allá de Europa con este proyecto, tendiendo puentes con otras culturas, en América, Asia y África. Tenemos un proyecto ya en marcha con Sudáfrica, apoyando a jóvenes estudiantes de música.