Jueves sinfónicos: Agosto 2020
27 de agosto. Gustav Mahler: Sinfonía nº4; por George Szell, Judith Raskin y la Cleveland Orchestra.
Un halo de ingenuidad, un aire de lo más naif y una marcada contraposición a su sinfonía inmediatamente anterior (aunque parte de ella diese forma a esta nueva). La Cuarta sinfonía de Mahler vuelve a ser un ejercicio de ácido sarcasmo, con las ironía de quien se acerca a lo desconocido desde la distancia. Una visión de lo divino, en un ascenso desde lo terrenal, cargada de oscuros recovecos, que quiere al mismo tiempo mirar hacia los clásicos y presenta una orquestación más liviana, con menos metales y mayor protagonismo de las maderas. ¡Feliz escucha!
20 de agosto. Ferdinand Ries: Concierto para piano nº7, op.132 "Adiós a Inglaterra"; por Christopher Hinterhuber, Uwe Grood y la Royal Liverpool Philharmonic Orchestra.
En realidad Ries, alumno, amigo y biógrafo de Beethoven, no compuso su Opus 132 al despedirse de Inglaterra, sino al final de su estancia en ella, en Londres, entre 1813 y 1824. Cosas de editores, que siempre buscan cómo vender más. Sea como fuere, estamos ante una obra de escritura brillante, para exhibición del solista y, cómo no, que crece bajo la larga sombra beethoviana. En la crítica de la época, se lereconoce como una mano "poderosa, de ejecución segura, a menudo sorprendente... su forma de toca se distingue de todas las demás por su romanticismo salvaje". Juzguen ustedes... ¡y feliz escucha!
13 de agosto. Bohuslav Martin: Doble concierto para dos orquestas de cuerda, piano y timbales; por Jirí Bélohlávek y la Filarmónica checa.
Durante los ensayos para el estreno del Doble concierto de Martinu, los músicos se sublevaron ante la dificultad de la partitura. Paul Sacher, mecenas al que debemos gran número de obras musicales y quien dirigia la orquesta en aquel momento, hizo verles que estaban ante una obra maestra y que debían seguir ensayando. Estrenado en 1940, con la zozobra de una nueva guerra mundial, toma la forma de un concerto grosso, de tenso y denso drama: "Quería liberarme de la opresión, defenderme con mi trabajo, luchar contra esta amenaza que debe atormentar a todos los artistas y a todos los hombres, a sus convicciones más profundas".
06 de agosto. Franz Joseph Haydn: Sinfonía nº45 "De los adioses"; por Charles Mackerras y la Orchestra of St. Lukes.
104 sinfonías, que se dice pronto, escribió el genio de Joseph Haydn. Hoy os traemos una de las más conocidas de su catálogo, la número 45, apodada "De los adioses". Una genialidad del exquisito sentido del humor del compositor marca la obra, cuando en el movimiento final, uno a uno los músicos van dejando de tocar, saliendo del escenario. Compuesta para su amigo y patrón, el príncipe Esterházy, la estancia de 1772 en su palacio de verano se alargó de forma inesperada para todos los músicos de la corte allí reunidos... Haydn encontró una manera sutilísima de hacérselo verl al príncipe. ¡Feliz escucha!