Mitridate 54Mikel Ponce LesArts 1

La ópera barroca de Mozart

Valencia. 26/11/2020. Palau de Les Arts. Mozart: Mitridate, Re di Ponto RV 87. Ópera en versión concierto. Michael Spyres (Mitridate). Julie Fuchs (Aspasia). Elsa Dreisig (Sifare). Paul-Antoine Benos-Dijan (Farnace). Sarah Aristidou (Ismene). Adriana Bignagni Lesca (Arbate). Cyrille Dubois (Marzio). Les Musiciens du Louvre. Dirección musical: Marc Minkoswki.

Fue un privilegio sonoro escuchar la versión en concierto de la ópera Mitridate Re di Ponto por el equipo de cantantes reunido por Marc Minkowski con sus Musiciens du Louvre presentado en el Palau de Les Arts de Valencia. Cuestiones de calendario y suspensiones por temas de la pandemia hicieron que esta versión en concierto fuera el debut de la gira europea que tenía prevista Minkowski con esta poco interpretada ópera de Mozart.

El joven compositor, solo tenia catorce años cuando escribió por encargo desde Milán su primera ópera seria y su primera ópera estrenada en Italia. Un éxito sin precedentes para el talentoso austríaco, pues se dieron hasta veinte representaciones desde su estreno en 1770 en el Teatro Ducale de Milano. Sorprende leer en libros sobre Mozart los juicios de valor sobre la partitura de Mitridate, en muchos casos relegándola a un trabajo menor de un genio en ciernes. Lo cierto es que es una ópera deliciosa, llena de fuerza y energía con fantásticas arias de difícil ejecución con un nervio y un aire barroco irresistible del que Marc Minkoswki se ha transformado en uno de los principales valedores. No es por menos ya que la ópera, basada en una obra de Racine, ha tenido en varios directores franceses, Rousset, Haïm o el propio Minkowski a primeras figuras de la dirección musical que recogen la tradición cultural francófona de la obra y de una partitura que rebosa un magnifico esplendor barroco.

Así fue como desde la breve obertura, los excelsos Les Musiciens du Louvre hicieron brillar la música mozartiana con vigor e inspirados contrastes recreando una hermosa sonoridad de dulces tempi lentos y aguerridos tempi rápidos con la contagiosa complicidad al podio del siempre inspirado Minkowski. Gran trabajo el del clave de Jory Vinikour, tanto en los estilosos recitativos como en los acompañamientos orquestales donde se lució con embellecimientos de gran clase. El maestro francés, por su parte, mimó mucho a los solistas, pues la exigente particella necesita, al menos de cuatro grandes voces para poder hacer brillar con justicia una ópera que tiene una escritura vocal solo apta para privilegiados. Así fue con los nombres de las dos sopranos, Julie Fuchs (Aspasia) y Elsa Dreisig (Sifare) más el protagonista del rol titular, un espléndido Michael Spyres como Mitridate.

La primera aria de la ópera es la espectacular Al destin che la minaccia el aria di sortita de Aspasia, cantada por una Julie Fuchs virtuosa e imaginativa en las variaciones y la cadenza. La soprano francesa regaló una interpretación elegante y refinada de la prima donna por la que todos suspiran. Recreó en sus cuatro arias el personaje dotándolo de una irresistible humanidad, gracias a un control del fiato, refinados piani y un dominio del registro y la tesitura intachables. El personaje evoluciona vocalmente desde la pirotecnia de la primera aria hasta su última intervención solista, la hermosa cavatina Pallid’ombre donde Fuchs mostró un centro y registro grave de gran solvencia pues la escritura así lo exige. Un éxito personal inapelable para una de las voces francesas imprescindibles de la actualidad lírica.

No le fue a la zaga la recreación de Sifare, el hijo noble de Mitrídate, encarnado con autoridad vocal por la soprano Elsa Dreisig. La cantante franco-danesa posee un timbre pulido de densidad considerable que sabe administrar y proyectar con firmeza y sin fisuras en toda su extensión de soprano lírica. Además fue con diferencia la solista que menos miró la partitura, demostrando una seguridad musical que le aportó un extra de nobleza y sinceridad al personaje. Inolvidable en su aria estrella, situada en el segundo acto y que se transforma en el corazón de la ópera: Lungi da te mío bene. Casi diez minutos de aria con el famoso solo de trompa obligatto que interpretó con majestad Laszlo Szlavic. Un solo difícil que en el estreno de la ópera en 1770 se tuvo que eliminar porque el trompista lo consideró demasiado difícil de interpretar. Tanto Fuchs como Dreisig hicieron que el único dúo de la ópera fuera otro momento estelar gracias a la belleza de ambos timbres empastados con natural elegancia y belleza en Se Viver non deggío el que es final del segundo acto.

Y si hay que hablar de un aria icónica y hermosa a partes iguales en esta ópera es la Cavata de Mitridate, su primera intervención: Se di lauri il crine adorno, que Michael Spyres abordó con pasmosa facilidad. El baritenor, como el mismo gusta denominarse, ofreció los difíciles y espectaculares saltos de octava con los que Mozart sembró el papel de Mitridate, con inusitada elegancia y sobrada rotundidad tímbrica. Buen centro, agudos plenos y graves mórbidos que hicieron de cada intervención del cantante estadounidense un placer auditivo, bravissimo en los filados y seductor con unos piani de gran refinamiento. Cantó sus cinco arias sin bajar nunca el nivel interpretativo demostrando porqué es uno de sus papeles mozartianos más reconocidos y celebrados.

Por debajo por calidad vocal y prestaciones el resto del reparto. Entre los protagonistas de mayor enjundia el Farnace del contratenor francés Paul-Antoine Benos-Djian, quien encarnó al hijo traidor que se alía con los romanos, enemigos de su padre Mitridate. Benos-Djian mostró una voz de proyección y apoyo irregular además de una emisión a la que le faltaron colores. Por el contrario el estilo está trabajado y su intención expresiva sobresalió en su gran aria del tercer y último acto: Già dagli occhi il velo è tolto, que contó con la inestimable complicidad de Minkoswki quien respiró la hondura del aria, el arrepentimiento del hijo díscolo, transformando su ultima intervención solista en uno de los momentos de la noche.

De voz pequeña, emisión limitada y agudos algo chillados la Ismene de la soprano Sarah Aristidou. Solo cantó una de las tres arias escritas para su rol, cambiando la del acto tercero por la que parece ser un aria di baule del propio Mozart. Dignos particchini el Marzio del tenor Cyrille Dubois, aguerrido y vistoso en su única aria: Se di regnar sei vago, y la contralto Adriana Bignagni Lesca, Arbate de carnosa vocalidad que lució en su aria L’odio nel cor frenate.

Un privilegio poder degustar la partitura casi entera, pues solo se cortaron tres arias del total de la partitra, llegando a las dos horas y media de inspirada música. Un Mozart preadolescente, con influencias de Gluck, Johann Christian Bach y que anuncia futuras óperas como Il Re Pastore (1775) o la ya obra maestra incuestionable que será Idomeneo Re di Creta (1780).

Foto: Mikel Ponce.