foto_sergio_copyright-eduardo-momene.JPG© Eduardo Momeñe 

Sergio Blardony: "La presencia de otras artes , sobre todo la palabra poética, atraviesa todo mi catálogo"

El próximo miércoles 29 de octubre, en la Sala Berlanga de Madrid, el Festival COMA acogerá el estreno absoluto de Quién cabalga: dos visiones sobre Der Erlkönig, un proyecto escénico-musical concebido como un díptico operístico de cámara que confronta la icónica balada de Goethe con las complejidades del siglo XXI. La pieza presenta dos obras independientes de los compositores Sergio Blardony y Alberto Bernal, que se unen bajo la dirección escénica de Víctor Velasco. Conversamos aquí con el primero de estos autores, Sergio Blardony, para conocer con más detalle los pormenores del proyecto.

Comencemos hablando del estreno de Quién cabalga: dos visiones sobre Der Erlkönig. ¿Cuándo y cómo surge este proyecto, cuyo estreno se enmarca en el COMA? Realmente es bastante extraordinaria -y sugestiva- la idea de confrontar dos visiones musicales sobre un mismo motivo temático, en este caso la célebre balada de Goethe.

El proyecto viene de lejos, hace varios años que se ha estado fraguando. La idea, de la poeta Pilar Martín Gila y mía, arranca del interés por indagar entre el tiempo mágico en el que se inscribe Goethe y el actual, desprovisto de objetos extraordinarios. Nuestro tiempo es documental, asertivo, con un presente fugaz lleno de duplicidades, y desde el punto de vista de la creación artística, su confrontación con el momento romántico, resulta muy rico. También nos parecía que esta búsqueda poética debía estar atravesada o vehiculada por la escena, y no sólo una escena teatral sino también sonora. Después, la presencia de un compositor como Alberto Bernal, completó las claves para un diseño en forma de dos óperas breves que, compartiendo el mismo propósito de indagación, mostraran maneras muy diferentes de abordarlo.

¿Cómo ha sido el proceso de creación? ¿Ha existido un diálogo entre usted y Alberto Bernal? ¿O ambas visiones se han gestado más bien con total independencia y se confrontarán sobre el escenario?

Realmente, el potencial de la balada de Goethe y nuestra intención de partida nos daba un marco lo suficientemente rico y abierto como para que las obras pudieran hablar con total independencia. Después, el contexto escénico que ha desarrollado Víctor Velasco resulta un catalizador preciso que permite que el espectáculo adquiera una forma cohesionada. De algún modo, podría decirse que existe un centro, la idea esencial del proyecto, sobre el que hemos basculado desde nuestras respectivas poéticas.

En su caso, la plantilla es para dos actrices, barítono, cuarteto de cuerda, electrónica y vídeo. ¿Qué aporta exactamente a la obra cada uno de estos elementos? ¿Y qué nos puede decir de la parte escénica de la propuesta?

Las actrices y barítono son personajes que aparecen en escena. Otros, aunque carecen de presencia corpórea, tienen voz en la electrónica de la obra, como el Niño –cantado por Gael Martín- y el Elfo, este último protagonizado por Fátima Miranda. Esas voces constituyen presencias muy claras, aunque no tengan cuerpo en el escenario. El barítono es el Padre que habla al Niño e intenta arroparle; quiere salvarlo del desastre o de su paso a otro espacio vital o mágico; hay una narradora –que observa el transcurrir y da cuerpo poético al contexto- y la Madre, un personaje que aparece en el libreto aunque no sea parte de la balada de Goethe. Es la persona que espera y también la desesperanza de un tiempo nuevo, el que ha borrado la magia del antiguo, y olvidado lo sagrado. Una Madre que apela constantemente a un amanecer que nunca culmina en día. El Elfo también sufre esa transformación de lo mágico a su decadencia. Un ser que pasa de resultar atractivo, seductor, hacia el deseo, guardando un interior perverso, al desengaño de la pérdida de ese tiempo pasado que lo arropaba, ese tiempo en el bosque que lo acogía.

La escena juega con todos estos elementos, con personajes que se mueven en paralelo sin comunicarse apenas, salvo el Niño con el Elfo, el único que puede escucharlo. Víctor Velasco y las actrices Claudia Faci y Marta Alonso, así como Pablo Rossi-Rodino, el barítono, así como la diseñadora de iluminación Lola Barroso, han hecho un trabajo profundo, de laboratorio artístico, donde toda la propuesta se encarna. Una elaboración también poética, de movimiento escénico, donde se transita por esas ideas con intensidad. También la presencia del vídeo –tanto el trabajo de Sandra Dominique, como el de Alberto Bernal- son parte intrínseca de la propuesta escénica.

Más allá del texto de Goethe, en su caso ha trabajado a partir de un poemario de Pilar Martín Gila. ¿Qué nos puede decir sobre estos versos, que hace las veces de libreto en su partitura?

Con Pilar llevo trabajando muchos años en la indagación de la relación poesía y música. Ella ha construido el libreto a partir de ese poemario –“Otro año del mundo”, que da título también a la ópera. Pero no se trata de una adaptación sino una relectura que ha realizado para la propuesta musical y escénica. En realidad, el proyecto nace de ese libro, del planteamiento de diálogo de dos mundos encontrados. Todo lo que he comentado sobre nuestra propuesta, parte inicialmente del poemario.

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Sería bueno recapitular su trayectoria en pocas palabras. ¿Cuáles diría que ha sido sus principales referentes y con qué tradiciones o escuelas compositivas se identifica de manera más directa?

Es difícil encontrar los referentes de uno mismo y seguramente todavía más las escuelas. Pienso que los grandes compositores lo son al margen de la estela que dejan tras de sí. Creo que todo creador conforma su espacio estético y su poética a partir de lo que le rodea, y no solo lo musical. Es casi imposible concretar la presencia de otros creadores con los que, de algún modo, uno convive y camina. Al final, resulta una suma de caracteres que define una poética propia. Además, con el tiempo, estos referentes son muy numerosos y, al menos en mi caso, variados (y en constante renovación).

Sí podría hablar de los inicios, donde José Luis de Delás logró abrir diferentes horizontes a mi música, señalando aspectos que aparentemente sólo estaban en mi escritura como trazos difusos y primitivos. Por otra parte, la presencia de otras artes –sobre todo la palabra poética- atraviesa todo mi catálogo y, como decía, en gran proporción a través del trabajo de la relación poesía-música con Pilar Martín Gila.

Me interesa mucho también algún tipo de “teatralidad sonora” (muchas veces ligado a lo literario, a la palabra), sobre todo la que trabaja con el espacio y la que se sirve del trabajo con el foco del sonido y su percepción. Creo que, aunque hay muchísima música y gran cuerpo teórico al respecto, todavía quedan muchas cosas por decir en estos aspectos. Finalmente, diría que el trabajo creativo con la música del pasado también está muy presente en mi obra.

Finalmente, ¿en qué otros proyectos está trabajando ahora mismo? ¿Alguna cita a destacar en su agenda más inmediata?

En los próximos meses se interpretarán obras mías, ya estrenadas, en Estados Unidos, en otros países y también en España. Pendiente de fecha, se estrenará una pieza encargada por Silboberri Txistu Elkartea, un ensemble de acordeón, txistu y percusión. Pero los siguientes proyectos seguramente será una obra para acordeón, soprano, saxofón barítono y electrónica que ya está planificada, y después, probablemente, una obra sinfónica. También estoy esperando que salgan un par de CDs con obras mías.