Lisa della Casa ErichAuerbach 

Lisa della Casa. Su voz a través de los discos.

Un recuerdo en el centenario de su nacimiento.

En 2019 se conmemora el centenario del nacimiento de una voz purísima y delicada, de timbre argénteo y dulce, de sonoridad etérea y refinada. Me refiero a la soprano suiza Lisa della Casa, nacida el 2 de febrero de 1919 en la localidad de Burgdorf y fallecida a los noventa y tres años, el 10 de diciembre de 2012 tras una vida larga y plena. ¿Quién no habrá escuchado en su voz los Cuatro últimos lieder de Richard Strauss? ¿Cómo obviar su Arabella o su Mariscala en Der Rosenkavalier? ¿Y qué decir de su Mozart, con esa memorable Condesa de Le Nozze di Figaro? La nómina de batutas con las que trabajó habla a las claras de su talla artística: Wilhelm Furtwängler, Dimitri Mitropoulos, Georg Szell, Erich Kleiber, Josef Krips, Clemens Krauss, Karl Böhm, Herbert von Karajan, Sir Georg Solti…

Lo cierto es que la voz de Lisa della Casa poseía una recóndita redondez, a diferencia de lo que sucedía con Irmgard Seefried o Serena Jurinac, otras voces contemporáneas a la suya y sumamente importantes, claro está, pero con una tendencia generalizada a los sonidos fijos en el tercio agudo. Era allí, en cambio, donde Lisa della Casa descubría un sonido terso y perfectamente cubierto, de una redondez recóndita, sostenido sin aparente esfuerzo, como si su voz flotase de un modo angelical, cargada de espiritualidad. Con esos medios, junto con Elisabeth Grümmer, dotada también de un timbre redondo y grácil, Della Casa fue de algún modo la gran alternativa al no menos singular canto de Elisabeth Schwarzkopf, la otra gran dama del canto de origen centroeuropeo en las décadas de los cincuenta y sesenta del pasado siglo XX. Voces de hoy en día, como las de Anja Harteros, Anne Schwanewilms o Camilla Nylund, son testimonio evidente de hasta qué punto el hacer canoro de Lisa della Casa marcó una época.

Aunque hoy asociamos su timbre a las partituras de Mozart y Strauss principalmente, lo cierto es que Lisa Della Casa debutó nada menos que prestando su voz a Madama Butterfly, en el teatro de Solothurn, una pequeña localidad suiza. Se había formado en el Conservatorio de Zúrich y su carrera propiamente dicha arraigó justamente en la Ópera de la capital helvética. Allí pudo cantar la parte de Zdenka en una Arabella de 1946 protagonizada por la gran Maria Cebotari, quien ayudó a la joven soprano a llegar al escenario de Salzburgo al año siguiente, de nuevo como Zdenka en una Arabella dirigida por Karl Böhm y protagonizada por Maria Reining y Hans Hotter. Desde entonces regresaría a Salzburgo con frecuencia: Fidelio (Marzelline) en 1948, Capriccio (Condesa) y Die Zauberflöte (Primera Dama) en 1950, Der Prozess y Der Rosenkavalier (Octavian) en 1953, Ariadne auf Naxos (Ariadne) en 1954 y 1955, Don Giovanni (Donna Elvira) 1956, Elektra (Chrysothemis) en 1957, Arabella en 1958, Die Zauberföte (Pamina) en 1959 y Le Nozze di Figaro (Condesa) y Der Rosenkavalier (Mariscala) en 1960. Lisa della Casa no regresaría nunca más allí tras un lamentable affaire con Walter Legge, el gran empresario discográfico, quien habría maniobrado para que su esposa Elisabeth Schwarzkopf se impusiera sobre la soprano suiza en la grabación en video de esas funciones de Der Rosenkavalier, una afrenta que Lisa della Casa no perdonaría jamás.

Lisa della Casa fue en todo caso uno de los baluartes del Festival de Salzburgo durante los años cincuenta. Pero fue en la Ópera de Viena donde verdaderamente reinó -allí sí- sin apenas rival. No en vano se retiraría tras cantar allí su última Arabella el 25 de octubre de 1973. Desde su debut en la capital austríaca en 1947 Lisa della Casa participó en más de 350 representaciones en la Ópera de Viena, destacando las cifras de títulos como Arabella (32), Ariadne auf Naxos (40), Capricio (21) Così fan tutte (9), Der Rosenkavalier (64), Die Meistersinger (12) Die Zauberflöte (41), Don Giovanni (29) y Le Nozze di Figaro (64).

Pero no se ceñiría a Viena su reinado. Coincidiendo con la gran soprano alemana de su generación, Irmgard Seefried, quien debutaba allí también esa noche haciendo de Susanna, Lisa Della Casa cantó por vez primera en el Metropolitan de Nueva York en 1953, prestando su voz a la Condesa de Las bodas de Fígaro. Desde entonces regresaría al escenario neoyorquino en la friolera de 172 ocasiones más, convirtiéndose en toda una estrella para el público local, que no concebía ya la música de Strauss y Mozart sin ella. También cantó allí funciones de Madama Butterfly, La bohème, Los maestros cantores y El barón gitano.

Se conserva una nutrida selección de directos que preservan los mejores años de Lisa della Casa en el Metropolitan de Nueva York. Es el caso de dos estimables Rosenkavalier, uno de 1956 con Rudolf Kempe a la batuta y otro de 1959 con Erich Leinsdorf, junto a Christa Ludwig y Elisabeth Söderström; dos grabaciones de Don Giovanni, una de 1957 con Karl Böhm y Cesare SiepiM y otra de 1959, también con Böhm y aquí con George London. Destacan también Las bodas de Figaro de 1958 bajo la batuta de Erich Leinsdorf, con Giorgio Tozzi como Figaro y George London en la parte del Conde. Del Metropolitan procede también el único registro bien preservado de la Elsa de Lisa della Casa en Lohengrin; se trata de una grabación de 1959, bjao la batuta de Thomas Schippers. Otro título wagneriano, Die Meistersinger, redondea esta selección de directos procedentes del Metropolitan de nueva York. En concreto, podemos escuchar la Eva de Lisa della Casa en un registro de 1963 con Sándor Kónya como Walther von Stolzing. Casi todas estas grabaciones del Met están editadas por el sello Walhall, de fácil localización en diversas tiendas web. Una última rareza nos remite a los tiempos neoyorquinos de Lisa della Casa, y es que se conserva un video de enero de 1957, filmado en los estudios de la CBC, con Lisa della Casa y el tenor Richard Tucker interpretando el conocido dúo que cierra el primera acto de Madama Butterfly, el rol con el que comenzó la trayectoria de la soprano suiza, quien lo interpretó en varias ocasiones en el Met.

En la década de los 50, Lisa della Casa entró a formar parte del elenco de artistas que el sello discográfico DECCA tenía a mayor gloria. Afortunadamente, así, sus grandes papeles fueron recogidos por una industria discográfica en plenitud...

 

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