piaccere rial

Viva Durón

Barcelona. 07/2/2019, 20:00 horas. Auditori de Barcelona, Festival Llums d’antiga. Sebastián Durón: Muera Cupido. La tradición musical teatral en España alrededor del 1700. Núria Rial soprano. Accademia del Piacere. Fahmi Alqhai director.

Segundo de los siete programas ofrecidos en esta primera edición del Festival Llums d’Antiga con la que el Auditori de Barcelona restituye de alguna manera el recordado y desaparecido Festival de Música Antigua de Barcelona. 

Con el título de Sebastián Durón Muera Cupido, el reconocido grupo Accademia del Piacere, con su fundador y director al frente, Fahmi Alqhai, y la soprano catalana Núria Rial como solista vocal, sedujeron al público dela Sala 2 oriol Martorell del Auditori por la frescura y ritmo de una interpretación llena de colorido y nervio barroco. 

Recuperación de un programa montado y llevado en tour en 2016, en la efeméride del 300 aniversario de la muerte del compositor español, uno de los más grandes representantes del barroco hispánico: Sebastián Durón. Autor de la ópera La guerra de los gigantes (1702) o de la zarzuela Salir el amor del mundo (1696), obra de la que se extrae el titulo de este programa, pues su primer número se titula “Muera Cupido” en alusión a la trama de la zarzuela que consiste en atrapar al Dios del amor y encerrarlo en una gruta. Accademia del Piacere y Núria Rial han anunciado recientemente que sacan ahora al mercado este trabajo en CD, el próximo mes de marzo bajo el sello DHM.

Desde el principio del programa con una hermosa Pavana de Francisco Guerau, las músicas seleccionadas ofrecidas no solo fueron de Durón sino también de la tradición musical teatral alrededor del 1700. El grupo Accademia del Piacere y su director Fahmi Alqhai con Quintón en mano, demostraron dominar el estilo con riqueza de un sonido vivo, inventiva en los ritmos e imaginativas variaciones.

La soprano Núria Rial, demostró estar en un gratificante estado de forma vocal. Destiló su hermoso timbre diáfano y puro, con un registro superior de cristalina sonoridad, un control del aire y una emisión nítida ahondando en sonoridades flotantes y capacidad de suspender el sonido para delicia de los asistentes al concierto. Es cierto que la mayoría de piezas vocales seleccionadas tenían un registro medio y grave que escapa a la belleza de la voz de Rial, espléndida en el registro superior, con un sonido de cabeza impoluto y refrescante. Aún así supo profundizar en la hipnótica atmósfera de ‘Sosieguen, descansen’, de Salir el amor del mundo, aunque a tenor de lo interpretado a continuación, fue con Jose de Nebra y un inolvidable ‘Selva florida’, aria de Viento es la dicha amor (1743), donde Rial deslumbró con una mezcla seductora de luz en el timbre, control de la colotarura, elegancia y estilo depurado para acabar con unas variaciones y una emisión de pureza diamantina. 

Imprescindible fue el acompañamiento orquestal de los seis músicos: Rodney Prada viola da gamba soprano, Johanna Rose viola da gamba, Rami Alqhai violone, Josep María Martí Duran guitarra barroca, Javier Núñez clave y Fahmi Alqhai quintón, con un logrado trabajo de continuidad musical de irresistible resultado. Destacó la improvisación musical entre numero y número del efervescente Javier Núñez al clave, a pesar de no entenderse con Fahmi Alqhai después de la Pavana para dar entrada al siguiente solo de Rial con ‘Yo hermosísima ninfa’. 

Preciocismo e inventiva, con un uso moderno y curioso de los glissandi en las Marionas, obra de Fahmi Alqhai quien la interpretó con una mezcla sagaz de expresión y fluidez. Arcádica e ideal para la vocalidad de Rial fue la Pastorella che era le selve, de Giovanni Bononcini, así como la profundidad expresiva conseguida en la maravillosa ‘Adiós, prenda de mi amor’ aria de Amor aumenta el valor (1728), el primer y único encargo que le hizo la corte española a José de Nebra, y que contiene un aire de lamento italiano que recuerda fugazmente al famosísimo Gelido in ogni vena del Farnace di Vivaldi, estrenado tan solo un año antes en Venecia en el teatro San Ángel en 1727.

Cerró el concierto la teatral y contagiosa ‘Tempestad grande, amigo’, el fandango de “Vendado es amor, no es ciego” (1744), zarzuela de José de Nebra, con su empático uso del texto y efecto sonoro. El entusiasmo del público logró que se bisara felizmente de nuevo la Pastorella che tra le selve, de Bononcini, para un programa que titulado ‘Muera Cupido’ hizo pensar en un feliz: “¡Viva Durón!”