Idilios para una noche de verano
Peralada. 10/08/2019. Festival Castell de Peralada. Obras de Mendelssohn y Mahler. Mahler Chamber Orchestra. María Valverde, recitadora. Dir. musical: Gustavo Dudamel.
El verano es propicio en materia de idilios. Los promueve, los propicia, los subraya. A veces fugaces, a veces perennes, pero idilios al fin y al cabo. Y precisamente un idilio están viviendo el director venezolano Gustavo Dudamel y su actual pareja, la actriz española María Valverde, quienes contrajeron matrimonio en 2017. El Festival Castell de Peralada acogía su primera actuación conjunta, con Valverde recitando el texto del Sueño de una noche de verano de Felix Mendelssohn, en la primera parte del concierto.
Compartir cartel con un consorte siempre es un riesgo: todo el mundo se pregunta si uno de los dos está ahí por sus méritos o por ser pareja del otro susodicho. Aquí la fórmula, sobre el papel, parecía sostenerse: un director musical de primera fila a la batuta y una actriz de renombre con el texto. Visiblemente acaramelados el uno con el otro, Dudamel y Valverde viven un idilio palpable, evidente, y de algún modo quisieron compartirlo con la audiencia. Habrá quien opine que de un modo un tanto obsceno y excesivo, llegando a la cursilería. No desapruebo la fórmula pero me convenció poco el resultado. No pongo en duda el talento como actriz de María Valverde, faltaría más, pero sus capacidades como recitadora son menos evidentes. Hubo titubeos, alguna evidente entrada a destiempo, aunque quizá eso sea lo más disculpable. Lo que menos convenció fue su tono general, demasiado adolescente y naíf, rozando lo cursi e incapaz de generar ese halo de fantasía que el texto pretende llevar consigo. No hubo apenas contrastes en sus sucesivas intervenciones, lastradas además por una dicción muy mejorable, poco marcada, lejos de resaltar como es debido un texto tan particular como este.
Afortunadamente la Mahler Chamber Orchestra estaba en los atriles para sostener el idilio al margen del deslucido cometido de Valverde. Su recreación de la partitura fue exquisita, con un sonido ligero y firme al mismo tiempo, de una calidez sobresaliente y grata. Esta formación, puesta en marcha por Claudio Abbado allá por 1997, atraviesa actualmente un momento de forma extraordinario, como ya demostraron meses atrás junto a Pablo Heras-Casado, con un programa de obras de Falla y Stravinsky. Con Gustavo Dudamel parece haber también un fluido entendimiento, habida cuenta de la complicidad con la que los músicos se plegaron a sus indicaciones, buscando siempre el venezolano un sonido teatral y liviano, preciosista pero con el punto justo de tensión y contundencia. Impecables en sus intervenciones el Cor de Noies de L´Orfeó Català y las voces de Mercedes Gancedo y Lidia Vinyes-Curtis.
La segunda mitad de la velada estaba protagonizado por la Sinfonía no. 1 "Titan" de Gustav Mahler, componiendo un programa un tanto extraño, dicho sea de paso. Dudamel convenció más en los movimientos centrales, especialmente la Trauermasch, llevada con un marcado sentido del ritmo y una expresividad sumamente irónica, resaltando la multitud de influencias que Mahler amalgama en esta partitura. Dudamel dirigió con pulso domeñado y con indudable apasionamiento, quizá un tanto excesivo en el conclusivo Stürmisch bewegt que sonó imponente aunque desatado en demasía.
Dudamel parece vivir un feliz idilio con tierras catalanas: no parece casual que haya escogido el Festival de Peralada para su primera actuación junto a su esposa, precisamente cuando viene firmando varios exitosos conciertos en el Palau de la Música Catalana (ahí están su Segunda de Mahler con la Filarmónica de Múnich o su integral de Beethoven con la Simón Bolivar). Dudamel era asimismo uno de los valedores de Victor García de Gomar en su candidatura para acceder al cargo de director artístico del Liceu. ¿Se estará moviendo algo ahí, entre líneas? ¿Cuánto tardaremos en ver a Dudamel dirigendo en el foso del Liceu? El propio Valentí Oviedo, director general de la institución, ha manifestado en alguna ocasión lo mucho que le gustaría ver algo así en su teatro. ¿Será el Liceu el primer teatro donde Dudamel acceda a ser titular, una vez que concluya el período de Josep Pons al mando? Cosas más raras se han visto...
