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Celso Albelo: "La ópera es como el amor, nunca morirá"

Como todas nuestras portadas, proyectadas incluso con años de antelación, esta de mayo de 2020 llevaba tiempo gestándose. Comenzó en Madrid, hace meses, aprovechando el paso de Celso Albelo por el Teatro de la Zarzuela y continuó hace pocas semanas en Mónaco, tras cantar el mejor Pirata de Bellini que servidor ha escuchado en vivo. El motivo de esta entrevista del mes tendría que haber sido su aparición en ABAO como Percy (en la Anna Bolena de Donizetti), un rol que debutó en la Ópera de Viena junto a Anna Netrebko. La actualidad, lastrada por la terrible pandemia del coronavirus Covid-19, fuerza un cambio de conversación (obligatoriamente telefónica) y ahí está de nuevo Albelo, artista y persona siempre generosa, tanto en el escenario como fuera de él.

Primero de todo, ¿Cómo se encuentra?

Bien, gracias a Dios. Mire, siempre ha habido enfermedades, pandemias y guerras. Y siempre tanto la música como las artes en general han sido necesarias, aunque haya gente que se empeñe en pensar que no, pero lo son. Siempre tendremos que estar los "titiriteros" de turno para dar el callo y sumar, en la medida de nuestras posibilidades, para recordar a la gente quiénes somos. Quiénes somos no nosotros los artistas, sino quienes somos los seres humanos.

Le he visto mucho en redes utilizando ese verbo que acaba de usar: "sumar".

Sí, porque yo no soy virólogo ni entiendo de pandemias. No se puede negar tampoco que el Gobierno ha puesto más parches que aciertos ha tenido, pero todo esto es tremendamente complicado y siempre es mucho más fácil criticar que aportar, decir a posteriori que arrimar el hombro en el momento que toca. A la hora de pedir todos somos muy rápidos para hacerlo y aunque es verdad que estén faltando ciertas cosas, tampoco todos hemos sumado o empujado en la misma dirección. Algunos han empleado más tiempo en poner palos a las ruedas que en ayudar. No hablo ya a nivel de artistas, hablo a nivel social, a nivel político. ¿Dónde está ese gran pacto de Estado que es tan necesario ahora mismo? No sé... si la sociedad no es capaz de sumar, de estar todos a una, ¿por qué se lo exigimos a los políticos? Ojalá el perfil político cambie un poco después de todo esto. Que ya no valga el "y tú más" como planteamiento ante todo.

En general, como sociedad, ¿gritamos mucho por nuestros derechos, pero poco sobre nuestras responsabilidades?

Bueno, vamos a decir también que, a pesar de que siempre hay alguien que se sale por la tangente, con todo esto del coronavirus, España ha demostrado que cuando tenemos que estar unidos, lo estamos. Hacemos lo que tenemos que hacer, pero nos sentimos un poco desarropados de un poder político que nos respalde. Tanto el Gobierno como la oposición. 

¿Hasta que punto un artista ha de ser generoso con la sociedad y con la política?

Es cierto que, al final, el arte se convierte en un trabajo, pero yo no sé hasta que punto puedo estar sin cantar. Es verdad que puedo cantar en mi casa sin que nadie me vea, pero entonces ¿qué más me da poner una cámara y que la gente pueda verme? La cuestión es que en el mundo de la ópera, del teatro, es muy complicado encontrar el lenguaje ideal que pueda competir en las redes sociales. Bajo mi punto de vista, la red necesita de otro contenido, de otro lenguaje del que la ópera, hoy por hoy, está desconectada. La ópera, con la magia que se crea en un teatro, no necesita ese dinamismo que demandan las redes sociales. El público encontrará un acercamiento muy diferente a la ópera a través de Internet. No será la ópera de verdad.

¿Deberemos perder, modificar ciertos aspectos que hasta ahora considerábamos vitales en la ópera para que esta sobreviva?

Es que la magia de la ópera, insisto, nunca se perderá. Es como el Síndrome de Stendhal; no depende ya de lo que estés escuchando, sino de lo que estés sintiendo en general, de lo que estés oliendo, de lo que estés viendo. De tu momento vital. Depende de tantos factores... que todos ellos, unidos, son los que forman esa magia de la que le hablo. El teatro es el único sitio del mundo donde pueden ocurrir muchísimas cosas en tan sólo un segundo y muchas de ellas no somos conscientes ni de que están sucediendo. Durante una misma función puedes enfadarte, desenfadarte, dejar de amar el teatro y volver a amarlo... Al fin y al cabo la ópera es como el amor. El amor nunca morirá. El amor no se crea ni se destruye, se transforma y lo mismo sucede con la ópera, porque la ópera es un sentimiento, es amor. 

 

"He pasado el coronavirus. He pasado mucho miedo y he pensado en muchas cosas"

 

En unos días participará en una gala del Festival Donizetti de Bérgamo, emitida en directo por Internet y ya colaboró en otra del Massimo de Palermo... nuevas vías, pues...

Hasta ahora yo no he cantado ni he hecho nada en redes. Sólo grabé ese video que comenta para Palermo porque pude poner en él mis valores: la música, la voz, el hogar, mi familia... intenté resumirlos en un video, siendo coherente con lo que le decía antes. El lenguaje para este tipo de galas ha de ser diferente al del teatro, porque yo no me veo cantando sobre una base pregrabada o con un pianista desde la distancia. Preferí realizar ese video con todo mi cariño, mandando dos mensajes: el primero, porque siendo de isla, cada vez que he ido a Sicilia me he sentido como en casa y, por otro lado, porque canté un tema canario, con la ayuda de mi amigo Pancho Corujo tocando la mandolina. Creo que, en el momento que vivimos, es vital que apoyemos lo nuestro, que consumamos lo nuestro, que hagamos ver y disfrutemos de la riqueza de lo local. ¡Sin que esto sea excluyente de absolutamente nada! ¡Qué ahora parece que si defiendes lo tuyo enseguida eres de derechas o independentista! No. Si yo estoy en Madrid, mi amor es por Madrid, porque también lo siento como mío, pero, obviamente, ante todo soy canario.

¿La música puede ayudar en estos momentos?

La música y el amor son los primeros medicamentos y los primeros paliativos para el confinamiento y para nuestro sistema inmunitario. Es algo que está científicamente comprobado. Se lo digo porque yo he pasado el coronavirus. Estuve cinco días con fiebre, tos, perdiendo el olfato, sin que pudieran hacerme el test. Uno pasa mucho miedo y he pensado en muchas cosas... en mis hijos, en mi mujer... pero mire, aquí estamos. ¡Otra cosa más que podré contar a mis nietos!

Momentos de reflexión... aunque tengo la sensación de que, al final, el que es precavido o solidario seguirá siéndolo y el que es idiota, también seguirá siéndolo...

Sí, también se está viendo ahora... mire Europa, tirándose los trastos a la cabeza los unos a los otros, cada uno por su lado, sin dar una respuesta común... ¿qué futuro nos espera? Y aquí también, gente echándole la culpa a los chinos, como si fuera cosa de los ciudadanos... Señores, ahora no es el momento de pegarse, es el momento de sumar, de mirar todos para el mismo lado y, cuando todo esto acabe, ya se pedirán responsabilidades. No es que haya que tener mirada de Estado... ¡Es que hay que tener mirada planetaria! Los estadounidenses mirando por su cuenta, los suizos también, los holandeses... ¡Lo único bueno es que se está recuperando el planeta!

Lo ha mencionado usted un poco de pasada y quería preguntarle en concreto. Últimamente hemos visto por redes a artistas españoles exigiendo a las entidades españoles, privadas incluso, que contraten artistas españoles.

Es un tema muy delicado, porque yo también trabajo mucho en otros países, pero hay una premisa básica: el arte, cuanto más universal sea, más perfecto, más rico será. Si es cierto también que, en muchas ocasiones, en este país hay algunas contrataciones que no se entienden. Una vez más, tendremos que aplicar el sentido común. Si a Celso Albelo no le quisieran contratar en Italia porque tuviesen que contratar sólo a artistas italianos, me afectaría, económica y emocionalmente. Al mismo tiempo yo soy producto de una política de educación de mi país, así que: ¿más intérpretes nacionales en los teatros? Sí. ¿Por qué? Porque hace entender a la gente que la inversión que se realiza en educación, sirve. También hay gente de aquí que necesita trabajar... aunque eso no quiere decir que tengas que trabajar sí o sí sólo por ser español.

De hecho, si aquí se contratasen a artistas españoles con un cupo o similar, si yo fuese gerente podría preferir contratar a Celso Albelo u otros artistas que ahora hacen carrera en el extranjero, ¿no cree? Y aquellos que exigen que se contraten españoles, seguirían sin cantar o tocar, porque ese puesto lo ocuparían ustedes... además de sonar xenófobo, ¿no es un poco demagógica la manera de plantearlo?

Si es que, al final, debería reducirse todo a decisiones artísticas, sin otras influencias, sólo artísticas. En cualquier caso, el problema no es contratar al de fuera o al de dentro, el problema es que se deben realizar una serie de regularizaciones a la hora de contratar. Que el Gobierno tenga cuidado, porque los artistas no siempre somos los culpables de que un teatro vaya mal. Ahora, enseguida se empieza a escuchar que la crisis también viene derivada de nuestros cachés, por ejemplo... Mire, lo que afecta al presupuesto de un teatro no es lo que cobran los artistas, que no llega ni al 15%. Lo que debe hacerse es cambiar, por ejemplo, la tipología de los contratos, porque el público tampoco sabe que cuando yo trabajo en un teatro, a mí sólo me pagan por función cantada, sin ensayos, sin días previos cobrados... Yo empiezo a trabajar desde el momento en que salgo de mi casa hacia el teatro de turno, pero no cobro, a veces, hasta el último día, el de la función y sólo por la función.

 

"Mientras haya posibilidades, habrá esperanza"

 

Por cierto, le hemos visto apoyando públicamente a un nuevo sindicato de la música: ALE (Sindicato de Artistas Líricos de España).

Es que también los artistas tenemos que sumar. Eso sí, lo que no puede ser es que algunos supuestos colegas se te echen encima por apoyar a un sindicato. A Simón Orfila, a Carlos Álvarez, a Ainhoa Arteta, a mí mismo... se nos ha atacado por pedir que los cantantes se sumen al sindicato. Es algo que me da igual, pero es que debemos sumar, empujar todos hacia el mismo lado. Sólo así podremos conseguir algo y no hundirnos en guerras internas. Con sus aciertos y sus errores, las personas que hay detrás del sindicato están trabajando para mejorar la situación en la que nos encontramos. Te puede gustar más, o te puede gustar menos, pero si te gusta menos, ponte tú. O llama para aportar, para dar tu punto de vista, pero no tires piedras a tus colegas de profesión. Afortunadamente, yo ahora mismo he trabajado mucho, he tenido la suerte de cantar mucho, pero también he pasado épocas de desconsuelo y si me sumo a esta iniciativa es por todos aquellos que ahora están pasando por la misma situación. ¡Es que envidiar a la gente por su éxito debería estar penado con cárcel en este país!

¡Entonces estaríamos todos entre rejas! (Risas). Quería preguntarle por su futuro concreto, pero no sé si sueno ridículo...

Tengo que decir que todos los contratos que se han tenido que tocar por esta situación, ninguno de ellos ha sido cancelado, sino aplazados. Los teatros están poniendo todo de su parte, entendiendo la situación, moviendo cielo y tierra tanto por su parte como por la mía para cantar todo lo que tenía preparado. Todo el mundo se ha portado bien, dentro de sus posibilidades. Es complicado, pero hay que aguantar y confiar.

¿Y de ese proyecto discográfico tan bonito que tiene entre manos, se puede hablar?

Sí, claro. Todo el mundo sabe que yo empecé cantando mucha música popular canaria y sudamericana. Me encantaría hacer un disco con colaboraciones, con las características que puede tener un disco en tiempos de pandemia, obviamente. No será perfecto, pero tendrá el retrogusto de unas cirunstancias de las que hablaremos antes y después. Los compañeros que van a sumarse, que son muy variopintos y cuyas colaboraciones aún estoy cerrando, por lo que no puedo darle nombres, son personas muy queridas. El resultado, que usted ha podido escuchar un poco, me parece que tiene un sabor muy mío, muy de lo que es Celso Albelo, que es lo que prentendo. Al fin y al cabo, siempre he sido un intérprete, pero siempre he tenido el alma de creador, aunque creo a partir de las músicas que escriben otros...

Pero ahí está el artista de verdad...

Bueno, sí, eso creo yo también. En cualquier caso, lo que intento siempre es ser coherente con quién soy yo. Esta pandemia me está haciendo crecer como padre, como cocinero, como compañero... no puedo no crecer como artista. No estoy loco, soy optimista, y las mejores cosas siempre surgen cuando la vida no termina de ir del todo bien. Y mire, nos quejamos, pero por lo menos nos podemos quejar. Hay personas que lo están pasando infinitamente peor. Lo importante es tener la posibilidad. Karl Jaspers hablaba siempre de "la permanente posibilidad". Y mientras el ser humano sea una "permanente posibilidad", habrá esperanza.

Foto: Joan Tomàs.