Eleonora Buratto Dario Acosta vertical 

Eleonora Buratto, soprano: "Mi voz camina, inexorablemente, hacia Verdi y eso me hace muy feliz"

Eleonora Buratto es una de las voces italianas más notables de su generación. Desde su debut en 2007, atesora ya a sus espaldas una década completa de intensa actividad profesional, siempre al calor de maestros de primerísimo nivel, como Riccardo Muti. Éste ha sido de algún modo su mentor desde que en 2009 comenzase a trabajar con él en títulos como I due Figaro de Mercadante o Don Pasquale de Donizetti, dos óperas en las que pudimos escucharla por aquel entonces en el Teatro Real.  

Como nos confiesa en esta entrevista, su voz se encamina ya, cada vez más, hacia las resonancias verdianas. No en vano esta temporada podremos ser testigos de su debut con el rol titular de Luisa Miller, en el Gran Teatro del Liceu. Antes, no obstante, podremos escuchar su voz en el Teatro Real de Madrid, donde tiene previsto debutar la parte de Elettra en Idomeneo, el próximo mes de febrero.

 

La primera vez que la escuché fue en el Teatro Real, cuando se puso en escena I due Figaro de Mercadante con Riccardo Muti. Era el año 2012. ¿Cómo ha evolucionado su voz desde entonces?

Yo diría que ha cambiado mucho; mi voz ha crecido y madurado a través del estudio y gracias a los roles que he interpretado. En aquel momento yo era una soprano lírico ligera y ahora soy una soprano lírica.

Su debut tuvo lugar en 2009, ¿cuáles fueron los primeros pasos de su carrera hasta entonces? Creo que la figura de Riccardo Muti fue fundamental en esos años. Ha cantado con él después en Roma, en Chicago, etc.

En realidad mi debut tuvo lugar algo antes, en 2007, cuando canté el rol de Susanna en Mahón. En el 2009 canté mi primera ópera bajo la batuta del maestro Riccardo Muti. La colaboración con el maestro Muti ha sido fundamental para mí. No solo para mi desarrollo como artista sino también por todo cuanto respecta a mi desarrollo vocal, a través de cada rol que él me proponía cantar. Trabajar a su lado ha supuesto para mí toda una escuela, toda una formación a largo plazo; algo por lo que estaré siempre agradecida al maestro Muti.

¿Cuándo surgió su vocación por la ópera? ¿Cuándo descubrió o decidió que quería ser cantante de forma profesional?

Me inscribí en el Conservatorio no por voluntad propia sino siguiendo el consejo del director del coro donde cantaba, quien me dijo que debía forzosamente estudiar canto. Le hice caso y así empezó mi formación musical, en un sentido académico. En un principio no creía que pudiera llegar a desarrollar una carrera como solista; pensaba tan solo en cantar y aspiraba como mucho a vivir mejor cultivando mi pasión por el canto. Finalmente, diría que ese sueño se ha hecho realidad, pero no por casualidad; han sido necesarios muchos años de estudio y determinación hasta llegar hasta aquí.

¿Con quién trabaja a día de hoy, tanto técnica como repertorio? ¿Quiénes son sus referentes, entre las sopranos del pasado?

Mi maestra desde hace nueve años es Paola leolini, con quien trabajo cada nuevo rol; discutimos juntas el repertorio y trabajo con ella la parte técnica de mi voz. Desde el punto de vista vocal, ella es mi oído externo de confianza. Nunca se termina de estudiar porque la voz es un instrumento vivo, en continua evolución. Y siempre es necesario un oído externo para captar bien esa evolución. 

Tengo varios referencias entre las sopranos del pasado. Sin duda, todas y cada una de las grandes intérpretes que han marcado una época o un rol de una manera determinante, con un particular gusto interpretativo. Personalmente, siempre he sentido gran afinidad por Montserrat Caballé, Renata Tebaldi, Mirella Freni y Maria Callas.

Su repertorio actual se centra sobre todo en títulos de Mozart, Verdi, Puccini. Comenzó 2018 cantando su primera Mimì de La boheme en Italia, en el San Carlo de Nápoles.¿Hacía dónde se orienta su repertorio ahora?

Espero que estos compositores me acompañen durante mucho tiempo. Obviamente, incorporando también otros títulos de Mozart, Verdi o Puccini, más allá de los que ya he cantado. También espero añadir pronto otros compositores y repertorios. Me hace especial ilusión que llegue el momento de afrontar dos de las maravillosas reinas de Donizetti: Maria Stuarda y Anna Bolena.

Su repertorio evoluciona ya hacia papeles con más peso y protagonismo, como los que tiene previsto cantar en España durante esta temporada: Elettra en el Idomeneo de Mozart en el Teatro Real y Luisa Miller en el Liceu de Barcelona. Hábleme de estos dos debuts en concreto.

¡No podría haber imaginado algo más excitante para mi regreso a España en 2019! Debutaré aquí dos roles magníficos y en dos teatros que me han dado mucho y a los que me siento muy vinculada. El reto en el caso de Elettra es importante; es un personaje complejo como todos los que Mozart escribió y estoy muy impaciente ya por abordar, al menos por una vez, un papel de “mala” (risas). Adoro la profundidad musial de Idomeneo; de Elettra me gustan no solo las arias, extraordinarias, sino también el terceto y el cuarteto vocal que ayudan a definir un personaje de desconcertante modernidad. Luisa Miller, por otro lado, creo que llega a mi agenda en el momento justo, tanto desde el punto de vista vocal como en un sentido teatral. Mi voz camina, inexorablemente, hacia Verdi y eso me hace muy feliz.

Acaba de debutar en el Covent Garden de Londres. Cuénteme más de sus planes para el futuro. Creo que tiene previsto regresar al Metropolitan de Nueva York y debutar en la Staatsoper de Berlín.

Ha sido maravilloso cantar en la Royal Opera House, donde he descubierto a un público caluroso, con el que he sentido un feeling muy especial. Me he enamorado de Londres, una ciudad que he podido descubrir y conocer coincidiendo con las Navidades, adornada con mil luces, bellísima. Tanto a Berlín como a Nueva York regresaré pronto, pero aún no puedo adelantar los títulos que cantaré en estos teatros.

Ha trabajado en producciones de directores de escena clásicos, como Zeffirelli, pero también con directores contemporáneos como Barrie Kosky o Damiano Michieletto. ¿Cuál es su opinión sobre la situación actual de las puestas en escena?

No tengo prejuicios. Una buena producción debería ser capaz de valorar tanto la música como el texto, y por supuesto los personajes. Creo que se puede incluso transformar parcialmente la historia, pero siempre que haya una fuerte motivación para ello, un hilo conductor que sepa atraer y convencer al público, sin que tenga la sensación de haber dejado de entender lo que está sucediendo en escena. Dicho esto, bienvenidas sean todas las producciones inteligentes, sean de de estampa clásica o experimental, eso no importa.

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