Grau Perianes 22 a

Un peldaño más

Barcelona. 06/02/2022. Palau de la Música Catalana. Obras de Schubert, Mozart y Mendelssohn. Franz Schubert Filharmonia. Javier Perianes, piano. Tomás Grau, director musical.

Hermoso programa, de raíz romántica, el ofrecido por la Franz Schubert Filharmonía y Tomàs Grau junto al pianista onubense Javier Perianes, uno de nuestros solistas más internacionales. La velada se abrió con la casi poco conocida Obertura en el estilo italiano, D.590 de Schubert, una pieza ideal para transitar después hacia las obras de Mozart y Mendelssohn que completaban el programa.

Perianes brindó en esta ocasión una ejemplar recreación del Concierto para piano y orquesta no. 21 de Mozart. Aristocrático y a la vez naturalísimo, su pianismo irradia franqueza y redondez, posee alma. El suyo fue así un Mozart sincero, elegante, bonito... emocionante en suma. Esta música se presta como pocas al hacer de aquellos intérpretes, como Perianes, que logran hacer pasar el refinamiento por el tamiz del virtusismo, amalgamando la expresividad y la técnica en un compendio pluscuamperfecto. Memorable sonó así el esperado Andante en fa mayor, luminooso, proverbial, de una nobleza inefable, ejecutado con una musicalidad a flor de piel. Perianes demostró una vez más que es un pianista mayúsculo, en la madurez más excelsa de su trayectoria, sin nada que envidiar a otros colegas más renombrados de latitudes más recónditas.

Grau Perianes 22 b

Al frente de la Franz Schubert Filharmonia, Tomàs Grau ha demostrado ya sobradamente su valía como gestor y con el tiempo parece haber econtrado también su sito como director musical, habiendo debutado recientemente con la Orquesta Nacional de España, sin ir más lejos. Debo decir que este concierto que nos ocupa es, de lejos, el que más me ha convencido desde que sigo su trabajo a la batuta. Lo cierto es que Mendelssohn es un compositor con el que Grau exhibe una especial afinidad, acertando con sus tempi, sus dinámicas y ahondando especialmente en un fraseo vibrante y emotivo. La 'Italiana' de Mendelssohn sonó así sin fisuras, compacta, bien contrastada, con los colores debidos, irreprochable en fin.

Lo más relevante de este concierto, en todo caso, es el excelente regusto que dejó la orquesta. La Franz Schubert Filharmonia está consolidando una solvencia y un sonido que pocas formaciones españolas pueden acreditar. Por la redondez y flexibilidad de su sonido, por la general solvencia de sus secciones y sobre todo por un modo de hacer música cuajado de empatía y entendimiento entre sus atriles. Pero con este concierto han dado, si cabe, un paso más allá, la orquesta ha escalado un nuevo peldaño, con momentos que rozaron el virtuosismo. No en vano el público respondió con un entusiasmo desusado, propiciando hasta dos propinas por parte de la formación, que se brindó incluso a repetir el Saltarello de la Cuarta de Mendelssohn.

Grau Perianes 22 c

Fotos: © Martí E. Berenguer