Saraste OCNE 22 a

Un punto de inflexión

Madrid. 24/04/2022. Auditorio Nacional. Obras de Wennäkoski y Sibelius. Orquesta Nacional de España. Jukka-Pekka Saraste, dirección musical.

Los conciertos ofrecidos por la Orquesta Nacional de España durante el último fin de semana, a las órdenes del maestro finlandés Jukka-Pekka Saraste, se sitúan sin duda entre lo mejor brindado por nuestra orquesta en lo que va de temporada, incluso en los últimos años me atrevería a decir. Y es que pocas veces recuerdo haber visto a los atriles de la ONE tan motivados, tan entusiastas y entregados, viviendo la música de un modo genuino, esforzándose por estar a un alto nivel de rendimiento. 

Supongo que buena parte del mérito recae precisamente en la batuta de Saraste, con un pulso enérgico y templado a un tiempo, dominador absoluto de este repertorio. Su dirección se antojó inteligente, segura y preclara. De gesto conciso pero revelador, se intuyó en su hacer la labor de un maestro inspirador y exigente, capaz de lograr lo mejor de una formación como la ONE, que oscila bastante en su rendimiento en función de las batutas que encuentra en el podio.

El concierto se abría con una pieza de la compositora finlandesa Lotta Wennäkoski (Helsinki, 1970). Titulada Flounce, la obra fue estrenada en la última noche de los BBC Proms de 2017, bajo la batuta de Sakari Oramo. Juan Manuel Viana, en sus notas al programa, recogía unas elocuentes lineas de la compositoria acerca de su propio trabajo: "Hago música tímbrica, al tiempo que persigo una forma dinámica (en lugar de estática). A menudo opto por incluir algunos elementos convencionales, pero mis texturas están coloreadas por técnicas de interpretación inusuales y sonidos no tradicionales". Y en efecto, escuchamos una partitura de sugerente riqueza tímbrica y ambiciosa orquestación. De expresividad concisa y fulgurante, la obra es ciertamente adecuada como obertura de concierto, como era el caso aquí.

Saraste OCNE 22 d

El plato fuerte de la primera mitad del concierto era la suite a partir de la música incidental que Jean Sibelius compuso para Pelléas et Mélisande de Maeterlinck en 1905. Se trata de nueve fragmentos realmente exquisitos, de una expresividad medida y precisa. Verdaderas píldoras o piedras preciosas, cuajadas de temas inspirados para la cuerda y para las maderas, como el bellísimo tema para el corno inglés en 'Mélisande'. Pero sin duda, nada como el arrebatador tema que Sibelius desarrolla en 'La muerte de Mélisande', de un emotivo lirismo. Una música que coquetea con el impresionismo y que encontró una brillante traducción en los atriles de la ONE.

Y de la música incidental a la pura música, pues Sibelius quiso siempre afirmar que sus sinfonías carecían de cualquier naturaleza programática, ya desde la primera de ellas, expuesta aquí por Saraste con una combinación bien medida de análisis y expresividad, escogiendo tempi nítidos, con aire, dejando sonar los inspirados temas que Sibelius prescribe para las cuerdas, como la memorable melodía que sostiene el segundo movimiento o como el arrebatador y explosivo tema, de gran aliento, que encamina la obra hacia su desenlace en el Finale.

La Orquesta Nacional de España, ya lo he dicho, respondió como pocas veces en los últimos tiemops, haciendo gala de un metal robusto y restallante en trombones y trompetas. La lectura de Saraste hizo pie en una cuerda que sonó tersa, de inusitada presencia, extraordinariamente compacta y segura. Cabe destacar, por cierto, la excelente labor de la concertino invitada para estos conciertos, Barennie Moon, esforzadísima y denodada en su entrega y compromiso con el programa. Intachable fue asimismo la labor de las maderas, con mención especial para el clarinete solista. Jukka-Pekka Saraste, flamante nuevo director titular de la Filarmónica de Helinski, domina la obra de Sibelius con palpalbe solvencia, combinado pasión en la expresión y claridad en la exposición, sin subrayar lo obvio, conjugando con tino el vigor y la contemplación. Su lectura fue ejemplar desde todo punto de vista.

Estos conciertos han dado la impresión de suponer un punto de inflexión. Si la ONE cree en sí misma como lo ha hecho estos días bajo la batuta de Saraste, puede situarse a un nivel francamente alto. No en vano, por delante la ONE tiene unas semanas de indudable interés en su programación, con solistas de primer nivel como la violinista Lisa Batiashvili o el violinista Fumiaki Miura y con la presencia de batutas invitadas como Emmanuelle Haïm, Cornelius Meister o Josep Pons, amén del titular del conjunto, David Afkham, éste al frente de programas de envergadura, como la ópera Salome de Strauss o el Requiem alemán de Brahms. Si nada se tuerce, tras lo escuchado este fin de semana, la ONE está en disposición de firmar un cierre de temporada brillante.  

Saraste OCNE 22 c