Pogorelich FSF22 a 

Bendita extravagancia

Barcelona. 23/10/2022. Palau de la Música. Obras de Chopin y Dvorák. Franz Schubert Filharmonia. Ivo Pogorelich, piano. Tomàs Grau, dirección musical.

El pianista croata Ivo Pogorelich tiene fama de extravagante y excentrico. Ya fue así desde que su nombre saltase al estrellato allá por 1980, cuando fue eliminado en las semifinales del Concurso Chopin en Varsovia, causando un gigantesco enfado en Martha Argerich, quien abandonó el jurado declarando que Pogorelich era un genio. Sinceramente, si la excentridad es lo que escuchamos en el Palau de la Música el otro día, con una versión memorable del Segundo de Chopin, entonces denme más excentricidad. Y es que lo que hizo el solista croata fue digno de mención, realmente formidable.

En pocas ocasiones se escucha una manera de entender el teclado tan imperial. El piano de Pogorelich sonaba como tocado por la gracia: elegante, sutil, poético, con mil recovecos donde escuchar los ecos de la partitura y descubrir sus giros, a veces inéditos. Fue una ejecución verdaderamente pasmosa y una exhibición de técnica absolutamente primorosa. Qué autoridad, qué naturalidad, qué pianista tan mayúsculo. Rara vez se escucha un Chopin tan transparente, casi desnudo.

Pogorelich FSF22 b

Y qué decir de la Franz Schubert Filharmonia, qué arropó al solista con un mimo exquisito, con atención primorosa a sus alientos, en un ejercicio de complicidad de los que maravillan a la audiencia. El programa se completó, ya en al segunda mitad, con una intensa lectura de la Sinfonía no. 7 de Antonín Dvorák. La batuta de Tomàs Grau propuso una versión efusiva y exterior, cargada de ímpetu, buscando los extremos, resaltando los contrastes y remarcando los acentos.

Personalmente prefiero un Dvorák algo más contemplativo, no siempre tan vibrante, pero qué duda cabe de que fue una versión esmeradísima, con la Franz Schubert Filharmonía rindiendo a un nivel excepcional, con intervenciones solistas irreprochables en todos sus atriles, destacando el aquilatado trabajo de las maderas y el solvente hacer de los metales. La Franz Schubert Filharmonía cuenta con una de las cuerdas con más color y flexibilidad del panorama sinfónico español y cada concierto es una nueva ocasión para confirmarlo.

Pogorelich FSF22 c