Cosi Opera Oviedo

Trío de reinas

Oviedo. 13/11/2016. Teatro Campoamor. Mozart: Cosí fan tutte. Carmela Remigio, Paola Gardina, Isabella Gaudí, Joan Martín-Royo, Alex Shrader, Umberto Chiummo. Dir. de escena: Joan Antón Rechi. Dir. musical:Corrado Rovaris.

Tras Don Giovanni (2014) y Le nozze di Figaro (2015), la Ópera de Oviedo acaba de cerrar su pequeño ciclo dedicado a Mozart con la programación de este Così fan tutte, obra de enredos amorosos y preciosos momentos musicales que la asociación ovetense ha decidido programar estrenando producción propia. La dirección de escena se confió al regista Joan Antón Rechi, que ambientó su visión en la legendaria noche parisina, con evidentes referencias al Cabaret Sauvage, y buscando una “estética cercana a la presente en los lienzos de Toulouse Lautrec”. Todo ello resulta en una escenografía visualmente agradable y atractiva; con capacidad para respetar el argumento de la historia, pero sin guardar ninguna relación con éste. Mientras que en el pasado Fausto programado por la ópera de Oviedo, Curro Carreres se esforzó por relacionar el diabólico mundo de la moda con las andanzas de Mefistófeles, nada en la propuesta de Rechi se aproxima, aunque sea un poco, a la Nápoles por donde deberían moverse los personajes mozartianos. Precisamente esta falta de justificación emborrona un tanto la propuesta, tornándola simplona y repetitiva por momentos. A fin de cuentas, no veo una clara mejoría en caracterizar a Don Alfonso como mago en lugar de como filósofo. Hablando de trucos, la realización de uno durante el preludio de la ópera me produjo opiniones divididas; por un lado, se demostró una buena forma de dinamizar una escena que de otro modo protagonizaría por el telón; por el otro, la imagen de Dorabella siendo cortada por la mitad con una plancha de acero llegó a frivolizar demasiado la genial música compuesta por Mozart, que quedó desplazada a un preocupante segundo plano.

Desde el ángulo musical, despuntó la italiana Carmela Remigio, quien logró ofrecer al coliseo carbayón una redonda interpretación del complejo personaje de Fiordiligi. Irreprochable a través de las coloraturas, su técnica envidiable la confirmó con una gran opción por parte de la Ópera de Oviedo para el rol. Como partenaire de Fiordiligi, la mezzo Paola Gardina perfiló una Dorabella completa, de buen desempeño vocal y sobradas cualidades escénicas. Por último -cerrando la presencia femenina del elenco-, gustó la parte de Despina, interpretada por la barcelonesa Isabella Gaudí con especial acierto, logrando ésta extraer toda la juventud y vitalidad latentes en la partitura mozartiana. A la vista de lo anterior no cabe duda; el protagonismo de la noche se lo llevaron ellas.

Por su parte, Joan Martín-Royo (Guglielmo) repitió con Mozart en la ópera de Oviedo, habiendo interpretado el año pasado la parte de Fígaro en Le nozze. Así pues, su presencia en este Così fan tutte resultó francamente enriquecedora, siendo el barcelonés claro ejemplo de un cantante aún joven que sabe encaminar correctamente su carrera. La parte de Ferrando recayó en Alek Shrader, quien supo interpretarla con oficio, gusto y buena actitud escénica pese a verse lastrado por un tercio agudo algo desguarnecido y de escasa uniformidad en el color. 

Si hay un personaje fundamental dentro de Così fan tutte, ese es –sin duda- el de Don Alfonso, un viejo filósofo dispuesto a cuantos enredos sean necesarios para convencer a Guglielmo y Ferrando de la infidelidad de sus prometidas. En estas funciones ovetenses, el rol recayó sobre Umberto Chiummo, bajo italiano con demostradas virtudes escénicas aunque de resultados vocales un tanto ajustados. Justifica esto último una proyección no demasiado generosa para su cuerda, unida a algún que otro destemple puntual.

No desde el foso, sino desde el mismo escenario, la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias rindió a buen nivel guiada por la batuta de Corrado Rovaris, ofreciendo un sonido de interés ascendente y corte elegante; perfectamente enmarcado dentro del clasicismo que rige la partitura y especialmente atento a los matices, creciendo comedidamente en volumen cuando la obra así lo solicitaba. Completó la presencia musical el Coro de la Ópera de Oviedo que, es esta ocasión –debido en parte a las características de la partitura-, no lució tanto como acostumbra. De sus dos intervenciones nos quedamos con la segunda: Secondate aurette amiche, interpretada tras el descanso.

A falta de las últimas funciones, con este Così la Ópera de Oviedo ha atravesado ya el ecuador de su temporada, debiendo navegar ahora hacia su siguiente título: I Capuleti e I Montecchi, que contará, tras la cancelación de Ailyn Pérez, con la soprano Patrizia Ciofi en la parte de Giulietta. Sin duda, toda esta programación lírica es un orgullo para Vetusta. Lástima que algunos parezcan ignorarlo…