Haendel, un coro y una orquesta

Barcelona. 21/03/2024. Gran Teatre del Liceu. Händel: Messias (versión de Mozart en alemán). Julia Lezhneva (soprano), Kate Lindsey (contralto), Richard Croft (tenor), Krešimir Stražanac (bajo). Cor i Orquestra Simfònica del Gran Teatre del Liceu. Robert Wilson, dirección de escena. Josep Pons, dirección musical.

En el año de gloria de 1789 Mozart escribió su adaptación del Messiah de Händel para el público vienés basándose en una versión de la Bíblia deLutero que Klopstock y Ebeling habian escrito para Carl Philipp Emanuel Bach cuando hizo su versión en Hamburgo. Mozart reorquestó aproximadamente tres quintas partes de la composición de Händel, con una sección ampliada de instrumentos de viento. La partitura se publicó en 1803 y su función no es despreciable en la historia de la difusión de la obra de Händel. Recorta la música eliminando unos cuantos números, algunos movimientos y secciones da capo, introduce el clarinete y elije la trompa para el solo en "Sie erschallt, die Posaune'" ("La trompeta sonará"), en la cual Händel había elegido la trompeta por motivos obvios, e incorpora el clavicémbalo en lugar del órgano. 

Dicho esto, el motivo por el que espectáculo que se pudo ver el otro dia en el Liceu ofrecía la versión mozartiana del Messiahtiene más que ver con la vendibilidad del nombre de Mozart que con otra cosa. Desde el momento en que el hecho determinante era que se trataba de un oratorio escenificado todo valor filológico de la cosa quedaba en suspenso, incluida la cuestión de por qué utilizar la versión de Mozart. Todo dependía fundamentalmente de la propuesta de Robert Wilson, que era el otro nombre para la publicidad.

No tengo ninguna oposición de principio a la escenificación de oratorios ni a utilizar las versiones del Messiah que se consideren adecuadas. Y aún menos a que el Liceu acoja espectáculos con directores escénicos de prestigio. Pero da la sensación de que había más envoltorio que contenido. Es cierto que en esta obra Händel o quien se ocupara de estos menesteres, antes o después, hizo una rigurosa selección de los textos menos interesantes de la Biblia. Ello no le facilitaba las cosas a Wilson, o tal vez sí. No parece que explicar la obra formara parte de sus intenciones. Nada en el universo simbólico de Wilson iluminó unos textos que, por otra parte, son de un interés muy discutible. Evidentemente hubo momentos en que la escenografía, las proyecciones y todo lo demás proporcionaban atmósferas sugestivas. Incluso hubo ciertos trazos de humor que no estaban para nada fuera de lugar, pero en ningun momento pareció que Wilson nos explicara nada que tuviera que ver con el Mesías

T24_El_MesiÌas_S1_046_01.jpg

Desde el punto de vista musical las cosas discurrieron de otra manera. La dirección de Josep Pons tendió claramente a la objetividad, a obtener de su orquesta un sonido seco y concreto. Lo logró plenamente. La orquesta tocó con extremo decoro y el reto estilístico (Pons no es un especialista en este repertorio) se resolvió satisfactoriamente. Lo mismo vale para el coro.

En cambio el reparto de cantantes solistas no consiguió levantar el espectáculo. Hubo cosas positivas, sobre todo por parte de Julia Lezhneva. La soprano cantó con fundamento, apoyando el sonido para controlar el fraseo, con intencionalidad musical y una actuación convincente. En cambio, Kate Lindsey se sintió siempre incómoda con la tessitura y las aportaciones masculinas al cuarteto solista no cambiaron un tono mejorable.

Con los mimbres musicales mencionados, sus fortalezas y sus flaquezas, se podría haber obtenido unos resultados más brillantes si el concepto escénico que justificaba el hecho de representar esta obra la hubiera llenado de sentido. Pero realmente esto no sucedió. En ningun momento se rompió la barrera entre el foso y el escenario porque lo que el escenario ofrecía era extremadamente difuso. Belleza formal, minimalismo y abstracción. Tal vez esa sensación de vacío era lo que Wilson deseaba, tal vez creyera que eso hacía justicia a la obra pero faltó contenido y defensa del texto, por heroica que la labor sea en este caso. Pero, parafraseando a Humphrey Bogart, no hay nada que no arreglen Händel, un coro y una orquesta bien organizados.

T24_El_MesiÌas_S1_052_01.jpg

Fotos: © David Ruano