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Una conmemoración necesaria

Barcelona. 07/05/2024. Palau de la Música. Beethoven: Sinfonía no. 9. Franz Schubert Filharmonia. Cor Madrigal. Carles Pachón (barítono). Jone Martínez (soprano). Tànit Bono (mezzosoprano). Eamonn Mulhall (tenor).

Sorprende lo despercibido que ha pasado entre las orquestas españolas el 200 aniversario del estreno de la Novena sinfonía de Beethoven, una partitura que nos hemos hartado -literalmente- de escuchar sin ton ni son, cuando no venía a cuento, y que curiosamente casi nadie ha programado cuando corespondía conmemorar el bicentenario de su estreno. No ha sido el caso de la Franz Schubert Filharmonia, que ha tenido ha bien dedicarle a la obra una gira de conciertos por Cataluña, bajo la batuta del director artístico y titular de la formación, el barcelonés Tomás Grau. Su conmemoración ha sido realmente la excepción en un panorama español donde este bicentenario ha pasado sin pena ni gloria. A veces me pregunto en qué piensan quienes programan... tanta fiebre por conmemorarlo todo y este aniversario, tan obligado, se queda en nada. 

Sea como fuere, la versión ofrecida por Grau y los suyos fue notable, aunque tuvo sus altibajos. Grau optó por contrastes bien marcados entre los movimientos, con un segundo movimeinto vibrante y más bien acelerado y un Adagio por momentos casi camerístico, sin duda lo más logrado y redondo de la interpretación. En el Allegro inicial, conforme el movimiento se desarrollaba se echó de menos un empaste mayor entre secciones, todas rindiendo a gran nivel pero no siempre al unisono. En el Molto vivace me pareció excesivo el protagonismo otorgado a los timbales, aunque sin duda Grau acertó aquí con la elección de los tempi. Durante la exposición inicial del Finale hubo también algunos puntuales desajustes, aunque todo se encauzó de manera brillante en la resolución final de la pieza, con la contribución del coro y los solistas. Grau comandó estas páginas con buen pulso y con la dosis adecuada de teatralidad, logrando lo mejor de los atriles de la Franz Schubert Filharmonia.

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Liderando el cuarteto vocal destacaron las voces del barítono Carles Pachón y la soprano Jone Martínez, el primero con unos medios ideales para esta parte, por color y extensión, y la segunda haciendo gala de una emisión fácil y brillante, prueba de un futuro muy prometedor. Un punto por debajo sonaron el tenor Eamonn Mulhall y la mezzosoprano Tànit Bono, de medios más modestos y un tanto reservados en sus acentos.

Los solistas, por cierto, aparecieron con cierta premura en escena, segundos antes de abrir el barítono su intervención; quizá se buscaba el efectismo de su irrupción en la sala, pero sin duda hubiera sido más operativo haber contado con ellos desde la pausa entre el tercer y el cuarto movimiento. 
 
Más allá de alguna tensión en la cuerda femenina, el Cor Madrigal resolvió su exigente parte con excelentes resultados, destacando sin duda la contribución de sus tenores, timbradísimos. Se percibió un trabajo detallado y exigente del conjunto coral, bien preparado por Pere Lluís Biosca.
 
En conjunto, una esmerada Novena que permitió conmemorar como es debido un aniversario de la entidad de este bicentenario de la obra.

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