Gancedo Tarrago 

 

 

Dibujando a Mignon

Barcelona. 15/05/17. Centro Cultural Casa Elizalde. Ciclo de primavera de música clásica. Canciones de R. Schumann, F. Schubert, L. van Beethoven, H. Wolf, G. Fauré i G. Mahler. Mercedes Gancedo y Mireia Tarragó, sopranos. Beatriz G. Miralles, piano.

En la novela "Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister", de Johann Wolfgang von Goethe, el joven protagonista comparte sus vivencias con un gran número de personajes. Mignon y el arpista, que lo acompañan en buena parte de su camino, han trascendido a la novela e incluso, al menos entre los aficionados al lied, le han robado el protagonismo a Wilhelm. Las canciones que cantan los dos personajes son necesariamente poemas en la novela y se han convertido en canciones reales gracias a la inspiración de los numerosos compositores que han dibujado los retratos de ambos a partir los textos de Goethe. Mignon, la niña huérfana acogida por Wilhelm Meister, protagonizó el pasado lunes el tercer concierto del ciclo de música clásica de primavera del Centro Cultural Casa Elizalde. El espectáculo, presentado por las sopranos Mercedes Gancedo y Mireia Tarragó y la pianista Beatriz G. Miralles, tenía como título "Dibujando a Mignon", un título que me he permitido tomar prestado para esta crónica porque refleja muy bien tanto las intenciones como los satisfactorios resultados.

Hablaba antes de espectáculo y no concierto porque, además de canciones, incluía también la lectura de fragmentos de la novela de Goethe por parte de las sopranos y la pianista y una mínima puesta en escena que no era imprescindible pero reforzaba el relato. Siempre vale la pena, en mi opinión, dedicar unas líneas al programa de un recital. En este caso, especialmente, porque hablamos de intérpretes muy jóvenes que eligieron cuidadosamente y con acierto los lieder con que querían dibujar su retrato de Mignon. De entrada, partían de una limitación inherente a la materia prima: en la novela, la niña sólo canta cuatro canciones. Es decir, aunque se hayan compuesto numerosos lieder, todos comparten sólo cuatro textos. El programa se centró en los tres compositores más importantes por lo que a las canciones de Wilhelm Meister se refiere: Schubert, Schumann y Wolf, con la aparición estelar de Txaicovski y su también estelar versión de Nur wer die Sehnsucht kennt, y se "doblaron" tres de las cuatro canciones (escuchamos sólo una versión de So laßt mich scheinen). En torno a estas canciones de Mignon, se añadieron otros lieder que redondeaban el retrato de Mignon insistiendo en la nostalgia, la confusión y el amor inconfesable que siente la niña.

El retrato de Mignon no quedaba completo hasta no haberlo escuchado, por supuesto, y las tres protagonistas se enfrentaban a un programa bien elaborado pero muy arriesgado. Por ejemplo, hay que destacar la valentía de Mireia Tarragó al atreverse a cantar Ich bin der Welt abhanden gekommen, uno de los lieder más difíciles, por muchos motivos, del repertorio. Las tres son muy jóvenes y a las tres las habíamos escuchado hace unos meses en el LIFE Victoria (con parte del programa compartido, en el caso de Mercedes y Beatriz); es un placer comprobar que las tres siguen en la misma línea positiva. Definitivamente, Mercedes Gancedo parece ya preparada para dar un paso adelante y dejar de ser "joven promesa" y lo volvió a demostrar con su musicalidad y su expresividad. Las dos sopranos y la pianista (precioso el Kennst du das Land de Hugo Wolf de Beatriz G. Miralles) completaron un bonito retrato de Mignon.

Con una propuesta tan interesante, es una lástima que el público no dispusiera de los imprescindibles textos de las canciones. Insisto: imprescindibles, siempre, en un recital de canción. Por ejemplo, para saber qué dice exactamente Mignon, o para entender por qué Verborgenheit o Die letzte Blumen starben forman parte del programa. Que no los tengamos no sólo nos priva a los asistentes de una parte importante de lo que estamos escuchando; también se lo pone más difícil a las intérpretes. Echémosle un poco de imaginación. Si el presupuesto no llega para hacer fotocopias, proyectemos los textos, por ejemplo. Hay soluciones. ¿Quizá la próxima temporada podremos probarlas en un concierto similar pero con el arpista como protagonista? Es sólo una idea...