Antonini Faust Palau 

Dieta obligada

Barcelona. 19/10/2017. Palau de la Música. Obras de Mozart y Haydn. Isabelle Faust, violín. Il Giardino Armonico. Dir. musical: Giovanni Antonini.

El Palau de la Música Catalana de Barcelona inauguró con un lleno casi total la primera sesión musical del ciclo Palau 100 con un acontecimiento muy notable, ya que se programó una sesión Mozart-Haydn de esas que son una "dieta" obligada para quien quiera conocer obras fundamentales del repertorio rococó-neoclásico tan poco divulgado en las programaciones habituales. Para llevar a cabo este evento se contó con una violinista de prestigio, Isabelle Faust (que redactó también un artículo de presentación en el programa) y el grupo instrumental Il Giardino Armonico, dirigido por el prestigioso Giovanni Antonini.

En el programa se incluían tres de los conciertos para violín de Mozart (en teoría cinco, pero hay quien defiende que son seis, e incluso siete, además del llamado "Concertone" K.190), compuestos prácticamente de golpe, en 1775, por el entonces muy joven compositor (18 años de edad), posiblemente para "quitarse de encima" las constantes insistencias de su padre (Leopold, autor de un célebre método de violín, publicado precisamente el mismo año del nacimiento de su brillantísimo hijo) y que le pedía-exigía a Wolfgang que compusiese algunas obras para este instrumento). De los cinco conciertos básicos, Isabelle Faust nos ofreció el primero, el cuarto y el quinto, éste en la segunda parte, después de una de las sinfonías de Haydn más o menos de la misma época, la 49, llamada (bastante inadecuadamente) "La Passione".

Isabelle Faust, pequeña de estatura y musicalmente muy pulcra y refinada, no es la típica violinista "pasional" que muchas veces pisa nuestros escenarios, y en este primer concierto mozartiano demostró contención, buen gusto y refinamiento sonoro, pero supo dar mejor impulso todavía al cuarto concierto, en el que el público pudo gozar mejor de la inventiva mozartiana y de los cuidadosos "golpes de arco" de la intérprete.. El "Giardino Armonico" quizás  no tuvo su mejor día, sobre todo por algún fallo por parte de una trompa rebelde; También la vioilinista tuvo algún problema para lograr la afinación exacta de su instrumento al inicio de la segunda parte, pero todo se solventó finalmente, y la versión del quinto concierto -indudablemente el más imaginativo, con su rondó "alla turca"- resultó mejor que los demás.  Las cadencias utilizadas eran de Andreas Staier.

En cuanto a la labor de Antonini, mesurada y solvente, nos dio una sinfonía de Haydn que desmentía su sobretítulo de "La Passione" (estos nombres suelen ser argucias de los editores de música, y no de los autores); sólo en el último movimiento se alcanzó un cierto sonido "Sturm und Drang" que posiblemente influyó en su autor al escribirlo. En el quinto concierto, como se ha dicho, la violinista brilló a su mejor altura, y suscitó un entusiasmo del público que le valió una "propina" del mismo nivel de calidad. El público habría agradecido todavía otra pieza de regalo, pero los intérpretes se batieron pronto en retirada -la sesión había sido bastante extensa-. Fue, en definitiva, una excelente puerta de entrada a la temporada 2o17-2018 de la benemérita institución del Palau 100.