Un debut prometedor
Málaga. 05/05/2019. Teatro Cervantes. Verdi: Otello. Jorge de León, Carlos Álvarez, Rocío Ignacio, Luis Pacetti, Marifé Nogales, Francis Tójar, Gerardo López, Isaac Galán. Dir. de escena: Alfonso Romero. Dir. musical: Marco Guidarini.
Había gran expectación ante el debut de Jorge de León con la exigente y emblemática parte del Otello verdiano, un rol tan temido como ansiado por todo gran tenor que se precie. Comencemos por la buena noticia: hay material para un Otello importante. La voz del canario posee caudal y metal más que suficientes para resolver la parte sin aparente esfuerzo. Posee todas las notas y aborda el papel con seguridad, lo que no es poco. Ahora bien, como primera tentativa con el rol es evidente que desde un punto de vista dramático hay tarea por hacer. Con tiempo sin duda que Jorge de León podrá meterse más a fondo en la piel del moro de Venecia, de tal manera que eso se refleje en un fraseo más elaborado y en una actuación más vivida y contrastada en escena.
Zubin Mehta propuso a Jorge de León debutar como Otello hace ya varios años, en Les Arts, en ocasión de aquellas que funciones que encumbraron a Gregory Kunde como el mejor Otello de su generación. A tenor de lo escuchado en Málaga, me atrevo a decir que el tenor canario hizo bien en posponer este debut hasta ahora, cuando se aproxima a cumplir el medio siglo de edad. Los próximos años dirán si es capaz de cuajar un retrato más profundo y complejo de este personaje concebido por Shakespeare. Los medios y la materia prima para ello están ahí de manera evidente. Démosle tiempo.
Inmenso a su lado el Iago de Carlos Álvarez. Una de las mejores funciones que le recuerdo. Y eso es mucho decir, porque el malagueño siempre rinde a gran nivel. Cantaba en casa, seguro, confiado y rotundo. La voz amplia, la emisión sólida, el agudo desenvuelto, el timbre intacto. ¡Y qué fraseo! Qué manera tan imponente de decir el texto. Álvarez es siempre un valor seguro en escena y más aún para un rol tan sinuoso como este, donde una mirada o un gesto valen para sostener toda una escena. Álvarez se asienta una vez más como uno de los mejores barítonos de la actualidad, sin duda alguna.
Al lado de estas dos grandes voces, la soprano sevillana Rocío Ignacio logró hacerse un hueco, resolviendo con seguridad y musicalidad la parte de Desdémona. Completaba el elenco un notable equipo de comprimarios, destacando el Cassio de Luis Pacetti, la Emilia de Marifé Nogales y el Montano de Isaac Galán. Solvente en el foso la dirección musical de maestro italiano Marco Guidarini, acomodando sus tiempos a las necesidades de las voces y exponiendo la partitura con claridad y firmeza, extrayendo un sonido bastante notable de la Filarmónica de Málaga. Suficiente, aunque con alguna irregularidad, la contribución del Coro de Ópera de Málaga. Se reponía en escena una vez más la producción firmada por Alfonso Romero, concebida para Mallorca en 2014 y que ya ha pasado por los escenarios de Jerez, Pamplona y Córdoba. Es un trabajo apenas estimulante, visualmente poco atractivo y con una dirección de actores que brilla por su ausencia.
