dessay sony schubert 1

Schubert tras un lifting

Natalie Dessay y Philippe Cassard graban una selección de lied de Schubert

Lieder de Schubert. Natalie Dessay. Philippe Cassard. Thomas Savy. Sony Classical. CD.

¿Un disco de Natalie Dessay cantando Schubert? Pues sí. Desde que dejó la ópera hace tres o cuatro años, la soprano está haciendo en cada momento lo que le apetece, y bien que hace, tras haberse ganado el respeto y la admiración del público durante su carrera. Schubert es una de sus últimas propuestas; lo ha cantado en alguna ocasión en recital durante estos últimos años y ahora se ha decidido a grabarlo. Philippe Casard, el pianista que la acompaña, lo expresa muy gráficamente en sus notas: "cuando uno ha caído en la marmita schubertiana, de ninguna de las maneras quiere escapar". El disco, llamado simplemente "Schubert", recoge dieciséis lieder, y no son dieciséis títulos cualesquiera; todos ellos son de los que llevan directamente a la marmita, bien conocidos por todos los que ya hemos pasado por ahí. La selección es muy variada y la única pega que se le podría poner es que no haya algún lied algo menos conocido; el único punto de originalidad lo encontramos en un par de lieder, Die Stadt i Liebesbotschaft, que se oyen pocas veces cantados por mujeres y en Auf dem Wasser zu singen, que escuchamos en la transcripción para piano solo que hizo Franz Liszt.

Después de escuchar la primera canción del disco, la sensación es de desconcierto: las notas que suenan son las de Liebesbotschaft pero lo que se escucha no es Liebesbotschaft. De nuevo recurro a las notas del disco, esta vez las del gran Wolfgang Holzmair, asesor de Dessay durante la grabación: "el resultado es una visión muy personal y precisa de Schubert, alejada de lugares comunes y, por esta razón, un auténtico regalo." Creo que Holzmair lo explica muy bien; las canciones están trabajadas, pero el resultado se aleja de lo que uno podría esperar. Y a partir de ahí, uno lo toma o lo deja. O quizá no hace falta ser tan drástico y tomar unas cosas y dejar otras.

Decía que Liebesbotschaft no suena a Liebesbotschaft, y lo mismo podríamos decir de Die Götter Griechenlands, Im Frühling o Am Bach im Frühling. Es como si Natalie Dessay hubiera hecho un lifting a las canciones y les hubiera borrado la tristeza, la duda, la melancolía. Y aunque tras un lifting pueda quedar algo bonito (y Am Bach im Frühling me parece una de las piezas más bonitas del disco), se han perdido cosas importantes por el camino. Puestos a perder, se han perdido también la urgencia y la complicidad en Rastlose Liebe o Geheimes. La melancolía, sin embargo, la sentimos al escuchar la voz de la cantante, al echar de menos la voz que conocimos. A veces escuchamos a cantantes de cierta edad y oímos las carencias en su voz, pero también oímos su sabiduría, el poso de toda una carrera, y eso nos compensa; esto aplicaría (excepto por lo que respecta a la edad) a la Natalie Dessay cantante de ópera, pero no a la cantante de lied, que tiene un recorrido muy corto. Dessay usa la fragilidad de su voz en su favor en algunas ocasiones, en Nur wer die Sehnsucht kennt, por ejemplo, pero en otras, como en Ganymed o Gretchen am Spinnrade, no hay manera de sacar provecho de ese vibrato tan acusado, al contrario. Philippe Cassard mima a la cantante y se adapta, con un sonido muy bonito, a su visión tan particular; lástima que la grabación le deje a menudo en segundo plano, excepto, claro, en su preciosa pieza como solista. Por su parte, Thomas Savy, clarinetista en Der Hirt auf dem Felsen, contribuye a que esta pieza sea la mejor interpretada en conjunto y el disco se cierre dejando un buen sabor de boca.

El librito del disco, además de los comentarios ya mencionados de Cassard y Holzmair, incluye los de Natalie Dessay y el musicólogo Jean-Jacques Velly, todos ellos en francés, inglés y alemán. A continuación encontramos los poemas en alemán. Sin traducciones. ¿Tanto costaba añadir unas páginas más, cuando se ha editado el disco con detalle y buen gusto? Y entonces recuerdo que Dessay, en sus recitales, suele dejar la sala a oscuras y sin sobretítulos.