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James Conlon: "Admiro profundamente lo que España ha hecho por la cultura durante la pandemia"

Los días 18, 19 y 20 de junio el director norteamericano James Conlon encabezará ¡Sólo Música!, la cita bianual que el CNDM viene organizando en ocasión del Día de la Música. En esta ocasión, a causa de la pandemia, la habitual maratón a lo largo de una única jornada se ha espaciado en tres días de conciertos, con las sinfonías de Schumann y Brahms en programa, con la Orquesta Nacional de España, la Sinfónia de Galicia, la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y la Joven Orquesta Nacional de España. Conversamos con el maestro Conlon en la antesala de este reto que a buen seguro hará las delicias del público madrileño.

¿Cuándo y cómo se gestó esta singular maratón con las cuatro sinfonías de Schumann y las cuatro de Brahms? Tengo entendido que el plan original era algo distinto, con siete séptimas sinfonías en una misma jornada.

Así es. Hace dos o tres años ya, Antonio Moral contactó conmigo desde el CNDM para proponerme esa maratón en una única jornada, con siete séptimas sinfonías de autores muy dispares. Pero cuando llegó la pandemia del covid, se hizo inviable llevar a cabo esos planes: no era posible hacer todos esos conciertos en un mismo escenario, en una misma jornada, con las debidas medidas sanitarias. Por eso optamos por una alternativa como esta, en tres jornadas, con cuatro orquestas, haciendo dos ciclos completos de sinfonías, las de Schumann y las de Brahms, en un gran viaje por el sinfonismo romántico. Sigue siendo un maratón, pero de otra manera (risas).

Realmente tengo una admiración muy profunda ante lo que España ha hecho por la cultura durante la pandemia. Creo que ningún otro país ha sido capaz de continuar con sus teatros y auditorios abiertos, tal y como ha sucedido así en España. No se cómo lo han hecho (risas), realmente me maravilla. Es algo fantástico y estoy muy honrado de estar aquí para dirigir estos conciertos, me hace muy feliz, tras un año y medio tan complicado para todos. España se ha ganado la admiración de muchos, desde luego la mía sin lugar a dudas.

¿Es la primera vez que se enfrenta a las sinfonías de Schumann y Brahms? Imagino que será la primera vez, al menos, en estas condiciones tan intensas.

Sí, nunca había hecho algo así, con todas sus ocho sinfonías en un mismo ciclo. Pero por separado sí las había hecho, aunque nunca el ciclo de Schumann como tal sino sinfonías sueltas, en programas distintos, a lo largo de un par de semanas. El ciclo de Brahms lo habré hecho al menos un par de veces a lo largo de mi carrera.

Y al prepara estas sinfonías, ¿qué similitudes y diferencias está encontrando entre estos dos autores, Schumann y Brahms? Dos grandes representantes del romanticismo alemán, en el plano sinfónico, aunque ciertamente muy diversos entre sí.

Sí, sobre todo esa la impresión general, lo distintos que son. Y es algo que busco poner en valor. Fueron contemporáneos y amigos y tuvieron en común la relevante figura de Clara Schumann. Pero su música es muy diversa, tiene un alma muy distinta. Forman parte de una misma corriente, sí, pero realmente no creo que sea posible compararlos en sentido estricto.

Viene preparando este reto con algunas de las orquestas con las que llevará a cabo el reto de 'Solo Música' en Madrid, caso de la Sinfónica de Galicia y la Orquesta Sinfónica de Castilla y León; también con la Joven Orquesta Nacional de España, con la que actuará asimismo en el Festival de Granada y en el Maestranza de Sevilla. ¿Hasta qué punto es posible ofrecer una lectura más o menos homogénea de Brahms y Schumann?

No es posible (risas). Hago Brahms y Schumann con cada orquesta tal y como lo siento. No busco unificar las cuatro orquestas hacia un mismo sonido. Cada obra me estimula en una dirección, sea cual sea la orquesta que tenga delante. Cada formación tiene su personalidad, sus particularidades, sus posibilidades y sus limitaciones y hay que trabajar sobre eso, sin la idea de imponer una lectura cerrada de antemano.

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Tengo mucho interés y curiosidad por su entrega y dedicación a los compostiores de principios del siglo XX como Zemlinksy, Schreker o Ullmann, cuya obra fue silenciada por el nazismo bajo el epígrafe de 'música degenerada'. Usted fue pionero con sus grabaciones y con la Fundación Orel, a la hora de poner en valor sus obras. ¿Por qué le fascinaron en su momento y por qué deberiamos seguir prestando una especial atención a estos autores?

Son ya casi treinta años apostando por este patrimonio musical. Para mí es como una misión. Algo que nació de mi fascinación por la música de Zemlinsky. A partir de ahí me sumergí en su biografía y descubrí un contexto fascinante, toda una serie de autores cuya obra musical quedó silenciada por el nazismo. Lo que se hizo con su obra fue un acto criminal como tantos otros, un acto de racismo político y una injusticia que privó a nuestra cultura de un valiosísimo patrimonio, que forma parte de nuestra identidad como occidentales. Yo no veré la completa restitución de su valía como compositores, la culminación de esta misión tiene aún mucho por delante, en manos de las próximas generaciones. Es muy fácil destruir, pero cuesta mucho restituir lo destruido. Queda mucho para que se pueda hablar de Schreker, Ullmann y Zemlinsky con la misma familiaridad con la que hablamos de Mozart, Brahms o Stravinsky.

Usted sigue siendo el director musical de la Ópera de Los Ángeles, a la que llegó en 2006. ¿Cuál es la situación actual de las orquestas y teatros en Estados Unidos ahora mismo? Parece que la temporada 21/22 puede ser bastante próxima allí a la normalidad, gracias al avance de la vacunación.

Las buenas noticias son recientes en Los Ángeles: hace apenas diez días hicimos el primer concierto con público desde hace año y medio, desde marzo de 2020. Ha sido todo un hito, con Oedipus Rex de Stravinsky. Es un gran paso adelante y es el principio de un nuevo horizonte. Todo apunta a que podremos ir acometiendo la temporada 21/22 con relativa normalidad. Todos esperamos poder reabrir en septiembre.

Curioseando en YouTube, hace un tiempo, encontré un simpático video en el que usted y James Levine, muy jóvenes entonces, aparecían al piano comentando la orquestación de Tosca. Desaparecido recientemente James Levine, me gustaría saber su opinión sobre el legado del maestro norteamericano, tan decisivo para la consolidación del Metropolitan Opera de Nueva York tal y como hoy lo conocemos.

Sí, ese video que usted menciona data de hace más de cuarenta años, mucho tiempo atrás, éramos muy jóvenes, yo más que él (risas). James Levine fue un grandísimo músico. Una figura clave para el Metropolitan Opera de Nueva York, como usted mencionaba. Pero su trayectoria fue mucho más allá del Met. Realmente ha sido uno de los grandes directores de la segunda mitad del siglo XX, con un repertorio amplísimo y una gran capacidad, tanto para la ópera como para la música sinfónica.

Fotos: © Bonnie Perkinson