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Javier Camarena: “No hay un conflicto entre el repertorio clásico y el repertorio popular”

El tenor mexicano Javier Camarena regresa estos días a España, donde ultima su debut como Tamino en La flauta mágica, en el Gran Teatre del Liceu. Este verano podremos escuchar también su voz poniendo el broche al Tío Pepe Festival que tiene lugar en Jerez, al amparo de bodegas González Byass. Conversamos nuevamente con él, para conocer mejor su propuesta para este festival, su reciente experiencia en el Met y su inminente debut como Tamino.

Este verano clausurará el Tío Pepe Festival con un concierto junto a la Sinfónica de Málaga, titulado ‘De México a Jerez’. Será su debut en este ciclo, por el que ya han pasado otros cantantes líricos como Ismael Jordi, Ainhoa Arteta o Gregory Kunde. Me interesa saber cómo se plantea su presencia en este tipo de festivales, no específicamente centrados en la música clásica, abiertos a otros géneros. ¿Su propuesta es distinta de la que presenta habitualmente en otros escenarios más clásicos?

(Pensativo) Quizá haría el planteamiento a la inversa puesto que mis recitales ‘clásicos’ siempre tienen también algo de ‘popular’. En esta ocasión, actuar en el marco del Tío Pepe Festival me da pues aún más libertad para abordar otros géneros más allá de la ópera, como el bolero y la canción mexicana.

Esta faceta popular de los cantantes líricos, muy especialmente en el caso de los tenores, siempre ha sido un tanto controvertida. Por un lado se agradece mucho su presencia fuera de la lírica, más allá del repertorio convencional, pero siempre hay un público más conservador que hace de menos a este tipo de colaboraciones y propuestas. En su caso, imagino que entiende que esto es algo que suma y no algo que resta.

Hay un público muy conservador, es cierto, pero yo creo que hay que desdibujar un poco las fronteras entre los géneros, que las hay por supuesto, pero a veces no son tan estrictas o no debieran ser tan restrictivas. Para mí, no hay un conflicto entre el repertorio clásico y el repertorio popular.

En el caso de la canción mexicana, no hay que olvidar que los compositores que escribieron estas canciones las concibieron pensando en voces educadas. Y tan es así que hasta Kraus grabó canciones de María Grever. Lo mismo sucede con la música de Agustín Lara… Y el mariachi, si se hace en serio, sin amplificación, está escrito para cantarse bien, con una voz educada, con técnica, si no no te oyes.

El repertorio popular es un repertorio con personalidad propia, con muchos colores, con esencia. Yo no lo abordo como un cantante de ópera que se adentra por ese repertorio. Al menos no es mi intención, yo lo abordo como un repertorio con entidad propia y esto precisamente lo hace más atractivo. Y además es un repertorio que me gusta, desde un punto de vista personal, no lo canto simplemente porque sea popular, es que me parece bonito y valioso.

En este momento, ya próximo el cierre de la temporada 21/22, ¿cómo se encuentra? Viene de cantar Lucia di Lammermoor en el Metropolitan de Nueva York y afronta ahora su debut como Tamino en La flauta mágica del Liceu, en Barcelona. Tras los escollos vocales que atravesó un par de años atrás, coincidiendo con la pandemia, ¿cómo se encuentran ahora el cantante y su garganta? Creo que ha renunciado recientemente a cantar las funciones de Il pirata de Bellini en Zúrich.

Cancelé Il pirata porque me enfermé con una laringitis que ya superé. Las funciones de Lucia en el Met fueron bastante bien, quizá ya en la última me empezaba a cansar un poco, pero es normal y afortunadamente ya no me agobio cuando sucede.

Ahora estoy realmente ansioso con este Tamino que voy a debutar en el Liceu. Creo que estoy en el lugar donde quería estar para afrontar este rol. Mi voz ciertamente ha ganado en volumen y en peso, sobre todo en la parte central. Tengo sensaciones muy gratas, de plenitud vocal, al trabajar este papel. Y esto es algo que me encanta y me sorprende.

Sí, porque nunca tuvo pensado cantar el papel de Tamino, si no recuerdo mal.

Así es, nunca me fascinó hasta que finalmente surgió la ocasión y me he terminado por enamorar del rol como quizá jamás pensé (risas). Siempre creí que mi voz era demasiado ligera para este rol y por otro lado estaba la barrera del idioma. Habiendo tantos retos para mí en el repertorio italiano, me decía, para qué complicarme la vida con un papel en alemán. Lo cierto es que es una lengua con la que estoy familiarizado, son ya varios años viviendo en Suiza y esto me ayuda. No deja de ser una lengua complicada, que requiere un buen manejo de las consonantes. Pero lo vivo ahora como un reto. Es un proyecto hermoso el de esta Flauta mágica en el Liceu con el maestro Dudamel y la emblemática producción de McVicar. Lo veremos durante las funciones, pero ahora mismo siento que ha sido una buena decisión la de aceptar este debut, es un rol bonito y divertido a la par.

¿Ya había cantado algún otro Mozart en alemán? ¿Quizá Rapto en el serrallo?

Así es, hice Rapto hace ya unos cuantos años, con la cuatro arias y en una versión con muy poco texto, debo decir. En el caso de esta Flauta del Liceu los diálogos están muy bien acotados, es una versión muy bien pensada, para que nada sobre y nada falte.

Y las buenas sensaciones con este Tamino, ¿le animan quizá a plantearse otros roles mozartianos de entidad, como Mitridate, Tito o Idomeneo?

Yo nunca he estado peleado con Mozart pero nunca me contratan para cantar sus óperas (risas). Los teatros siempre me tienen en mente para el repertorio belcantista, pero lo cierto es que al comienzo de mi carrera hice Cosí fan tutte, La finta giardiniera, el Rapto en el serrallo… De estudiante me encantaba La clemenza di Tito y Mozart es un compositor al que siempre he adorado, como no puede ser de otra manera. En su momento sí se me hizo una oferta para cantar Idomeneo pero en un teatro demasiado grande y yo no me sentía seguro aún para afrontarlo. Pero ojalá lleguen estos roles más adelante, me encantaría.

¿Hacia dónde va su voz en este momento? En su agenda por venir hay algunos debuts importantes, como el Des Grieux de la Manon de Massenet, nuevamente en el Liceu.

Sí, vienen más cosas, haré también mi primer Alfredo en La traviata. Junto con el Des Grieux de Manon serán los dos debuts de esta temporada. Haré también La favorite en el Festival Donizetti de Bergamo. Después haré L´elisir d´amore en el Met y retomaré Lucia para la Ópera de París.

Para más adelante ya está apuntado en agenda mi primer Roméo et Juliette de Gounod, al tiempo que seguiré cantando mucho Donizetti, algún Bellini, belcanto al fin y al cabo, alternando con el repertorio francés. No contemplo hacer nada más pesado que ese Romeo de Gounod ahora mismo.

Quizá se plantea descartar ya algunos papeles que han sido emblemáticos en los inicios de su carrera, como el Tonio de La fille du régiment.

La comedia siempre me va a encantar. Seguiré haciendo La Cenerentola, seguramente también Fille du régiment. Es un repertorio que está divertido para aligerar… en todos los sentidos menos en el vocal, claro (risas). Incluso me encantaría ver la manera de hacer, en algún momento, un par de funciones de El barbero de Sevilla, me divertiría mucho, es un repertorio que extraño.

¿Cómo está la situación de la lírica en México? Con la incorporación de Iván López-Reynoso, ¿van cambiando las cosas?

La verdad es que he estado un poco desconectado de la ópera en México últimamente. Se que acaban de hacer una ópera que fue escrita para María Katzarava, sobre Juana la Loca, de un compositor español, Alberto García Demestres, y tuvo muchísimo éxito. En México hay todo un aparato burocrático que lastra mucho la toma de decisiones. La predisposición siempre es muy buena y estoy seguro de que Iván estará poniendo en juego propuestas interesantes, él es siempre muy concienzudo y atinado en su trabajo.