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Andoni Siera: "Contar con una formación orquestal propia nos da más libertad para programar"

Desde 2022 el donostiarra Andoni Sierra (San Sebastián, 1971) se encuentra al frente de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, el cuarto festival de música más antiguo de España y reconocido además como Fiesta de Interés Turístico Internacional en 1979, dada su singularidad. En ocasión de la 61 edición del festival, que tendrá lugar del 23 al 31 de marzo de 2024, conversamos con su responsable artístico, quien estará también al frente de la dirección musical de una de las citas más destacadas de la programación, una versión escenificada de la Pasión según San Juan de Bach.

Me gustaría comenzar recapitulando su trayectoria atnes de llegar a la dirección de la SMR de Cuenca, en la que de hehco había participando como profesional en varias ocasiones

Si no recuerdo mal, mi primer contacto con la SMR de Cuenca fue allá por el 91.Yo cantaba en el Orfeón Donostiarra y fuimos allí a hacer un programa con música de Bruckner. Posteriormente fui de público en varias ocasiones y luego en los años 2018 y 2019 dirigí sendos programas Bach, concretamente, una Misa en Si menor en el 2018 y una reconstrucción de la Pasión según San Marcos. Estaba también previsto dirigir allí en el 2020 otro programa Bach, pero se canceló por la pandemia. De modo que por la SMR de Cuenca he pasado de varias maneras: como cantante, como público y como director musical.

Su trayectoria como director entiendo que ha estado siempre ligada a los conjuntos corales.

Mi formación musical, en realidad, empieza como pianista, cuyos últimos cursos compagino con CCEE y Económicas; por razones familiares y laborales me aparté un tanto de la música hasta que volví a ello con la Música Antigua, con el clave, el bajo continuo. Y entonces, con unos treinta años, empecé a hacer dirección, que era una pasión que tenía desde siempre. Ya en los años 89-90 había empezado a dirigir formaciones corales. Y cuando retomé la música, con el clave, fundé un pequeño grupo, instrumental y vocal, que es lo que luego sería Conductus, el conjunto al que he ligado mi trayectoria profesional como director musical. Durante esos años seguí con mi trabajo en el mundo del mercado internacional del acero hasta que mi trayectoria laboral derivó hacia la educación, soy funcionario de conservatorio. En relación con la programación cultural, estuve trabajando ocho años para la programación oficial del Riojaforum en Logroño, diseñando la temporada de música clásica. Y posteriormente he organizado diversos ciclos en el País Vasco, como un ciclo Bach que se hizo durante cinco años en San Sebastián, en el mes de noviembre.

¿Cómo llegó a la dirección de la SMR de Cuenca, un festival decano por el que han pasado otras figuras importantes en la programación cultural de este país?

Cuando supe que la SMR iba a convocar un proceso público de selección para el puesto de director artístico pensé que mi candidatura podría encajar perfectamente pero en ningún momento en que el elegido pudiera ser yo. Presenté mi candidatura con mucha ilusión por entrar en contacto con un festival de la trayectoria y prestigio como la SMR pero, realmente, sin tener una esperanza fundada de que el puesto acabaría siendo para mí. De hecho yo estoy en excedencia en el conservatorio y tenía previsto volver a mi plaza. Para mí fue una gran y grata sorpresa.

Esta es ya la segunda edicion de la SMR Cuenca que usted programa, si no me equivoco.

Sí, eso es, esta es la segunda edición de la SMR Cuenca que yo programo. El primer ciclo que organicé fue el segundo ciclo de Adviento que había puesto en marcha Daniel Broncano, después llegó la edición 60 de la SMR Cuenca, seguido el tercer Ciclo de Adviento y aquí estamos ahora con la edición 61.

El Ciclo de Adviento, para quien no lo conozca, ¿qué es exactamente?

Es una propuesta relativamente nueva, sí. Es algo que surge como una necesidad en un doble sentido: tras dos ediciones de la SMR Cuenca que no se celebraron, por la pandemia, había una necesidad importante de conectar con el público. Y por otro lado, aunque nadie me lo ha confirmado como tal, entiendo que había también una necesidad administrativa, a la hora de no perder subvenciones que estaban adjudicadas y que había que ejecutar. La idea como tal de un Ciclo de Adviento creo que ya surgió de algún modo en tiempos de Cristobal Soler pero nunca se llegó a concretar hasta que lo hizo Daniel Broncano. Realmente es una manera de mantener el contacto con el público; cada edición ha incrementado sus cifras de asistencia y este año hemos colgado el cartel de no hay entradas en los cinco conciertos, incluso aumentando el aforo en los casos donde ha sido posible. Se ha vendido absolutamente todo, lo cual deja un regusto muy bueno de cara a la SMR Cuenca.

¿Cuáles serían los hitos de esta edición 61? Entiendo que uno de ellos es la Pasión según San Juan en versión escénica y que usted mismo dirige en el plano musical.

Sí, eso es. En un ciclo como este, en torno a la Semana Santa, una Pasión no digo que sea algo obligado pero sí que es un hito importante. La Pasión según San Juan es la obra más interpretada en la historia de la SMR Cuenca pero el 300 aniversario de la pieza nos invitaba a programarla de nuevo. Eso sí, buscando darle una proyección distinta, hemos querido proponer una versión escénica, eso sí, siempre al servicio de la música, que es lo que debe estar siempre en primer plano. No se sacrifica nada en lo musical para poner en escena la obra.

¿Quién es el responsable de la propuesta escénica? ¿Es producción propia de la SMR Cuenca?

La propuesta la firma un coreógrafo británico, Peter Leung, que había hecho ya la obra anteriormente en Canarias y en Ámsterdam.

Como novedad también, en esta edición de la SMR Cuenca, destaca la puesta en marcha de una formación orquestal propia.

Sí, así es. Esto es algo que en su día yo incluí de forma destacada en mi proyecto para la SMR Cuenca. Me parecía interesante que el festival dispusiera de una formación a la que encargarle una obra en concreto; esto es algo habitual en otros festivales, si bien con otra dimensión, porque nuestro presupuesto está a años luz de casos como Budapest o Lucerna. Pero igualmente es interesante contar con una formación propia. Y además, en el caso de esta Pasión según San Juan, era absolutamente inviable pedirle a cualquiera de los conjuntos que están en gira con este repertorio que viniera a Cuenca todos los días que son necesarios para ensayar con la parte escénica. Contar con una formación propia nos da esa libertad e independencia, tanto a la hora de escoger el repertorio, sin estar supeditados a lo que el mercado de las giras disponga cada año, como a la hora de manejar un calendario más flexible para proyectos como el de esta Pasión.

¿Qué otras citas destacaría de la 61 edición de la SMR Cuenca?

Realmente hay cuatro citas grandes, completadas después con pequeñas joyas. Por un lado está el homenaje a Fernando Zóbel con la Orquesta de RTVE, el miércoles 27, en un programa de música del siglo XX y XXI, íntegramente española e incluyendo la obra encargo de este año, encomendada a Santiago Lanchares. Después hay tres citas con tres grandes clásicos del repertorio de la Semana Santa: el jueves tenemos el Requiem de Fauré, en ocasión del primer centenario de la muerte del compositor; el viernes está la Pasión que ya hemos comentado; y el sábado está La Creación con la Orquesta Barroca de SEvilla y el Coro de la Comunidad de Madrid, dirigidos todos por Andres Spering.

Entiendo que optar por un contenido propio en la programación, al margen de la mera dinámica de giras de formaciones internacionales, es una manera de significarse como festival pero también supone complicarse la vida.

Sí, sin duda. Yo conozco muy bien este mercado de las giras internacionales, desde ambas orillas. Normalmente la presencia de un grupo de prestigio internacional suele ser garantía de calidad, pero esto no siempre es así, no sucede en el cien por cien de las veces. Y no puedes hipotecar un tercio de un presupuesto, o más, para contar con una formación que te va a hacer un concierto de los dieciséis que tienes que abordar. En este sentido creo que hay que reivindicar el talento nacional porque, no nos engañemos, estos músicos que propongo son gente que, muy habitualmente, está tocando precisamente en esas mismas formaciones internacionales que comentaba.

¿Con qué otras pequeñas joyas, como usted decía, se completa la programación?

Está por ejemplo el Cuarteto Manderling, que es una formación de nivel estratosférico; lo mismo que Ensemble Janequin y Les Sacqueboutiers de Toulouse para hacer la música de Pierre de la Guerre, son una auténtica referencia; la pianofortista japonesa Yasuko Uyama Bouvard quizá no tenga la proyección mediática de otros colegas pero es realmente sobresaliente; y lo mismo las propuestas de Hippocampus, Delirivm Musica, La Spagna o Vocalia Taldea. Con todo creo que hemos conformado una propuesta realmente rica y variada que espero que sea del gusto del público que se acerque a compartirla con nosotros.

Foto: © Santiago Torralba