Parole, parole
Palabras malditas. Luca Chiantore. Musikeon Books. Barcelona, 2021
Vuelve Luca Chiantore a la palabra, que lo es todo, tras su anterior "Escribir sobre música", editado también por Musikeon Books, hace ya cinco años, convirtiéndose en un referente para todo aquel que quiera juntar algunas líneas sobre este arte. En esta ocasión, el musicólogo italiano concretiza y se (nos) sumerge en una terminología específica, que a más de uno y de una nos ha producido, a buen seguro dolores de cabeza en algún momento.
No seré precisamente yo quien lleve a la RAE por bandera en toda ocasión, pero de momento es la que tenemos y en el estado que la tenemos. Y por lo pronto, hoy en día, ni lo tétrico es algo siniestro, ni lo bizarro cosa rara, por más que nos empeñemos. Tampoco, en la música, un bis es lo que pretende apuntarse como propina en muchas ocasiones, ni, por ejemplo, vocalizar tiene por qué suponer cualquier forma de cantar o una referencia a la dicción. Al mismo tiempo, hay quien sigue hablando de "música clásica y ópera", como si lo segundo no formase parte de lo primero. Son sólo unos ejemplos, muy superficiales, de cómo, más a menudo de lo que parece, no reparamos en nuestra forma de hablar, de escribir, de expresarnos. Chiantore, en paralelo a su labor como docente y pianista, con numerosos escritos en torno al teclado, regresa a la reflexión de la palabra y nos obliga, con él, a pensar. Quienes nos dedicamos a hablar de música, volvemos, una vez más, a estar en deuda con él.
Divide sus "Malditas palabras" en tres partes diferenciadas. En la última de ellas, de hecho, entra de lleno en un debate que tiene ya mucho tiempo: el concepto de "música clásica" y su mayor o menor idoneidad. No revelaré aquí su postura, pero diré que la comparto, máxime después de leerle. Antes, en una primera sección, la más extensa, el autor disecciona, retuerce, exprime palabras que siempre han generado cierta controversia, o al menos debate en el sector. Son diez: Inspiración, talento, genio, esencia, musicalidad, clasicismo, estilo, sentimiento, creatividad y versión. Chiantore nos hace movernos alrededor de ellas, perdiendo la visión monofocal que solemos tener de las mismas, buceando en su contenido y en sus posibles acepciones y aplicaciones.
Lo hace desde un enfoque actual, tan certero e ilustrado como llano en la forma de expresarlo, de ejemplarizarlo. Encontramos numerosas referencias "clásicas" (¡mucho respeto me da ya utilizar según qué terminos en esta reseña!), pero también muchas otras que alcanzan otros géneros. Así, por ejemplo, en el intermezzo del libro, asistimos a una reflexión sobre lo complejo, de manos de una comparativa entre Beethoven y Justin Bieber que circuló por redes sociales hace un tiempo. Sin duda, uno de los puntos fuertes de este compendio es la forma cercana, con la que el lector puede conectar de forma tan rápida, empleada y buscada por Chiantore. Quitar telarañas, quitar gravedad, sin dejar de invitarnos a reflexionar, desde el presente y sin atalayas. A continuación, tiende puentes a través un temazo veraniego como Despacito, de Luis Fonsi. Sin complejos. Como debe disfrutarse la música. Cada música. Y cada lectura. Estas palabras son un tanto malditas, sí, pero en este volumen se disfrutan de principio a fin.
Foto: Musikeon Books.
