libro musica represion politica

La música os hará libres 

Música y represión política. De la Alemania nazi a la España franquista. Enrique Téllez (coord.) EdictOrália Música. Valencia, 2021.

 

El sello EdictOrália Música presenta un sugerente volumen bajo el título de Música y represión política. De la Alemania nazi a la España franquista. El libro reúne textos del fallecido Juan José Olives (impulsor del Grupo Enigma, en Zaragoza), de Joan B. Llinares (Universidad de Valencia), Elsa Calero Carramolino (Universidad de Granada) y Enrique Téllez (Universidad de Alcalá), junto a obra gráfica de la artista Isabel Bacardit.

Se trata de cuatro estudios en torno a diversos escenarios pero siempre con un denominador común: la imbricación entre la represión política y la propaganda musical. Esto es, el modo en que dos régimenes políticos de índole autoritaria, como la Alemania nazi y la España de Franco, hicieron uso de la música como un elemento para moldear la conciencia colectiva y generar una identidad común, siempre desde la segregación y la exclusión, tendiendo a la eliminación del adversario y su discrepancia como pauta general.

En la práctica, como estos cuatro estudios muestran, ambos régimenes políticos crearon un corpus musical propio, una suerte de ortodoxia en torno a la que cabía ordenar lo permitido y lo prohibido, lo autorizado y lo condenado, lo digno y lo indigno incluso, aquello en fin que podía calficarse de arte y aquello que no

El estudio de Juan José Olives reflexiona sobre el fenómeno de la Entartete Musik (Música degenerada) del régimen nazi, a partir de Un superviviente de Varsovia, obra de Arnold Schönberg compuesta por encargo en 1947, durante su exilio en Estados Unidos.

Por su parte, el trabajo de Joan B. Llinares hace pie en los textos de Jorge Semprún acerca de su estancia como deportado en Buchenwald para recapitular la vivencia de la música en un campo de concentración, apuntanlándo la tesis de que existe una música de afán y efecto liberador, en confrontación precisamente con la oficilidad del discurso institucional.

El texto de Elsa Calero se adentra en la vivencia musical que pudo experimentarse en las cárceles españolas, indagando en el modelo penitenciario del franquismo, observado aquí desde las teorías de Foucault sobre las prisiones. Calero repasa de modo particular el caso de Eduardo Rincón (Santander, 1924), para quien la experiencia de su militancia política, el exiliot y la prisión fueron razón determinante para su producción musical.

Finalmente, el trabajo de Enrique Téllez -que ocupa más de la mitad del volumen, dicho sea de paso, en un reparto un tanto desigual de las páginas del mismo- revisa un amplio panorama de documentos en torno al binomio música y barbarie, en una cronología que abarca desde 1933 a 1945. El propio Téllez, compilador de los textos reunidos en este libro, repasa así un vasto corpus de documentación en torno a diversos escenarios y fenómenos, como el campo de concentración de Dachau, las juventudes hitlerianas o la música republicana española en Mauthausen. 

En conjunto, estamos ante un volumen de manifiesto interés y de extraordinaria valía documental. De todos los textos, curiosamente es el de Téllez el que resulta a la postre más farragoso, por su excesiva extensión y por su aliento excesivamente documental. Su texto ronda las 200 páginas, frente a las 30 de extensión media que tienen los demás trabajos.

Los tres ensayos anteriores, en cambio, tienen la virtud de la síntesis y representan valiosas aportaciones sobre casos concretos, algunos más conocidos y ponderados, caso de Semprún, y otros mucho menos difundidos, caso de Eduardo Rincón. Téllez ha logrado reunir aquí una panoplia variada y muy representativa del complejo engranaje que se dio entre música y represión política durante los años 30 y 40, al calor del auge en Europa de los regímenes autoritarios.