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Los Músicos de su Alteza abren el Universo Barroco del CNDM con "Coronis" de Sebastián Durón

El domingo 27 de octubre (19 horas), el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) inaugura su ciclo Universo Barroco en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música de Madrid con el estreno en tiempos modernos de la ópera Coronis, atribuida al compositor Sebastián Durón y al dramaturgo José de Cañizares. Los encargados de darle vida serán el conjunto Los Músicos de Su Alteza, dirigidos por su fundador, Luis Antonio González, junto a un elenco que reúne a buena parte de las mejores voces femeninas del actual Barroco español: las sopranos Olalla Alemán, Estefanía Perdomo, Eugenia Boix y Aurora Peña, la mezzosoprano Marta Infante y dos voces masculinas, la del tenor Diego Blázquez y el barítono José García Aréjula

Según expone el director Luis Antonio González: “La pieza que hoy llamamos Coronis es una obra llena de misterios, a pesar de la erudición de algunos estudios realizados. [...] Tanto en el texto como en la música Coronis presenta algunos contrastes estilísticos que podrían hacer pensar en una autoría múltiple, es decir, que en el libreto y la música hubieran podido colaborar diversos ingenios. No sería la primera ni la última vez en la dramaturgia musical española. En todo caso, desde el punto de vista estilístico, que es el principal asidero hoy existente a falta de documentación al respecto, y conectando circunstancias históricas ya conocidas, puede atribuirse la música, al menos en su mayor parte, a Sebastián Durón; también puede pensarse que el libreto o parte de él sea obra de José de Cañizares, que colaboró con Durón en varias producciones desde Salir el Amor del mundo (1696). Cuestiones métricas, giros particulares y la caracterización de algunos personajes como los graciosos parecen apuntar a Cañizares, buen conocedor del teatro calderoniano y, posteriormente, colaborador de los grandes músicos españoles para el teatro en la primera mitad del XVIII (Literes, Nebra…). Asimismo, los procedimientos constructivos, las líneas melódicas, la reiteración de ciertos intervalos con valor simbólico, el idiomatismo de las partes instrumentales, etcétera, señalan a Durón como autor —o principal autor— de la música. El hecho de que convivan maneras arcaizantes con elementos de rabiosa modernidad es, por otro lado, característico de Durón y de los buenos músicos de su generación, que están en activo en las últimas décadas del siglo XVII y principios del XVIII, una época en que los compositores españoles intentan, con mayor o menor fortuna, asimilar y hacer suyas las formas y técnicas que vienen de Italia —y también de Francia, no hay que olvidarlo—, sin renunciar a la tradición de composición hispánica”.

Su actividad durante los últimos veinticinco años avala a Los Músicos de Su Alteza como un  grupo de referencia en la recuperación e interpretación de la música barroca. En sus dos décadas y media de vida han rescatado de archivos españoles y americanos una buena parte del rico patrimonio musical hispánico de los siglos XVII y XVIII, partiendo de las investigaciones de su fundador y director Luis Antonio González. Compositores antes desconocidos o poco frecuentados, como Joseph Ruiz Samaniego (fl. 1653-1670) o José de Nebra (1702-1768), son hoy acogidos con enorme éxito en medio mundo gracias a la labor de Los Músicos de Su Altez, que han actuado con éxito en numerosos escenarios y en los más importantes festivales en España, Francia, Holanda, Bélgica, Suiza, Italia, Gran Bretaña, México y Estados Unidos, entre otros países.