En el 25 aniversario de la muerte de Alfredo Kraus: "Kraus, poeta"
Al evocar a Alfredo Kraus en el año del XXV aniversario de su desaparición podríamos resumir su firme credo artístico en un único rol, el de Werther, donde Kraus pondrá de manifiesto cómo construir y perfeccionar un personaje a través del tiempo. El Werther de Massenet fue asociado a Kraus ya desde su debut, en un rol que mantuvo en repertorio y en constante evolución durante 32 años hasta rozar la perfección (“que nunca se podrá alcanzar…” según le gustaba repetir). El Werther de Kraus es una referencia actual y el ejemplo de cómo un cantante “moldea” su voz para poder alcanzar todas las facetas de un rol sin traicionar la partitura.
En numerosas ocasiones Kraus mismo contó que, en 1951 y con 24 años, durante su segundo período de estudios en Barcelona con la maestra rusa Gali Markoff, había sido escuchado por la mezzo Conchita Velázquez. Será ella quien profetizará al joven tenor: “Tú te harás famoso cantando Werther…”. Cuenta Kraus que esta “profecía” lo dejó pensativo al no conocer por entonces la ópera completa de Massenet.
Alfredo Kraus, con 31 años, se encontrará con Werther en Italia. En marzo de 1959, y en su primer concierto en la RAI de Milán dirigido por Arturo Basile, el tenor interpreta un juvenil “Ah! non mi ridestar…” (Pourquoi me réveiller…) aria que conocemos gracias a un audio de la RAI. Tras esto, estudiará el rol completo en italiano a partir de 1964; más tarde lo hará en francés. Desde su debut escénico (Piacenza, 1966) hasta el último “Werther” en concierto (Berlín, 1998) Alfredo Kraus encarnará al poeta en 214 ocasiones. En agosto de 1979 realizará en Londres su única grabación de estudio, con Tatiana Troyanos como Charlotte y Michel Plasson en la dirección.
Entre 1966 y 1972, Kraus cantará “Werther” en italiano y no solo en Italia (Piacenza, Roma, Palermo y Bari), también lo hará en su primera vez en La Zarzuela de Madrid, Las Palmas de Gran Canaria y Málaga. En la edición de La Zarzuela de 1969, junto a Victoria de los Ángeles, ya lo debuta en francés y, por algunos años, cantará ambas versiones. El Werther de Kraus, en su versión original, será visto en EE.UU. (Chicago, Dallas, New York, San Francisco), Italia (Turín, Milán, Trieste, Nápoles, Florencia, Génova, Cagliari, Catania, Roma, Parma) y España (Valencia, Bilbao, Oviedo, Madrid, Barcelona, Sta. Cruz de Tenerife, Sevilla), así como en Lisboa, Londres, Montecarlo, París, Viena y Buenos Aires. En estas producciones, Kraus compartirá la escena con inolvidables intérpretes de Charlotte, como Victoria de los Ángeles, Virginia Zeani, Tatiana Troyanos, Viorica Cortez, Elena Obrastzova, Lucia Valentini -Terrani, Régine Crespin, Teresa Berganza, Renata Scotto, Frederica von Stade o Ileana Cotrubas, y será dirigido por Antonino Votto, Nicola Rescigno, Georges Prêtre, Miguel Ángel Veltri, Bruno Bartoletti, Richard Bonynge, Michel Plasson, Oliviero de Fabritiis o Alain Guingal, entre otros.
A partir de finales de la década del 60 no resultará extraño que, ante la pregunta de cuál era su ópera preferida o aquella que le había proporcionado mayores satisfacciones, Kraus respondiera al periodista: “Werther”. Y en cuanto al repertorio francés que interpretara, recordaba Kraus en 1992: “Desde que debuté tuve en repertorio “Faust” y “Manon” [y “Werther” y “Les Pêcheurs de perles”] contemporáneamente al repertorio italiano, y cantadas en italiano: así se usaba entonces en Italia. Pero Estados Unidos me empezó a pedir estas óperas en francés y ya no las canté más en otro idioma. Fui uno de los pioneros en que las óperas se comenzaran a cantar en su idioma original. Siempre se me pregunta por un estilo francés de canto, pero no creo que sea apropiado hablar de un estilo. Lo importante en la ópera francesa es el idioma, que hay que hacer muy inteligible. Es necesario que la gente entienda perfectamente lo que se está diciendo, comprender y seguir respetuosamente las indicaciones propias del bel canto… [1].
Al estudiar y deber construir un personaje tan complejo como Werther, psicológicamente extenuante por sus continuos cambios, ¿tuvo Kraus ejemplos precedentes? Esto lo comenta él mismo en una entrevista de 1984: “…Las referencias que yo tengo del “Werther” -por lo que he oído-, no en directo, porque desgraciadamente sólo he oído una actuación de Ferruccio Tagliavini y una actuación de un tenor, Campora…y eran interpretaciones distintas. La de Campora…no me acuerdo qué interpretación hacía. Ferruccio Tagliavini hacía una interpretación buenísima, sólo que era un poco más…bucólica, era un poco más blanda, más soñadora…Y yo creo que Werther precisamente mantiene las dos vertientes. Ese sueño del poeta y la realidad, la realidad dura, dramática, que en la ópera se encuentra continuamente una detrás de la otra. Y la otra referencia que tengo es la de Georges Thill, famosísimo tenor francés…Y en Georges Thill ocurre todo lo contrario -a mi modo de ver- que en Ferruccio Tagliavini; que era una voz demasiado dramática, entonces no podía sacar esas de tenor soñador, de voz soñadora, romántica, bucólica. O sea que estas son las dos vertientes… Porque yo, al hablar de Tagliavini, sigo la escuela de Tito Schipa. Tito Schipa pues no le oí yo en teatro nunca -desgraciadamente para mí-, pero sí he oído sus interpretaciones en disco del Werther; y le pasa -sólo que, a mayor categoría, a mayor clase, a mayor arte, a mayor maestría-…, le pasa exactamente lo mismo que a Ferruccio Tagliavini, a un nivel -repito- más alto, de gran maestro del canto, de gran cantante. Ya te llegas a olvidar si es tenor o lo que es, ni de su voz -que no tiene la menor importancia-, sino de lo que hacía con su voz y de lo que nos hacía sentir con su voz… Yo creo que yo he podido -por las características de mi voz- tocar un poco las dos vertientes…y encontrar un poco el equilibrio de lo que a mí me parece que es el personaje y de lo que a mí me parece que es la manera de cantar del Werther como poeta y como personaje humano" [2].
A través de los audios y videos de sus actuaciones y de las crónicas de los críticos y espectadores de su tiempo, el Werther de Kraus parecía poseer un cierto distanciamiento, el de un poeta “maudit”. El personaje en sí -que en cierto modo se asemeja a Oneguin pues ambos son “catárticos” para su entorno social- fue elaborado por Kraus hasta sus mínimos detalles. La adhesión a la palabra, al fraseo, a los colores y a la actitud misma en escena, inmóvil e intensa, con miradas lejanas, fue un trabajo constante, así como el de tratar de obtener ese “sonido enfermo” para el personaje del que Kraus habla en 1980: “Vamos a hablar de Werther, del Werther de Goethe, del Werther de Massenet, que le puso música, y del Werther de Kraus que le va a poner la voz. Todos estos factores han de ser tenidos en cuenta, para ser fiel a ellos, uniéndolos, agrupándolos. En ese momento se produce el resultado que el público juzga. En el momento de dar vida a un personaje debemos aclarar al público, que la obra, Werther, está escrita por Massenet, inspirada en el Werther de Goethe, y que yo, con la sensibilidad que poseo, debo crear un personaje veraz, auténtico, que llegue al público…” [3] Y completaba este concepto en 1992: “El físico es definitorio en un repertorio preferentemente romántico, como el mío. En Werther, por ejemplo… En un mundo donde el teatro hay que hacerlo creíble, es importante. Ahora, primero hay que cantar bien y después, como aditamento, viene el “physique du rol”. Si se tiene, por supuesto, mucho mejor…En mi caso no recuerdo cuándo se produjo el encuentro del cantante con el actor. Pero probablemente fue a partir del “Werther” que estrené en Piacenza, en italiano, en 1966. Es un personaje muy complejo en el que hay que profundizar y que tiene un morbo escondido difícil de proyectar porque nunca es exterior. Werther creo que es la interpretación más completa que hago en escena. También me sucede con Des Grieux de “Manon” de Massenet. No me limito a interpretarlos: soy ellos. Lo más difícil de Werther no es lo puramente vocal; lo peor es encontrar el modo de expresar su estado mental a través de la voz y las notas. Y eso nace del fraseo, del color vocal escogido. Hay que conseguir un sonido enfermo…” [3]
¿Qué testimonios han llegado hasta nosotros de la interpretación de Werther que hacía Alfredo Kraus? Conocida fue su reticencia al estudio de grabación, como dice en esta entrevista de 1986: “Yo sigo grabando a regañadientes porque el disco es una falsedad. Todavía sí se hiciera como antiguamente, que tenías que empezar la romanza y terminarla, todo de un tirón... Pero hoy día no, hoy te cortan en los sitios más inverosímiles, entre la Z y la O, o te cortan y luego te lo unen todo. Luego falta una unidad de expresión. No es lo mismo que empezar por la primera página de la ópera y coger un personaje e ir desarrollándolo poco a poco, también vocalmente, no sólo escénicamente. Todo eso falta en el disco, está muerto, está falto de vida…Por fortuna existe el disco pirata; eso sí que es la verdad, el documento para la posteridad.” [4].
En el caso del “Werther”, estos documentos “para la posteridad” superan en gran número a los de otras óperas por él interpretadas. En audio, además de su debut de 1966 en Piacenza, nos han llegado los de 14 producciones y conciertos sucesivos: Palermo y Chicago / 1971; Valencia / 1975; Milán / 1976; Florencia, Caracas y Chicago / 1978; New York 1979 y 1988; Londres / 1979; Parma / 1981; Barcelona / 1987; Oviedo / 1992 y Parma / 1995, así como el último Werther en concierto (Berlín / 1998). También hay testimonios del Werther de Alfredo Kraus en escena a través de videos y documentales -como Madrid / 1977 y 1996; París / 1984; Lisboa / 1990; Buenos Aires / 1991 o Barcelona / 1987 y 1992-. Estos 32 años de testimonios del héroe de Massenet visto por Kraus reflejan no solo el largo período en que el tenor mantuvo el rol sino que permiten también apreciar una constante búsqueda y evolución hacia un Werther total.
Con todos estos elementos que el artista grancanario supo construir, la fuerte impresión del Werther de Kraus dejó momentos imborrables en el público, tal como narra Gianguido Mussomeli al recordar la representación del Comunale de Florencia del 7 de febrero de 1978: “Al ver y al escuchar a Alfredo Kraus en el rol de Werther tuve claro, tal vez por primera vez, que significase la perfecta identificación de un cantante en un rol dominado y meditado hasta en los mínimos particulares. El tenor español actuaba con una elegancia natural y una gestualidad fluida y nunca fuera de lugar. Recordaré siempre, por ejemplo, su mirada angustiada y alucinada en la entrada del Acto III o como subrayaba, mediante mínimos gestos, ciertos puntos salientes de las estrofas de Ossian. Recuerdo también, en el Acto II, un gesto simple, pero de increíble eficacia trágica: Kraus, a un cierto punto del monólogo, recogía del suelo una hoja seca y la desmenuzaba entre los dedos al decir la frase “Voilà ce qu’on nomme morir…”. Algo trivial pero que daba verdaderamente una impresión increíble por la perfecta adhesión entre palabra, sonido y gesto. Vocalmente, Kraus utilizaba su instrumento para buscar una infinita variedad de matices dinámicos y de inflexiones expresivas. Superfluo hablar luego de la seguridad y del brillo de las notas agudas. Pero aquello que fascinaba del intérprete por sobre todo era la elegancia estilizada y aristocrática, absolutamente necesaria para interpretar, de manera verosímil, un personaje idealizado como es el héroe de Goethe. La expresividad de Kraus en Werther era una expresividad que rehuía los efectos fáciles logrando igualmente enardecer al público. Recuerdo aún, como si fuera hoy, los 7 u 8 minutos de ovaciones y ruegos de bis después del “Pourquoi me réveiller…” y el triunfo final, obtenido también por Lucia Valentini-Terrani, una protagonista perfectamente en grado de hacer frente a un intérprete de aquel calibre. El Werther de Kraus, que luego tuve la ocasión de volver a ver en 1980 en la Scala y en 1982 -cuando la producción del MMF fue repuesta- permanecerá siempre en mi memoria como una de las interpretaciones más fascinantes que haya tenido ocasión de ver y escuchar en teatro.” [5].
Notas:
[1] 1992 - Entrevista de Juan Antonio Muñoz / Ópera Actual, diciembre.
[2] 1984 – Entrevista de José Luis García del Busto / RNE 2, abril.
[3] 1980 – Entrevista de Luciano González Sarmiento / Música en España, diciembre.
[4] 1986 – Entrevista de AA.VV. / Scherzo, septiembre.
[5] 2008 – Recuerdos de Gianguido Mussomeli / Blog Mozart2006.