Bajada de tensión
Bilbao (21/01/2023) Palacio Euskalduna. Mozart: Così fan tutte. Vanessa Goikoetxea (Fiordiligi), Serena Malfi (Dorabella), Itziar de Unda (Despina), Xabier Anduaga (Ferrando), David Menéndez (Guglielmo) Pietro Spagnoli (Don Alfonso) Coro de Ópera de Bilbao. Euskadiko Orkestra. Dirección de Escena: Marta Eguilior Dirección Musical: Óliver Díaz.
En ocasiones, la tensión eléctrica baja y todos los aparatos que dependen de ella se resienten o incluso fallan. Nada funciona como debiera y sentimos que algo que ya es básico en nuestra vida nos falta mientras dura la avería. Algo así ocurrió el pasado sábado en el estreno de la nueva producción de ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera) para una de las obras maestras de Wolfgang A. Mozart como es Così fan tutte.
Y es que el reconocido director Óliver Díaz planteó una lectura de la ópera que produjo una tensión tan baja que toda la representación se resintió. Díaz eligió unos tempi extremadamente lentos, recreándose en los abundantes momentos líricos que posee esta partitura. Pero esa concentración, con volúmenes acústicos de la orquesta muy bajos (algo que siempre agradecen los cantantes), lastró el ritmo de la música mozartiana, que perdió el alma, la chispa, el espíritu que la hace maravillosa.
No hubo brillo y si en el Così no resplandece todo, la ópera se convierte en una sucesión de números musicales lejos de la unión conceptual que crearon Mozart y Da Ponte. El director ovetense estuvo atento al escenario (aunque hubo evidentes desajustes), buscando matices, procurando algunos momentos de más brío, pero el resultado final no hizo, ni de lejos, justicia a esta obra maestra. La Euskadiko Orkestra siguió las directrices del podio pero tampoco podemos hablar de un sonido deslumbrante, sino más bien opaco, tan mate como toda la representación.
El bajo tono musical repercutió, cómo no, en el resultado vocal, no tanto en el rendimiento de los cantantes, que ahora analizaremos, sino en las distintas escenas, en las que por muy bien que cantaran los protagonistas el alma mozartiana no aparecía. La primera víctima de esto fue ese maravilloso trío que es Soave sia il vento, una de las melodías más bellas que escribiera el salzburgués y que en esta ocasión pasó sin pena ni gloria pese al buen trabajo de los tres cantantes. También varias arias no brillaron como deberían, aunque el rendimiento vocal de la representación fue bastante aceptable. Sobre todo en dos voces, las dos de la tierra, dos cantantes vascos (aunque Goikoetxea naciera en EE.UU.) de altísimo nivel.
Vanessa Goikoetxea posee una voz de bello timbre, con matices oscuros que le dan una personalidad propia y muy reconocible. Dibujó una excelente Fiordiligi, eso sí lastrada por el foso y por una puesta de la que luego hablaremos. De sus múltiples intervenciones, en las que siempre demostró su dominio de la coloratura y la seguridad en toda la tesitura, destacaría su gran intervención en esa aria de bravura que es Come scoglio donde estuvo bien acompañada por Díaz.
Gran trabajo también de Xabier Anduaga, que cada vez se afianza más como un cantante de primer nivel. Aunque tiene una voz de gran proyección y volumen, sabe también matizar y adaptarse al estilo mozartiano sin ningún problema. Como ejemplo la muy aplaudida Un’aura amorosa cantada con indudable clase y belleza.
Serena Malfi es una mezzo que tiene un timbre oscuro no muy atractivo, pero al que saca buen partido en esta ocasión por su acertada manera de abordar su trabajo como Dorabella. Sin brillar especialmente, estuvo siempre muy correcta, defendiendo con buenos resultados sus intervenciones. Menos destacado el Guglielmo de David Menéndez, quizá el mejor actor de la noche junto a Despina, pero al que lastra unos sonidos poco agradables en su canto, muy alejados de la elegancia que la escritura mozartiana exige.
A muy buen nivel del Don Alfonso de Pietro Spagnoli un cantante de larga trayectoria y que sigue manteniendo una línea de canto atractiva y de fuerte personalidad. También demostró sus cualidades Itziar de Unda como Despina. De Unda es una comprimaria habitual en las funciones de ABAO y demostró que se le pueden encomendar papeles de más enjundia porque su desempeño vocal y actoral se lo merecen. Colgada de un columpio (como todo en la producción, no sé sabe muy bien por qué), cantó con clase su aria Una donna a quindici anni.
ABAO ha confiado su nueva producción de Così a la directora de escena bilbaina Marta Eguilior. Esta plantea el drama jocoso que idearan Da Ponte y Mozart con una puesta que escénicamente hablando (y que sirve para toda la representación) pretende estar dividida en dos partes y que en realidad es un bosque que tiene en una parte un suelo ajedrezado y una tienda de campaña tipo turco de donde salen y entran los personajes como si simulara casa de las hermanas protagonistas (aunque pueden aparecer por allí unos albaneses o un médico).
La idea dominante es la magia (como mago aparece Don Alfonso), la adivinación, el tarot, como si los protagonistas estuvieran a merced del azar y la suerte. Pero la sensación general que produce su trabajo es de inanidad, de prescindible y de aportar nada a la obra.
El vestuario y el atrezzo nos sitúa entre los siglos XIX y XX pero eso no cambia absolutamente nada, es un detalle, como la aparición constante de un actor con enanismo que hace la función de ayudante y que tiene distintos menesteres complementarios en el movimiento actoral, de por sí, bastante rutinario. Hay que reseñar como positivo que la escenografía sea cerrada y esté muy cerca de la corbata del escenario del Euskalduna, lo cual tiene la virtud de que las voces se oigan perfectamente, cosa que no ocurre muchas veces en este espacio escénico.
Por último, reseñar que el público del estreno aplaudió con ganas a todos los participantes, especialmente a Goikoetxea, Anduaga y Díaz.
Fotos: © E. Moreno Esquibel
