ABAO Bilbao Opera. Tosca 2023 E. Moreno Esquibel 4925 

La lentitud hecha virtud 

Bilbao. 18/02/2023. Palacio Euskalduna. Puccini. Tosca. Oksana Dyka (Tosca), Roberto Aronica (Cavaradossi), Gabriele Viviani (Scarpia). Coro de Ópera de Bilbao. Orquesta Sinfónica de Bilbao. Dirección de escena: Mario Pontiggia. Dirección musical: Pedro Halffter.

Cuando un director musical decide aplicar unos tempi más lentos de lo habitual suele lograr efectos más espectaculares, la apreciación de detalles que en otras ocasiones pasaría inadvertidos, y un aroma más lírico en general. Pero también corre el peligro que la tensión dramática decaiga y que un ambiente plomizo se apropie de la velada. Pedro Halffter es, a mi entender, uno de los directores más destacados del panorama nacional, considerándolo un verdadero especialista en el repertorio alemán, la ópera del siglo XX y Puccini. En los años que dirigió el Teatro Maestranza de Sevilla demostró esas cualidades que para un aficionado son fundamentales: conocimiento concienzudo de la partitura, riesgo a la hora de introducir nuevos repertorios sin perder de vista los clásicos, y una clase y calidad en el gesto que proporciona momentos memorables en la interconexión con la orquesta. La Tosca de Halffter es especial, apasionada cuando es necesario e intensamente lírica en las partes más lentas. El ritmo, retenido, nunca pierde la tensión y aunque supongo que para los cantantes supone un esfuerzo seguirlo, los resultados son especialmente bellos. Así ha vuelto a ser en la Tosca que se estrenó el pasado sábado, día 18, dentro de la temporada de ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera) acompañado, esta vez por una Orquesta Sinfónica de Bilbao especialmente entregada, brillante en todas sus secciones, especialmente en la cuerda, pero también en el viento, con unas trompas de gran nivel. Ha sido el alma de la representación y su visión de la obra maestra de Giacomo Puccini ha recibido el aplauso unánime del público.

Sobra decir a estas alturas que Tosca es una ópera de pura pasión y fuego, avivada por tres personajes muy bien dibujados tanto musicalmente como en el libreto que crearan Giuseppe Giacosa y Luigi Illica con la siempre imprescindible participación del propio compositor. En estas representaciones programadas por ABAO la protagonista es la soprano Oksana Dyka. Poseedora de un instrumento de indudable volumen y amplitud y de un fiato espectacular, sube con facilidad al agudo, aunque puntualmente suene gritado. Frasea con gusto, pero realmente nunca arrebata, aunque tanto en el famoso Vissi d’arte como al final de la representación fue calurosamente aplaudida por el público. El papel del amante de Tosca, Mario Cavaradossi, estaba a cargo de Roberto Aronica, fiel seguidor de la auténtica tradición italiana de este rol tan heroico. Siempre competente y profesional, con buen volumen y un agudo convincente,brilló especialmente en el dúo del primer acto y en la celebérrima E lucevan le stelle, esa maravilla creada por Puccini para el tenor protagonista.

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Muy destacado el Scarpia de Gabriele Viviani, que supo jugar sus bazas con gran inteligencia. Quizá el papel del malo de la ópera necesite una voz de más peso, pero Viviani es un actor magnífico y un consumado cantante que sabe matizar y dar ese aire malvado y maquiavélico que su rol demanda. Sin ningún problema en toda la tesitura, su desempeño se puede calificar de excelente. Correctos los comprimarios, entre los que destacaría el Spoletta de Moisés Martín aunque todos cumplieron sin problemas con sus papeles. Buen trabajo del Coro de Ópera de Bilbao, apoyado en esta ocasión por la Leioa Kantika Korala, que dio el necesario empaque vocal al famoso Te deum que cierra el primer acto.

Mario Pontiggia es el responsable de la producción, procedente del Teatro Massimo de Palermo y que podríamos denominar de “lujo clásico”. Perfectamente este trabajo se podría haber firmado hace cincuenta años, pues la idea de innovación teatral es nula. Hay excelentes decorados, lujoso vestuario y adecuada iluminación. Abundan los figurantes y todo está donde debería estar, no hay que imaginar nada, se nos muestra todo. Estoy seguro que a muchos aficionados esto es lo que les gusta, una producción que sea fiel a la ópera y que sea vistosa. Pero, creo, que una puesta en escena, y más terminando el primer cuarto del siglo XXI debe aportar algo más, forzar un poco al espectador. Pero eso cuesta y, además, esto solo es una opinión.

Ver y oír Tosca siempre es un placer, por mucho que sea de las obras más representadas. La pasión y el arte de Puccini siempre arrebatan, y si además están tan bien traducidos por el foso, como en esta ocasión, es una estupenda experiencia.