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Michelada de Camarena

Madrid. 30/07/2024. Noches del Botánico. Obras de Hèrold, Gounod, Flotow, Verdi, Rossini, Denza, Tosti, Chapí, Sorozábal, Márquez, Carrillo, Pouz, Dominguez y Fuentes. Javier Camarena, tenor. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Iván López Reynoso, director. 

Nunca se había hecho, y Javier Camarena ha sido el encargado de ser el primer cantante lírico que actúa en el ciclo Noches del Botánico en Madrid, y no se podía haber contado con alguien más apropiado. En un entorno ajardinado, lleno de puestos de mercadillo y food trucks; y en un escenario al aire libre, con sonido amplificado, y para un público amplio y muy diverso, Camarena refrescó la calurosa noche, aparte de con su canto, con su cercanía, su comunicatividad y simpatía, algo absolutamente necesario para este tipo de conciertos. El cantante mejicano, por su modo de ser, es perfecto para romper barreras, y se acercó de manera cariñosa y adecuada al público asistente con sus justos y medidos comentarios y bromas. Además Camarena tiene buena afinidad y especial cercanía con el repertorio mas ligero tan necesario en este tipo de actuaciones, dando buena cuenta de ello en la segunda parte. 

Por debajo de la siempre artificial capa que da la ampliación -en este caso además no siempre del todo bien resuelta- se escuchó a un Camarena en muy buena forma. En un programa largo, y dándolo todo, el cantante mejicano estuvo dominador, seguro y resuelto; la voz llegó nítida con la belleza inherente de su timbre, y con el especial desahogo que siempre ha caracterizado al cantante mejicano en sus mejores noches. Particularmente destacable en este caso la holgura y facilidad con la que se le escuchó en el agudo, como en los bellos e intensos Si bemoles en el aria Ah,lève toi soleil del Romeo et Juliette de Gounod con la que comenzó el recital; o el muy largo y timbrado agudo conclusivo en la Tarantella napolitana rossiniana. Remarcable también la forma de regodearse de forma notoria con un magnífico Do4 conclusivo en la canción Chitarrata abruzzese de Tosti. 

 
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En Funicullì Funicullà, Camarena supo mover la voz con la agilidad debida, aunque mejor en este aspecto aquí que en la cadencia conclusiva de La donna è mobile. Además el cantante estuvo muy implicado en el decir, en el ‘contar’ el texto; acentuando en bastantes momentos con intención, y cuidando el fraseo de forma bella y suficientemente variada, como demostró en el aria M’apparì, bien que quizá algo falta de más legato. 

Estupendas las dos piezas zarzuelísticas, cantando Mujer de los ojos negros de forma bellamente expuesta y resuelta de manera apropiadamente libre y ornamentada, compensando el único momento de veladura momentánea en la voz de toda la noche; y, sobretodo, un intenso y bien plantado No puede ser de Sorozábal pleno de energía con el que concluyó la primera mitad del recital. 

La segunda parte estuvo dedicada al bolero y la canción mejicana, contando en este último apartado con la intervención del grupo mariachi “Sol de América”.  Camarena supo dar a cada bolero el color apropiado, y supo establecer el apropiado clima inherente a cada pieza de forma sobresaliente, y en el apartado mejicano hacer un verdadero alarde de cómo realizar falsetes timbrados y larguísimos con un fiato descomunal.

La Orquesta de la Comunidad de Madrid estuvo atenta y profesional durante toda la noche, aunque  no anduvo particularmente beneficiada en el sonido por la no del todo feliz amplificación. Por cierto, curioso error en el programa, donde se anunciaba la Danza de las horas de la Gioconda de Ponchielli, sonó la obertura de La Cenerentola rossiniana.

Seguro y práctico, Iván López Reinoso en la dirección, destacando sobretodo en un Danzón 2 de A. Márquez bien planificado, además de acompañar a Camarena con justeza y general buen tino. Esperemos que el éxito de la propuesta, anime a repetir la fórmula en sucesivas ediciones, y pueda contribuir, así, a crear quizá nueva afición. 

Fotos: © Victor Moreno