Artes cogidas de la mano
31/10/2024. Palacio Euskalduna, de Bilbao. H. Shore: The Lord of the Rings: The Two Towers. (Banda Sonora Original). Grace Davidson (soprano), Xabier Soto (voz infantil), Sociedad Coral de Bilbao. Escolanía de la Sociedad Coral de Bilbao. Orquesta Sinfónica de Bilbao. Dirección musical: Ben Phelps.
Lo primero que me llamó la atención al conocer este concierto fue la propuesta misma de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa: reproducir la película Las dos torres (2002), segunda parte de la trilogía El señor de los anillos e interpretar su banda sonora en directo. La película que Peter Jackson construyó con pulso firme pasa por ser una de las referencias obligadas cinematográficas no ya solo de las últimas décadas sino de la historia del cine. Lo segundo a reseñar, que reconozco me sorprendió menos, fue ver el tipo de espectador distinto que se acerco al Palacio Euskalduna. Por poner un pequeño ejemplo, apenas tres filas por delante de mí se presentó una cuadrilla de ocho jóvenes, de unos treinta años, que entraron como el que entra en un cine, y que miraban el entorno (el mismo palacio, la disposición de la orquesta y de los grupos corales) como –permítaseme la expresión- las vacas miran al tren. Eran, evidentemente, forofos de la película y la querían vivir de forma distinta. Y acertaron.
Lo tercero fue el observar lo desubicado que se sentía parte del abonado de la BOS, sobre todo el de cierta edad, incapaz de seguir los avatares de enanos, humanos, elfos, orcos ents y demás tribus que salen en la película. Varias personas aceptaban, en el intermedio, ser incapaces de entender el desarrollo del film. Finalmente, el último aspecto a apuntar es el ver el palacio lleno hasta la bandera; más allá de que algunos espectadores mantuvieran algunas costumbres atípicas en una sala de conciertos –por ejemplo, salir en la mitad del mismo y volver del servicio muy poco después- no deja de ser una gozada vivir una experiencia así.
Tras las sorpresas, vengan los reconocimientos: me encanta la trilogía de El señor de los anillos. La viví en su estreno en las salas cinematográficas y fue una experiencia maravillosa; luego viví una experiencia muy friki cual fue visionar las más de diez horas de la trilogía de forma ininterrumpida en una casa particular con un buen amigo; y luego, a través de la televisión he podido verlas en más de una ocasión, así que puedo decir que sabía a lo iba y que fui muy interesado. Y acerté.
Y eso que no sé muy bien si fui al cine o a un concierto, aunque creo que esto es lo de menos. Y tras las más de tres horas de película-concierto me persigue la misma duda. En lo que no me cabe duda alguna es que la experiencia fue fascinante y que la BOS ha vuelto a acertar con una propuesta distinta, atrevida y que ha dado un resultado extraordinario.
Musicalmente hablando lo primero que hay que reconocer es que la labor de Ben Phelps fue digna de encomio. Fundamentalmente porque este formato, además de la propia labor musical, exige una coordinación extra con el desarrollo de la película –que se ofreció en versión original con subtítulos en castellano y euskara- y en este sentido no creo quepa mayor elogio que decir que, por momentos, me olvidé que la orquesta y los coros estaban actuando en directo, tal era el ensamblaje conseguido.
Al modo wagneriano la partitura enlaza distintos motivos musicales -el de Rohan, el de Eowyn, el de Rivendell y tantos otros- y en el momento de la batalla final, la del abismo de Helm, la percusión alcanza una relevancia inaudita hasta convertir la escucha de la partitura en algo esforzado.
Por poner algún pequeño pero, comentar que en algunos momentos la intensidad de la orquesta llegaba a mitigar las voces de los actores, cuestión que se arreglaba en pocos segundos. Y quizás mi mayor pega sea que la voz de la soprano Grace Davidson estuviera amplificada sin disimulo alguno por lo que cualquier valoración de la misma queda supeditada a tal circunstancia. Eso sí, sonaba adecuada al evento, dulce, bien emitida. Lo mismo con la voz de Xabier Soto, tiple de la Escolanía de la Sociedad Coral de Bilbao y que tuvo una intervención muy aplaudida.
Porque los dos coros tuvieron una labor ímproba y lo cierto es que imagino habrá sido para ambos una experiencia muy grata estudiar e interpretar esta partitura. Brillantes la Sociedad Coral de Bilbao y su escolanía, recibiendo ovaciones cerradas y sinceras al término del concierto. Pasadas las once de la noche, con algún que otro espectador disfrazado para la noche de Halloween, camino de casa solo pensaba que se había conseguido, a través de la fusión entre cine y música, juntar a mucha gente para disfrutar de un compositor que, ahora lo advierto, todavía no lo he mencionado, lo que no deja de ser profundamente injusto: Howard Shore.