Savall_PhiliippeMatsas.jpg© Philiippe Matsas 

Un paraíso coral

Barcelona. 08/05/2025. Auditori de Barcelona. Schunmann: Das Paradies und die Peri. Lina Johnson y Johanna Rosa Falkinger, sopranos. Marianne Beate Kielland, mezzosoprano. Kieran Carrel y Ferran Mitjans, tenores. Manuel Walser, barítono. Nicolas Brooymans, bajo. La Capella Nacional de Catalunya. Le Concert des Nations. Jordi Savall, dirección musical.

Basado en un poema narrativo de Thomas Moore incluído en Lalla Rokh, Das Paradies und die Peri tiene reminiscencias de Mozart (Zauberflöte), Beethoven (Fidelio) y Mendelssohn. En 1835 Schumann conoció a Felix Mendelssohn y a Chopin. La influencia del primero fue notable pero paradógicamente tuvo un efecto retardado, de manera que cierto clasicismo mendelssohniano no fue percetible en Schumann hasta la década de 1840. En 1841 Schumann se centró en la música orquestal y Mendelssohn le estrenó la Primera Simfonia, La primavera, en la Gewandhaus de Leipzig. Al año siguiente Schumann dirigió su atención hacia la música de cámara y estudió obras de Haydn y Mozart. Tal vez esta carga clásica es la que atrae a Jordi Savall (que ya dirigió una sinfonía de Schumann en otoño en el Auditori) hacia este oratorio profano escrito entre 1843 y 1845.

La ejecución mostró rápidamente los haberes y los deberes del conjunto. La orquesta fluyó dúctil desde el principio, aunque las cuerdas no son refinadísimas desde el punto de vista del virtuosismo y ejecutaron ciertas secuencias rápidas de un modo un tanto aproximativo (en la introducción y en Verlassener Jüngling). Se percibía una notable tensión interpretativa (sobretodo en el coro, por ejemplo en O Land der Sonne) pero los cantantes quedaban sepultados fácilmente por el sonido orquestal. Las maderas dialogaron bellamente con el cuarteto solista en la segunda parte (Die Peri tritt), las cuerdas graves acompañaron con gran expresividad en Oh, lass mich von der Luft durchdringen , pero la dirección fue plana y poco enérgica en Schmücket die Stufen a pesar de las excelentes prestaciones del coro (Jetzt sank des Abends), particularmente de su sección femenina.

En términos generales la ejecución orquestal fue cálida y suficientemente intensa, Savall desarrolló con claridad el discurso orquestal y el nivel general fue más que bueno. Pero en todo ello destacó el trabajo del coro, preciso y conjuntado, expresivo y elegante, hizo una exhibición sobresaliente en la cual cabe suponer que Lluís Vilamajó, como preparador del conjunto vocal, tendrá parte de responsabilidad.

Es difícil saber si el hecho de que los cantantes tendieran a oírse poco, o muy empastados con el sonido orquestal, es responsabilidad del volumen excesivo o de la escasez de sus medios pero en el caso de Lina Johnson resultó un tanto irritante. Johnson interpretaba a Peri y era la protagonista vocal del oratorio pero desde Wie glucklich sie wandeln se vio que la soprano no pasaba la orquesta y era difícil seguir su canto excepto en la octava alta. Aún así cantó muy bien en Es fallt ein Tropfen (tercera parte) y pudo coronar el final con un agudo brillantísimo en Wie selig bin Ich.

Resultó bastante más satisfactoria la aportación de Marianne Beate Kielland, contralto, que exhibió bello sonido en Vor Ederns Tor y en Im Waldesgrühn am stillen See (aunque aquí no se pudieran evitar unos agudos abiertos que fueron marca de estilo en casi todo el reparto), y cantó muy bien y fraseó mejor en Dem Sang von ferne lauschend.

El canto de Kieran Carrell resultó siempre muy plano y en el caso de Nicolas Brooymans (bajo) un paso difícil al agudo (muy abierto) lo puso en ciertos aprietos. En cambio Manuel Walser nos ofreció muy buenos momentos especialmente allí donde pudo exhibir un bellísimo sonido piano (Mit ihrer Schwestern Worten)

Las apariciones del resto de solistas Johanna Rosa Falkinger y Ferran Mitjans tuieron un papel más colectivo y cabe decir que en todas las ocasiones en que los solistas cantaron en conjunto el grupo estuvo estupendamente concertado y dirigido.

Con sus luces y sus sombras, el balance general de la sesión puede considerarse muy positivo por la solidez del conjunto, el interés de la obra y la impagable aportación del coro.