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De paisajes y emociones

A Coruña 13/01/17. Palacio de la ópera. Obras de Mariño, Haydn y Shostakovich. Horacio Lavandera, piano. John Aigi Hurn, trompeta. Orquesta Sinfónica de Galicia. Ilan Volkov, director.

El panorama está complicado para los programadores. Desde que la música pasó a la lista de objetos prescindibles dentro de los presupuestos, los gestores se convirtieron en malabaristas que han de captar el interés de un público dividido entre lo nuevo y lo viejo, renovar las gradas con nuevas generaciones, proponer un abono sostenible, y además procurar una formación continua de la orquesta… En Galicia la situación se tuvo que volver sofocante al ver cómo se desplomaba la Temporada Lírica de Coruña. Tan estable, tan celebrada, tan bien cortada a pesar de los presupuestos…y sucumbió. Lo que queda en la ciudad es básicamente lo que ofrece el Palacio de la ópera y la temporada de abono de la OSG. El diseño de la programación de esta orquesta parece tener en cuenta esas condiciones, proponiendo conciertos donde se combina repertorio habitual con estrenos y obras poco divulgadas. Este es el caso del concierto que nos ocupa.

En una sala casi llena, fueron intensas y muy distintas las emociones que se expusieron, ya para empezar y fuera de programa, la sección de violonchelos de la orquesta ofreció el Feierliches Stück de Lohengrin en memoria de su compañero recientemente fallecido David Ethève. Una interpretación tan sincera y expuesta, que encogió la respiración del auditorio hasta que estalló en una larga ovación en la que el público parecía responder con la misma afección.
     El director invitado para esta ocasión fue Ilan Volkov, un joven israelí con experiencia en jóvenes orquestas como la BBC Scottish Symphony Orchestra. Invitado recurrente en los BBC PROMS londinenses, ha desarrollado en su carrera inclinación a la música clásica contemporánea además de otros géneros como la electrónica o el rock con su trabajo en el Festival Tectonic desde 2012. Junto a él como solista Horacio Lavandera, pianista argentino que comienza su gira europea en Galicia con el primer concierto para piano de Shostakovich, puede que lo más esperado del programa. Bien traído entonces el director para el estreno de Paisaxes escuras, un álbum de imágenes que casi habíamos olvidado. La obra de Xabier Mariño fue inspirada por los incendios que plagaron Galicia en 2006, así que la obra dirige al espectador a esa atmósfera agobiante que de algún modo se respiraba aquel verano. Partiendo de lo que parece el comienzo del fuego con un crescendo orquestal, la obra sugiere todo tipo de naturaleza doliente a través de las diferentes secciones orquestales. Una obra llena de imágenes como bien sugiere el título, donde la destrucción vuelve a reducir gradualmente al groso orquestal hasta acabar con un agónico canto de pájaros… y el silencio.

Antes de enfrentarnos a Shotakovich, un descanso tonal y optimista llegó con la 102 de Haydn. Aquí Volkov, a pesar de tratarse de una obra fuera de su repertorio. hizo brillar a una Sinfónica llena de contrastes, matices y dinámicas en una versión muy convincente. Tras el descanso, se reduce la orquesta para las Cinco piezas de Shostakovich, una obra poco conocida y casi nunca programada en una sala. Asistimos a una rareza más que a una composición inspirada del ruso, movimientos breves y un poco desconcertantes para un público que no tuvo claro en qué momento aplaudir hasta que Volkov puso en pie a la orquesta. Sin embargo, no paso inadvertida en estas piezas la excelente intervención solista del concertino de la orquesta, Massimo Spadano. Para finalizar el programa se presenta Horacio Lavandera frente al primer concierto para piano de Shostakovich. Y funcionó. La orquesta acertó en conseguir un sonido redondo, equilibrado, dibujando los planos sonoros que Shostakovich propone sin perder ese carácter entre burlón y grotesco que Volkov supo proyectar en su versión. Lavandera sin duda domina la obra y parecía estar disfrutando con una interpretación ágil, segura y enérgica. También merece mención el primer trompeta de la Sinfónica, John Aigi, que se lució en las partes solistas de este concierto a pesar de haber aceptado los aplausos con cierta timidez. La insistencia del público fue correspondida por Horacio Lavandera con dos piezas fuera de programa, Libertango de Piazzola y el segundo nocturno de Chopin.

Foto: BBC.