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Todo es navegar

Las Palmas de Gran Canaria. 24/02/18. Teatro Pérez Galdós. Verdi: La forza del destino. Aquiles Machado (Don Ávaro). Sae Kyung Rim (Leonora). Sergey Murzaev (Don Carlo). In Sung Sim (Padre Guardiano). Pietro Spagnoli (Fra Melitone). Belén Elvira (Preziosilla), entre otros. Coro de la Ópera de Las Palmas de Gran Canaria. Orquesta Filarmónica de Gran Canaria. Alfonso Romero, dirección de escena. Sergio Alapont, dirección musical.

A poco que uno pasee alrededor del Teatro Pérez Galdós de Las Palmas, cruzando hacia el barrio de Vegueta, podrá seguir maravillándose con los tesoros que guarda la ciudad, aquí en sus raíces: la casa de Colón, la catedral y la casa natal de un mito de la ópera como Alfredo Kraus, todo en apenas unas manzanas. En la Plaza del Pilar Nuevo, las palabras del propio Galdós, retratista único de la historia y la sociedad de nuestro país, se clavan en el suelo, inherentes a la isla que le vió nacer: "Todo es navegar".  
"Todo es navegar, todo es una continua lucha, un gran derroche de esfuerzos, arte y valor para no ahogarse”. Es una frase de sus Episodios nacionales que bien podría decir el personaje de Preziosilla en La forza del destino que se representaba estos días allí, por sus palabras previas: "Si terribles son las olas embravecidas, no es menos pavoroso en ciertos casos el cumplimiento del deber, así en la guerra como en el comercio". Y son palabras de las que también puede adueñarse Ópera de Las Palmas, en esta temporada presente y en todas las anteriores, habiendo superado el curso pasado el hito de sus primeros 50 años.

Abría esta temporada La forza del destino, tras casi 40 años de ausencia en la ciudad y a la que seguirán Trouble in Tahití (celebrando el centenario de Bernstein), Gianni Schicchi, Il barbiere di Siviglia, Carmen y Turandot.  Para este Verdi se ha llamado de nuevo a Alfonso Romero, a quien últimamente disfrutamos en estos lares con la donizettiana La fille du régiment. Si en aquella ocasión su propuesta resultó "positiva en lo global", en esta la escena en su totalidad no hizo sino restar enteros. Un konzept a lo Block Out, uno de los primeros juegos de Tetris en 3D que a los que ahora nos llaman millenials recordarán, empujó nuestra mente y nuestra imaginación completamente fuera de la música del compositor italiano. Por momento alcanzó lo absolutamente incomprensible, como sucedió en la obertura, en la entrada de Leonora en el último cuadro, llevando su taburete entre las manos desde el fondo de la escena mientras la hacen caminar dentro de una jaula hasta el arranque de su aria o cualquier momento con unos mimos de careta negra que vienen a representar el fatum de los protagonistas.

Entre esos protagonistas, destacaron los kilates de la voz ancha y redonda de Aquiles Machado, inteligente fraseador de cálido timbre y penetrantes agudos. Su planteamiento musical, con intención y resultados por los matices, se confrontó en todo momento con el resto de voces. Especialmente pudo comprobarse con el barítono ruso Sergey Murzaev, de medios tan potentes como extremadamente musculares. Cerraba el trío principal la soprano koreana Sae Kyung Rim como Leonora. Todos sus medios al servicio de un personaje que no termina de encajar en sus posibilidades, pero expuesto de la mejor forma posible con ellos. La partitura le requiere unos galones hacia el registro grave de los que carece, con una zona media bien resuelta y de segura belleza y un agudo penetrante, que no sutil.
Gruesa la emisión de Belén Elvira en su Preziosilla, recia aunque no robusta la voz de In Sung Kim como Padrre Guardiano y tirando de oficio y tablas el Fra Melitone de Pietro Spagnoli, un tanto lírico, intachable en lo escénico. Estupendos, además, el plantel de comprimarios, todos voces canarias, como Andrea Gens, Francisco Navarro, Jeroboám Tejera y Elu Arroyo.

Desde el foso, la batuta de Sergio Alapont tuvo siempre intención por el hacer, con mucho gusto a medida que la función avanzaba, como en la introducción de los últimos cuadros, por ejemplo, y elementos más cuestionables en la obertura. A su lado, la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria siempre respondió y ofreció una lectura de resultados siempre en lo positivo, del mismo modo que el Coro de la Ópera de Las Palmas de Gran Canaria.

Todo es navegar.

Foto: Nacho González