andeka gorrotxategi 

Un deseado punto de inflexión

30/12/2019. Bilbao. Palacio Euskalduna. Alare! Fragmentos de óperas vascas, concierto lírico. Andeka Gorrotxategi (tenor), Ana Otxoa (soprano), Sociedad Coral de Bilbao (Enrique Azurza, director) y Orquesta Sinfónica de Bilbao. Dirección musical: Oliver Díaz.

Pocas formas más hermosas de cerrar el año musical que poder escuchar un concierto hecho con amor y cariño por un puñado de aficionados –literalmente- que henchidos de ilusión se han enfrascado en una aventura que, ¡ójala!, sea un punto de inflexión.

Porque el patrimonio lírico en euskara, ya de por sí exiguo, ha sufrido de la indiferencia consciente o inconsciente de las instituciones ya privadas ya públicas, de suerte y manera que como señalábamos en el artículo previo al concierto, apenas son media docena de títulos los que se han programado en lo que llevamos de siglo XXI. Por ello un servidor, dueño de la misma ilusión que los organizadores, sueña con que este concierto suponga un punto de inflexión, siquiera coyuntural, para que el patrimonio lírico en euskera esté más presente, al menos en los teatros vascos.

No se trata de jugar a pequeña (los aficionados al mus ya saben de qué hablo). No se trata de renunciar a que Amaya esté en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona o Mendi mendiyan en el Teatro Real o en Théâtre du Capitole, de Toulouse. Pero al menos posibilitemos que éstos y otros títulos estén presentes en cualquier teatro vasco en condiciones de dignidad suficientes.

Este concierto va a ser recogido en un futuro CD que dejará testimonio grabado de fragmentos musicales de algunos títulos que apenas han sido oídos en las últimas décadas. Sólo por ello ya merece nuestro reconocimiento. Y si aprovechamos la ola de la ilusión, ¿por qué no soñar con que alguien tenga la iniciativa de grabar algo más, es decir, títulos completos que cubran los excesivos huecos vergonzosos existentes en la lírica vasca? 

Dicho de otra forma, nadie va a poder convencerme ni dar explicación razonable que justifique la ausencia en el mercado –por poner un ejemplo- de una grabación de Mirentxu, de Jesús Guridi. Hoy disponemos de cantantes de primera magnitud que pueden dejar testimonio para el futuro y hacer más accesible una obra que aparece demasiado de vez en cuando ante nuestros oídos. Y si en vez de este título mencionamos otros, ya sólo cabe esperar un milagro.

Sirva esta larga introducción para felicitar públicamente a la asociación lírica Andekazaleak (seguidores de Andeka podría ser una traducción adecuada) por el concierto ofrecido; una asociación que desde el amateurismo mejor entendido han podido ofrecer al aficionado lírico de verdad una oportunidad única de salir de lo más trillado para entrar en lo que debería ser nuestro ADN lírico. Esta felicitación se hace extensible a los participantes, el tenor Andeka Gorrotxategi, la soprano Ana Otxoa, la Sociedad Coral de Bilbao, la Orquesta Sinfónica de Bilbao y el maestro Oliver Díaz pues todos ellos han sabido transmitir durante las casi dos horas y media de concierto una ilusión evidenciada en las miradas y sonrisas cómplices que circulaban entre los participantes.

Veintitrés piezas, la mayoría de ellas llamativamente muy breves más dos bises más que coherentes en los que el protagonismo principal recayó sobre el joven tenor vizcaíno Andeka Gorrotxategi, voz ya presente en teatros de primera y que enseñó sus principales cualidades vocales: un sonido envolvente, sobre todo en una aterciopelada zona central, un grave solvente y un agudo luminoso aunque en ocasiones se emitiera con alguna dificultad en la zona de paso. Parece encontrarse más cómodo en las piezas de bravura aunque subrayaría su adecuada interpretación de la romanza de Oleskari zaharra, de José de Olaizola o el romanticismo de la pieza de Mendi mendiyan, de José María de Usandizaga Alare!, que da título al concierto.

Mientras Gorrotxategi asumía nueve piezas como solista en el concierto su compañera, la también vizcaína Ana Otxoa sólo asumía cuatro en solitario. Aún recuerdo la muy grata impresión que me produjo su breve participación en un Nabucco de la ABAO, allá por mayo de 2012 y en el que su voz de soprano se oía como un tiro en los concertantes. Pues bien, esta misma cantante creo ha dejado a más de uno con la boca abierta por una interpretación magnífica de sus piezas, destacando el célebre Goizeko eguzki argiak (La luz de la mañana), de Mirentxu, de Jesús Guridi o el aria de la ya citada Mendi mendiyan. Una voz de volumen nada despreciable, bien proyectada y con un gusto exquisito en su línea de canto. Seguro que alguien estará pensando en fundar Otxoazaleak, vista la calidad de su intervención.

Los componentes de la Sociedad Coral de Bilbao a la que sólo hace dos semanas escuché una vibrante intervención en la Sinfonía nº 9, Coral, op. 125, de Ludwig van Beethoven fue víctima de su disposición al fondo de un escenario desguarnecido que le convirtió en elemento prácticamente inaudible en algunos momentos. Una lástima que la ausencia de una elemental caja escénica permitiera la huída del sonido de suerte y manera que, por ejemplo, en la escena final de Maitena, de Charles Colin, pieza con la que se cerró el concierto oficial, las voces de los dos solistas tapaban totalmente a la masa coral.

Oliver Díaz se ha creído el proyecto y ello es de agradecer. No todas las piezas tenían la misma categoría musical; no nos engañemos, pocos han llegado a la altura de Jesús Guridi o José María de Usandizaga pero cuando una batuta cree en el proyecto todo nos llega cargado de credibilidad. En este sentido la Orquesta Sinfónica de Bilbao supo dar color adecuado a las piezas musicales, muchas de las cuales bebían directamente del folklore vasco y quizás por ello más de una arrancó al respetable al tarareo impertinente.

Dos bises se ofrecieron: el primero, el célebre coro de Txanton Piperri, de Buenaventura Zapirain Euskal Herriko semeak gara (Somos hijos de Euskal Herria) himno simbólico del clandestino nacionalismo durante el franquismo, cantado en tantas y tantas marchas montañeras; y en segundo lugar el Gernikako arbola (Árbol de Gernika), himno de los fueros vascos que fue compuesto por José María de Iparragirre, bardo de Urretxu del que en este recién nacido 2020 se recuerda el segundo centenario de su nacimiento. Por ello quiero insistir en que alguien podría recordar durante este año la existencia de la ópera Iparragirre, del donostiarra Juan Guimón. Por pedir…

El público salió eufórico del teatro. Por desgracia este apenas se llenó en dos tercios del mismo pero por esta vez no voy a reabrir la discusión acerca de la dimensión de la verdadera afición a la ópera en Bilbao. ¿Para qué? Lo importante es que hemos dado un paso, por pequeño que sea, en la correcta dirección. Los seguidores de Andeka Gorrotxategi pueden entirse satisfechos aún más de la voz de su tenor, del trabajo de una asociación que ha estado a la altura de las circunstancias, haciendo el trabajo que se podría esperar de quien dispone de los medios y el dinero para hacerlo. Este juntaletras, al menos, está muy agradecido.