acantilado el anillo de la verdad 1

UNA MIRADA CERTERA

El anillo de la verdad. Roger Scruton. Acantilado. Barcelona, 2019.

¿Otro libro sobre Wagner? ¿Había que volver a diseccionar el Anillo? ¿Hay que seguir alimentando el mito del compositor sobre el que seguramente más libros se han escrito? Después de leer El Anillo de la verdad de Roger Scruton, excelentemente editado, como siempre, por Acantilado, he llegado a la conclusión de que sí, que era necesario y que otro “forense” estudie los entresijos de la magna obra wagneriana aporta un nuevo (o por lo menos renovado) enfoque. El trabajo de Scruton es voluminoso, documentado, profundo y, como él mismo declara, de evidente intención filosófica. Esto no impide a los menos duchos en el, a veces, intrincado vocabulario que los expertos utilizan, adentrarse en las reflexiones del autor sobre los distintos aspectos del Anillo. Pero quizá el rasgo que más ha destacado para mí, lo que, digamos, define este trabajo, es una innegable intención de regeneración del significado de esta obra concreta (y de rebote de los últimos dramas wagnerianos) volviendo a estudiarla como fue concebida y creada por el compositor. Es, si se me permite el símil, como una interpretación historicista, de recuperación, liberándola la carga que se le ha añadido desde su estreno.

Scruton pone por delante que Wagner fue un personaje controvertido y que no ayudaron a su buena imagen muchas de las ideas que, sobre todo en los últimos años, expuso sobre temas tan importantes como el antisemitismo. Hace un repaso somero sobre las malas influencias sobre su proyección exterior que su propia familia o el nazismo tejieron sobre su figura. Intenta limpiar todo lo que le parece superfluo y emprende una “restauración” de la esencia del Anillo. Es un trabajo este que recuerda la recuperación que se hace en los grandes talleres museísticos de las grandes obras maestras. Se les va liberando de barnices, se intenta recuperar los colores originales y rectificar las restauraciones poco acertadas. Scruton emprende este empeño con una convicción y una base filosófica y musical de indudable fuerza y nos presenta una nueva imagen, una nueva manera de mirar el Anillo. Para llegar a esa nueva visión va atravesando distintas etapas, o mejor dicho, va abordando diversas facetas de la composición.

Sin querer desentrañar el libro, que creo que no sólo puede resultar atractivo a los amantes de Wagner (a los que el autor, sea dicho de paso, también examina y a veces critica sin demasiados miramientos), sino que también puede permitir a los que muestran un rechazo por la obra wagneriana acercarse a ella de una manera más “humana”. Y eso Scruton lo hace no desmitificando la esencia de los personajes del Anillo, esa mezcla indivisible entre heroísmo, divinidad y humanidad (y también mucha torpeza) que los conforman, sino sacándolos de lo que él considera trivialidad de la visión que se ha hecho de la obra desde casi el comienzo del siglo XX, pero especialmente después de la famosa revolución del Anillo del Centenario en Bayreuth, con Boulez y Chéreau. El estudio, como ya se dijo, tiene un claro sello filosófico y también sociológico pues Scruton busca entroncar el argumento de la obra con la estructura social y con la esencia de la cultura de un pueblo. Aunque para él la música de Wagner es la auténtica protagonista de la Tetralogía y es muchas veces la “palabra” con la que se expresa la esencia del mensaje del compositor, no hace un estudio musicológico y relega a un apéndice (eso sí, bien estructurado) una referencia a los diversos “motivos” que vertebran la obra.

No permite este espacio extenderse más sobre los diversos aspectos tratados pero a mí me ha parecido un libro certero, diferente, desmitificador y a la vez con un inmenso interés en liberar a Wagner de polvo y paja, y reconocer su genialidad no por motivos espurios sino porque consiguió aquello que anheló siempre, la Gesamtkunstwerk, “la obra de arte total”.