cassado en japon

El Cuarteto Altimira recupera dos cuartetos de Gaspar Cassadó, que permanecían inéditos y perdidos en Japón

El Cuarteto Altimira ha recuperado, grabado y publicado los tres cuartetos de cuerda del compositor barcelonés Gaspar Cassadó, por primera vez en la historia, a través del sello discográfico Tritó. Hasta el momento, sólo se conocía una de estas obras, habiéndose así recuperado los manuscritos de los otros dos cuartetos, que permanecían inéditos y olvidados en Japón.

El disco Els Quartets de Gaspar Cassadó ha sido grabado entre agosto y noviembre de 2020 y publicado por Tritó Edicions, sello que próximamente también editará las partituras. El trabajo se presentará de forma presencial el próximo domingo 17 de enero, a las 12:00 h, en un concierto en el Petit Palau de Barcelona a cargo del Cuarteto Altimira, organizado por BCN Clàssics.

Según narra Gabrielle Kaufmann en una nota de prensa emitida por el sello, "en 1927 el violonchelista catalán Gaspar Cassadó pasa una temporada en Roma y empieza su proyecto de composición más ambicioso hasta el momento: tres cuartetos de cuerda con formato clásico que incluyen once movimientos y más de sesenta minutos de música. Los tres se firman en Roma (en 1927, 1929 y 1933, respectivamente) y comparten muchas características, desde las claras influencias idiomáticas de los cuartetos de Debussy y Ravel, y de maestros nacional-románticos como Janáček, o el lirismo dominado por el registro grave con acordes disminuidos en los movimientos lentos hasta el protagonismo de células rítmicas y subidas cromáticas en los últimos movimientos. Sin duda podemos considerar los cuartetos como un conjunto o ciclo de obras.

En el primer cuarteto aún estamos en terreno familiar en cuanto al lenguaje musical de Cassadó, gracias a la sonoridad española proporcionada por la escala frigia, los tresillos improvisados y los ritmos con puntillo. En cambio, ya se perfilan varias líneas de desarrollo menos habituales para el compositor, por ejemplo, la prominencia de ritmos complejos y el carácter claramente cíclico (herencia de Debussy y Ravel) que es presente en la repetición y variación de ciertas células temáticas a lo largo de la obra.

En el segundo cuarteto, la sonoridad se mueve desde el folklorismo español hacia aires más franceses y hasta más centroeuropeos. Es el cuarteto más impresionista, especialmente el segundo movimiento (Canzone e Pavana) que está lleno de armónicos, pentatonismo, tremoli y pizzicati.

El tercer cuarteto nos aleja un paso más del folklorismo con su carácter dramático y postromántico exponiendo secciones heterogéneas con abundantes cromatismos y disonancias. La yuxtaposición entre dos temas contrastados es un elemento recurrente en todos los cuartetos de Cassadó, pero está especialmente exagerado aquí en el segundo movimiento donde se intercala un tema rítmico pentatónico con una lenta melodía schubertiana. En el tercer movimiento hay una clara alusión a su maestro Pau Casals: casi todo el movimiento es un gran solo para violonchelo donde aparece el famoso Cant dels ocells, disfrazado en tonalidad mayor.

Los cuartetos datan de la época más productiva de Cassadó, cuando muchas de sus obras conocidas ven la luz, por ejemplo, su Sonata Española para violonchelo y piano (1925), el Piano trio (1929), la famosa Suite para violonchelo solo (1926) y Requiebros (1932), la Sonata para violín y piano (1926) y la Rapsodia Catalana para orquesta sinfónica, que se estrena en Nueva York en 1928".

Foto: Embajada de España en Japón. En la imagen, Gaspar Cassaó junto a su mujer, la pianista japonesa Chieko Hara, con la que a menudo formó pareja artística.